LE CONSENTEMENT. Francia-Bélgica, 2023. Un film de Vanessa Filho. 119 minutos
LE CONSENTEMENT. Francia-Bélgica, 2023. Un film de Vanessa Filho. 119 minutos
Kim Higelin en LE CONSENTEMENT
Por Jorge Gutman
LE CONSENTEMENT. Francia-Bélgica, 2023. Un film de Vanessa Filho. 119 minutos
Un perturbador drama es lo que se aprecia en Le Consentement. El film está basado en el libro homónimo autobiográfico de la escritora francesa Vanessa Springora, publicado en enero de 2020 en donde ella relata su via crucis durante sus años adolescentes al estar sometida a la influencia de un pedófilo. Con la aprobación de la autora para su traslado a la pantalla, la directora Vanessa Filho ilustra con extrema delicadeza lo que aconteció con Springora.
Desde su comienzo se aclara que lo que se habrá de ver representa una versión ficcional de lo sucedido. El guión de la cineasta con la colaboración de Springora y de François Pirot comienza en 1985 donde Vanessa (Kim Higelin) de 13 años, conoce en una cena social al renombrado escritor Gabriel Matzneff (Jean-Paul Rouve) de 50 años, por quien ella experimenta admiración a la vez que se siente hacia él atraída. En la simpatía generada entre ambos, al cumplir los 14 años, esta adolescente queda atrapada en la red del escritor, siendo objeto de su psicológica y física manipulación sexual. Si bien su madre monoparental (Laetitia Casta) le advierte acerca de las consecuencias de dicha relación con un hombre que más que le triplica en edad y trata de hacerle ver el peligro al que está expuesta, Vanesa hace oídos sordos a sus consejos y decide continuar con Matzneff. Curiosamente el espectador queda con la sensación de que la madre podría haber actuado con más firmeza hacia su hija, impidiéndole que el vínculo prosiguiera; claro está que no fue así.
A medida que los años transcurren la joven Vanessa comprueba claramente que no puede librarse de la infatuación que le produce su predador, llegando su exasperación a un punto culminante cuando comprueba que su amante atrae a otros menores con similar propósito. Cuando Matzneff decide dejarla y relata su experiencia en uno de sus libros, la ya adulta Vanessa (Élodie Bouchez) decide vengarse.
Frente a un tema tan escabroso, Filho ha sido extremadamente prudente para sugerir en lugar de mostrar explícitamente las relaciones sexuales, permitiendo que con su mesurada dirección el espectador se concentre atentamente en lo que está observando y empatice con Vanessa. En tal sentido es admirable la superlativa actuación de Higelin, quien en el primer rol protagónico de su carrera demuestra increíble madurez al involucrarse por completo en la personalidad de la atormentada joven; asimismo cabe reconocer que a pesar de su detestable rol, Rouve inobjetablemente personifica al siniestro seductor.
Al término de su proyección, esta historia deja una profunda tristeza, al señalar que Matzneff, laureado dos veces por la Academia Francesa, describió en sus libros, en su sitio web y a su vez por la televisión, su pedofilia en chicos y chicas menores de edad tanto en Francia como en sus viajes turísticos al exterior del país.
Finalmente, lo que Le Consentement se abstiene de mencionar es que a la hora actual este repudiable individuo de 87 años que aún vive, nunca ha sido acusado por sus brutales delitos. ¿La justicia dónde está?
THE PEASANTS. Polonia-Serbia-Lituania, 2023. 114 minutos. Un film escrito y dirigido por: DK Welchman y Hugh Welchman. 114 minutos.
Kamila Urzedowska en THE PEASANTS
Los realizadores DK Welchman y Hugh Welchman vuelven a repetir el éxito logrado en Loving Vincent (2017) sobre la vida del inmortal pintor Van Gogh, para emplear la misma técnica de animación en The Peasants; en consecuencia, cada imagen del film es convertida en bellos cuadros mediante el procedimiento de la rotoscopia, generando un realismo nada menos que deslumbrante.
