CRÓNICAS: De Isla de Paz a Zona de Guerra
CRÓNICAS: De Isla de Paz a Zona de Guerra
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Ecuador ha tenido fama de ser una “Isla de Paz” donde la Naturaleza ha marcado a sus habitantes con dignidad, honradez, solidaridad, bondad, alegría, dedicación al trabajo, paciencia y a la vez rebeldía. Con esa impronta los ecuatorianos hemos enfrentado dificultades y desacuerdos, para una vez superados volver a hermanarnos y vivir en paz. Precisamente ahora nuestro país está sufriendo una inseguridad que obliga a preguntarnos ¿cómo se llegó a tal extremo?
Al parecer, todo empezó en 1999, en el gobierno de Jamil Mahuad, quien decretó el Feriado Bancario que generó un éxodo poblacional que afectó en especial a niños y jóvenes, muchos de los cuales aliviaron su soledad y sufrimiento uniéndose a incipientes pandillas. El mismo año, la firma de un Convenio con Estados Unidos para instalar por 10 años la Base Militar de Manta y en enero del 2000 la promulgación de la dolarización, produjeron cambios profundos en el país.
Si bien la dolarización resultó ventajosa ya que estabilizó la economía, no sucedió lo mismo con la Base Militar pues encareció la vida en Manta, los burdeles proliferaron al igual que los abusos de los estadounidenses. La mínima efectividad en la captura de droga y el hundimiento de embarcaciones de humildes pescadores sin rescatarlos, desató un rechazo que en 2003 dio nacimiento a la “Coalición No Bases Ecuador”, integrada por 20 organizaciones con la finalidad de evitar la renovación del Convenio. A ellas se sumaron varias entidades latinoamericanas que repudiaron la presencia estadounidense ya que evidenciaba, como lo señaló el propio Comandante del Puesto de Operaciones de Avanzada, que la Base de Manta era “muy importante dentro del Plan Colombia, estamos muy bien ubicados para operar en esta área”.
En 2007 Rafael Correa fue electo presidente con el ofrecimiento de no renovar el Convenio, por lo que al cumplirse el tiempo estipulado en 2009, la Base Militar Estadounidense en Manta fue desmantelada. Previamente, en 2008, la Asamblea Nacional Constituyente había incluido en la Nueva Constitución lo que hoy sigue vigente: Prohíbe albergar bases militares, tropas u otras formas de presencia militar extranjera en territorio patrio. Faculta al Presidente a suscribir o ratificar los tratados y otros instrumentos internacionales; indica que en forma inmediata debe informar a la Asamblea General su carácter y contenido; sólo si ésta lo aprueba serán válidos.
Cabe señalar que en 2007 el país registraba 18 homicidios por cada 100.000 habitantes. A partir de aquel año empezaron a regresar muchísimos emigrantes, para descubrir con pesar que sus hijos integraban pandillas, manejaban armas, asaltaban, robaban vehículos, asesinaban, varios estaban presos. El gobierno brindó a los jóvenes la oportunidad de reformarse. Tras reconocerles como “grupo juvenil urbano”, les educó en la misma cárcel, les inculcó el deporte, les dio empleo, acceso a créditos para que empezaran sus negocios. Apenas 20 pandilleros aceptaron; no obstante, al constatar los beneficios se sumaron miles. En 2017, al término del mandato de Correa, la ONU, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, FLACSO y otras entidades internacionales confirmaron el registro de 5 homicidios por cada 100.000 habitantes, y ponderaron que Ecuador se hubiera ubicado como el segundo país más seguro de Latinoamérica, sólo superado por Chile.
El gobierno de Lenin Moreno, 2017-2021, al “reducir la obesidad del Estado” produjo un desempleo que llegó al 70%. Al eliminar el Ministerio Coordinador de Seguridad, el Ministerio del Interior que estaba a cargo de la Policía, el Ministerio de Justicia que manejaba la rehabilitación carcelaria, y la Secretaría General de Inteligencia, dio paso al delito y a la violencia. Con las cárceles descuidadas, hacinadas, olvidadas, en febrero del 2021 se produjo la primera matanza, fue brutal.
Guillermo Lasso, electo presidente para el período 2021-2025, terminó su mandato en noviembre del 2023 tras decretar la Muerte Cruzada. Su gobierno emitió 16 declaraciones de Estados de Excepción. Ocurrieron 14 matanzas carcelarias. Se recortó aún más el presupuesto a las entidades públicas, hospitalarias, educacionales, culturales, deportivas, lo que agudizó el desempleo y la pobreza. El éxodo poblacional fue mayor que el de 1999. Al juntarse el crimen organizado con grupos colombianos disidentes, carteles mexicanos y mafias europeas, se convirtió en una fuerza capaz de infiltrar todos los ámbitos del desmantelado y muy endeudado Estado. Con el crecimiento del delito y en especial del narcotráfico, en el 2023 se registraron 46 asesinatos por cada 100.000 habitantes, lo que coloca a Ecuador como uno de los 5 países más violentos del mundo.
Ese país donde reina la inseguridad, es el que recibió Daniel Noboa el 23 de noviembre del 2023 al posesionarse como Presidente de la República hasta mayo del 2025. En este tiempo se han dado numerosos actos delictivos que han provocado pánico a la población; masivas fugas carcelarias; ataques a policías que ni siquiera contaban con chalecos antibalas, armas, patrulleros, mientras los delincuentes han convertido a las cárceles en suites de lujo, desde donde manejan sus negocios.
Ante esa “grave conmoción interna” el 8 de enero el presidente Noboa firmó su primer decreto de Estado de Excepción. El documento califica a los delincuentes como “terroristas”, y como “conflicto armado interno” al producto de sus acciones, por lo que encarga enfrentarlos y llevarlos ante la Justicia al liderazgo de las Fuerzas Armadas y a la Policía. La población y todos los grupos políticos se han unido para apoyar la decisión que hace que la Isla de Paz pase a ser una Zona de Guerra. Aunque el enfrentamiento entre ecuatorianos duele, recuperar la Seguridad y la Paz lo amerita.
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