La temporada de huracanes del Atlántico acaba de empezar y los expertos advierten de que será más activa de lo normal
La temporada de huracanes del Atlántico acaba de empezar y los expertos advierten de que será más activa de lo normal
La Marina en el puerto de Acapulco afectada tras el paso del huracán Otis, en Guerrero (México), en octubre de 2023. MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS
– Las altas temperaturas del océano y el desarrollo de ‘La Niña’ indican que será una época activa. Se espera que se generen entre ocho y 13 huracanes, cuando el promedio es de siete. Y hasta siete pueden ser mayores a la categoría 3
El huracán Otis dejó una cicatriz en México. Además de generar pérdidas económicas que alcanzaron los 15.000 millones de dólares – convirtiéndose en el evento climático más costoso de 2023 -, fue también un fenómeno casi inédito. En solo 12 horas, Otis pasó de ser una tormenta tropical a un huracán categoría 5, la máxima clasificación posible, dando pistas de que las dinámicas de los huracanes y las tormentas podrían estar cambiando.
Este 2024, la temporada de huracanes del Atlántico – esta vez al otro lado del continente – también podría arrojar otras pistas. Según las predicciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en ingles), estará “por encima de lo normal”.
Lo que está advirtiendo la NOAA es que, con una probabilidad del 85%, en esta temporada, que va desde el 1 de junio y hasta el 30 de noviembre, habrá más tormentas lo suficientemente fuertes para ser nombradas si se compara con un año promedio. Se espera que se generen entre 17 y 25 tormentas nombradas en total, de las cuales entre 8 y 13 podrían convertirse en huracanes y, entre 4 y 7, podrían ser de los considerados mayores, por encima de la categoría 3.
Para tener un referente de qué tan desfasada podría ser esta temporada, Bernadette Woods Placky, meteoróloga jefe y directora de Climate Matters, explicó durante una rueda de prensa que el promedio anual es de 14 para la primera categoría, de 7 para la segunda y de 3 para la tercera. “Son predicciones sobre las tormentas en general, sin conocer aún si llegarán a tierra”, aclaró la experta, añadiendo que, hasta el momento, es imposible indicar cuál será su trayectoria o si llegarán a alguna costa.
En el Atlántico, agregó la doctora Katharine Hayhoe, científica jefe de The Nature Conservancy, están surgiendo ciertos ingredientes perfectos para que se cocinen las tormentas. Al desarrollo de las condiciones del fenómeno de La Niña en el Pacifico – que, se espera, se haga oficial a largo de este año – se suman las temperaturas casi récord del océano Atlántico y la reducción de los vientos alisios. “Las tormentas captan su energía del océano, por lo que una alta temperatura incrementa la probabilidad de que una tormenta se vuelva un huracán”, señaló la científica. Y aunque aún no hay certeza de que el cambio climático esté generando un mayor número de huracanes, Hayhoe recuerda que sí los está influenciando, negativamente, en varios aspectos.
Mapa que muestra los niveles de temperatura de los océanos
del planeta, en junio de 2024. NOAA
“El cambio climático está haciendo a los huracanes peores de múltiples formas”, dijo. Los está intensificando más rápido, se están volviendo más fuertes, duran en tierra más tiempo y parecen tener mucha más lluvia. “Debemos recordar que el océano absorbe hasta el 90% del calor que se libera por el cambio climático generado por actividades humanas”, por lo que el hecho de que el Atlántico, justo antes de empezar la temporada de huracanes, tuviera altas temperaturas, no puede tratarse de una buena noticia.
Para que se formen huracanes, las temperaturas oceánicas deben llegar a los 26°C. Y para mayo de 2024, incluso antes de que se declarara el inicio de la temporada de huracanes, las aguas del cinturón tropical del Atlántico estaban registrando temperaturas más cálidas que cualquier otro mayo. En el Caribe, para este mismo mes, las aguas ya estaban llegando a una media semanal de 28°C, una temperatura que, usualmente, no se da antes de agosto.
Esto, insisten las expertas, no significa que la temporada será peor en el Caribe o que todas las tormentas llegarán a tierra firme, por lo que realmente no hay manera de predecir si será una temporada catastrófica o extrema en cuanto a los daños que se puedan generar. Lo cierto, es que sí hay información suficiente para que los países se preparen lo mejor posible. La NOAA, por ejemplo, anunció que desde el Centro Nacional de Huracanes crearon un sistema para traducir sus textos a español y así llegar a más población, aunque su alcance solo es Estados Unidos.
Entonces la recomendación, asegura Woods, es estar atento a las alertas tempranas de los servicios meteorológicos de cada país y tener claras las rutas de evacuación. Otis dejó claro algo: las tormentas pueden intensificarse más rápido de lo esperado y, ante esto, las decisiones y el nivel de emergencia es mayor. “Esto lo cambia todo, porque no se puede sacar a la gente en la misma cantidad de tiempo”, concluyó.
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