El guión de los realizadores está basado en la novela Chłopi (Los Campesinos) del escritor polaco ganador del Premio Nobel (1924) Wladyslaw Reymont que fue escrita en cuatro partes entre 1904 y 1909, representando cada una de ellas las estaciones del año en las vidas de los personajes.
El relato está ambientado en una aldea rural de Polonia en los inicios del siglo 19 donde en esa sociedad conservadora y patriarcal habita la campesina Jagna (Kamila Urzedowska) de 19 años que causa atracción en los muchachos de la zona, en tanto que ella distrae su tiempo efectuando recortes de papel y cuidando de los animales. Su ansia de independencia no se ajusta a las costumbres de ese pueblo y es así que siente gran frustración cuando su madre (Ewa Kasprzyk), con el propósito de lograr un porvenir más próspero, la fuerza a contraer enlace con el viejo granjero viudo Boryna (Miroslaw Baka), el más rico del pueblo, quien cederá a su futura esposa 6 acres de tierra.
El conflicto dramático se produce en el vínculo pasional que Jagna mantiene con Antek (Robert Gulaczyk), el hijo mayor de Boryna quien además está casado con Hanka (Sonia Mietielica). Después de la boda Antek mantiene una gran disputa con su padre sobre la propiedad de la tierra, lo que motiva a que tenga que abandonar el lugar con su familia.
Evidentemente el adulterio de Jagna es considerado tabú para los valores morales de la sociedad, lo que configurará a que ella sea considerada prostituta y alimente el pronunciado odio de los aldeanos; a la postre su actitud habrá de conducirla a un sombrío destino.
Aunque el film refleja muy bien la idiosincrasia del pueblo con sus fiestas, canciones, danzas folclóricas, como asimismo la dura labor de la vida campesina trabajando la tierra, la narración se vuelve un tanto inerte sin que los giros dramáticos, incluida la violencia que en varias instancias se produce, logren que el melodrama impacte con debida fuerza; eso es debido a una puesta escénica convencional y a un guión que no aprovecha la total riqueza contenida en el remarcable libro de Reymont.
De todos modos, las objeciones precisadas no alcanzan a descalificar a este film dado que en este particular caso, el virtuosismo logrado a través del eximio trabajo de pintura que fue realizado cuadro por cuadro con gran esmero por consumados maestros del arte pictórico, brindan al espectador un excepcional regalo visual.
DRIVE-AWAY DOLLS. Estados Unidos, 2023. Un film de Ethan Coen. 83 minutos
Margaret Qualley y Geraldine Viswanathan en DRIVE-AWAY DOLLS
Ya hace varios años que los hermanos Coen no trabajan conjuntamente; mientras que Joel Coen logró un buen trabajo con The Tragedy of Macbeth (2021), Ethan filmó Jerry Lee Lewis: Trouble in Mind (2022), un aceptable documental que no alcanzó a trascender. Esto viene al caso dado que Ethan realizó con Drive-Away Dolls, su primer largometraje de ficción que de ninguna manera adquiere la relevancia que él con su hermano lograron en brillantes filmes como lo fueron, entre otros, Raising Arizona (1987), Fargo (1996), The Big Lebowski (1998) y The Ladykillers (2004).
La comedia que Ethan ofrece aquí es bastante anodina y el resultado deja bastante por desear. El guión del realizador escrito con su esposa Tricia Cooke ubica la acción en 1999 enfocando las vicisitudes que atraviesan dos lesbianas que residen en Filadelfia. Una de ellas es Jamie (Margaret Qualley), una tejana de voracidad sexual, quien al haber roto relaciones con su enamorada Sukie (Beanie Feldstein), decide cambiar de escenario; es así que logra convencer a su compañera de cuarto Marian (Geraldine Viswanathan) igualmente lesbiana de efectuar una travesía en coche hasta Tallahassee, en el estado de Florida para visitar la tía de Marian.
Cuando alquilan un Dodge Aries en una compañía local a cargo de Curlie (Bill Camp), él les entrega por equivocación un vehículo destinado a dos ineptos gangsters (Joey Slotnick y C. J. Wilson), en cuyo baúl se halla una comprometedora valija metálica; en consecuencia el jefe mafioso (Colman Domingo) ordena a sus secuaces que logren ubicar con suma urgencia a Jamie y Marian. A través de esa persecución se generan ciertas secuencias supuestamente graciosas en donde no faltan algunas escenas sexuales lésbicas y el empleo de diálogos imbuidos de un lenguaje soez.
Lo mejor del film reside en las convincentes actuaciones de Qualley y Viswanathan; además de la lograda química entre ambas, se crea un equilibrado contrapeso entre la euforia, desenfreno de Jaimie con la personalidad más reservada de Marian. En breves papeles aparecen Pedro Pascal y Matt Damon animando a un senador republicano.
Viendo esta absurda parodia, viene a la mente la acertada road movie Thelma & Louise (1991) en donde se asistía a una comedia romántica impregnada de una atractiva historia a la vez que eficazmente relatada. Lamentablemente aquí están ausentes los necesarios ingredientes para conformar una satisfactoria comedia cómica.
En síntesis, con un humor decadente y deslucido, esta caricatura de la comunidad lesbiana no habrá de enriquecer la filmografía del cineasta. Por lo tanto cabe aguardar que los hermanos Coen vuelvan a reunirse para trabajar en futuros proyectos que seguramente habrán de deleitar a sus seguidores como lo han hecho en el pasado.
THE AFTER. Gran Bretaña, 2023. Un cortometraje de Misan Harriman. 18 minutos. Disponible en Netflix
Magnífico es el aporte del realizador Misan Harriman quien en escasos minutos ha sido capaz de plasmar un profundo drama que bien podría prestarse para un largometraje. En todo caso The After merecidamente ha sido seleccionado como uno de los cinco cortometrajes de ficción para optar al Oscar 2024.
Basado en el guión del cineasta escrito con la colaboración de John Julius Schwabach, el comienzo optimista contrasta radicalmente con lo que después sobreviene. El remarcable actor David Oyelowo anima a Dayo, un buen padre de familia quien junto con su hijita Laura (Amelie Dokubo) va caminando por las calles de Londres, cuando ella, que ese día está por participar en una obra escolar, le enseña a dar unos pasos de baile. A ambos prontamente se unirá Amanda (Jessica Plummer), la esposa y madre de Laura y todos experimentan alegría cuando Dayo logra postergar una reunión de trabajo para poder asistir al espectáculo de la niña. A los pocos instantes surge intempestivamente un desaforado criminal quien cuchillo en mano ataca a Amanda produciendo una escena en la que ella y la niña terminan muriendo.
Si la pérdida de un ser querido siempre resulta penoso, mucho más intenso es el dolor de que un padre pierda a un hijo, como en este caso a Laura, y para peor a su querida esposa. La congoja de Dayo es tan intensa donde a partir de esa doble desgracia, él trata de sumergirse en su trabajo como taxista. De allí, variados pasajeros hacen sentir su presencia mientras son conducidos por Dayo en tanto que éste presta atención a sus comentarios; en uno de los mismos un pasajero revela a su compañera el gran dolor que lo aqueja por la pérdida de un familiar y es allí cuando Dayo rememora los últimos minutos vividos con Laura y Amanda. Con todo, el momento crucial se produce cuando el taxi es abordado por un matrimonio desavenido acompañado de su hijita, donde la pequeña oye la discusión de sus padres; al llegar a destino, mientras que sus progenitores se bajan y están dispuestos a entrar a su hogar, la niña (Tara-Binta Collins) se aferra fuertemente a Dayo motivando que ese cariñoso acto produzca en él un desvanecimiento y llorando en el suelo, al sentir nuevamente la tremenda ausencia de Laura.
La interpretación de Oyelowo como el individuo quebrado por la tragedia es nada menos que excepcional donde a través de sus gestos expresa el sentimiento de un individuo al que le resulta difícil emerger del pozo en que se encuentra y que se evidencia en la última escena catártica que de manera efectiva emociona al espectador.
Con una impecable realización, Harrimann entrega un remarcable pequeño film de intensa humanidad.
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