CRÓNICAS: La Gente de Toronto
CRÓNICAS: La Gente de Toronto
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Edificios, casas, vehículos no crean una urbe. Le otorga vida su gente, con sus sentimientos, anhelos, sueños. Toronto nació de ese etéreo en los mágicos bosques al borde del Lago Ontario, donde un grupo de gente decidió vivir allí, según se cree, hace 10.000 años. Mientras la pequeña aldea crecía le dieron el nombre de Toran-ten, palabra hurona que significa “lugar del encuentro”, o talvez era Tkaronto, que en mohawk expresa “donde los árboles se yerguen sobre el agua” o quizás fue Taronto, como los mismos mohawk identificaban al Lago Ontario.
Al llegar los colonos franceses en 1615, al pequeño pueblito ya se identificaba como Toronto, nombre otorgado por los indígenas, o podría ser que fueron los franceses quienes le dieron tal denominación. La historia no brinda ninguna certeza.
Con el tiempo Toronto se convirtió en un importante centro de comercialización de pieles. Tenía la ventaja de estar junto a un camino que unía un sector del litoral del Lago Ontario con la desembocadura del Río Humber. Los registros de esa actividad recién empezaron a plasmarse en el año 1700, cuando en la zona ya vivían tribus algonquinas e iroquesas.
Al arribar los ingleses incendiaron la ciudad. No obstante, la paulatina presencia de campesinos le permitió resurgir hasta ser fundada oficialmente el 26 de Agosto de 1793 por el coronel inglés Simcoe, quien le dio el nombre de Town of York y le otorgó el estatus de Capital del Alto Canadá.
Pero tampoco hay seguridad sobre lo narrado. Otra versión afirma que fue Lord Rochester, Gobernador en Jefe, quien ordenó que York fuera la Capital del Alto Canadá por estar a orillas del Río Humber, una de las rutas de comercio fluvial más importantes del continente. Como fuere, cuarenta años después la ciudad recuperó el nombre de Toronto.
La gente de Toronto escribió una página gloriosa en 1812, cuando con valentía y pese al cruel derramamiento de sangre defendió su ciudad, invadida por el presidente de Estados Unidos James Madison. El mandatario había declarado la guerra a Gran Bretaña y con el afán de adquirir más tierras se había lanzado a la conquista del suelo canadiense.
Un año más tarde la urbe fue nuevamente asediada por 1.750 estadounidenses que tras desembarcar atacaron, saquearon, incendiaron y arrasaron con todo cuanto pudieron. Durante una semana 700 heroicos canadienses resistieron hasta obligarlos a retirarse.
Por esa misma época Canadá alentó a estadounidenses leales a la corona inglesa a emigrar a este suelo del norte, ofreciéndoles tierras a cambio de colonización. Al abrir las puertas del país, la inmigración creció.
Por un tiempo Toronto fue nombrada, junto con Quebec, Capital Alterna de la Provincia de Canadá. Cuando se conformó el Estado Federal de Canadá en 1867, quedó definitivamente como Capital de la Provincia de Ontario.
La ciudad ha sido presa de múltiples incendios. El de abril de 1904 la devastó. Duró toda la noche. Se cuenta que el intenso frío del fin de invierno congelaba en el aire el agua que se utilizaba para sofocar las llamas. La gente de Toronto reconstruyó su amada ciudad con sacrificio y decisión, logrando que en 1921 volviera a lucir su belleza y a destacar su dinamismo. El censo de entonces contabilizó 521.894 habitantes, la gran mayoría tenían origen británico, le seguían los provenientes de Francia, luego los llegados desde Italia, Polonia, Alemania, Holanda, y como minorías constaban personas de origen hebreo y chino.
Al presente Toronto se extiende sobre 630.2 km2, lo que la sitúa como la metrópoli más grande del país. Su población consta de algo más de 6.5 millones de habitantes provenientes de todos los continentes.
Como los datos sobre Toronto están rodeados de contradicción y misterio, aquí va otro detalle: en 1793 Alexander Aitkin realizó los primeros trazos de la urbe, donde constaban las calles Dundas y Yonge, esta última conocida hoy como la más larga del mundo. Inicialmente tenía 56 kilómetros de longitud, luego se los alargó hasta alcanzar la extensión actual de 86 kilómetros. No obstante, se afirma que Dundas Street es más extensa, tiene 201 kilómetros. Otras versiones ratifican que Yonge Street sí es la calle más larga del mundo, sólo cambia de nombre en su trayectoria y continúa prolongándose 2.000 kilómetros más. Por sobre las dudas, las dos calles se entrecruzan en el corazón de la gran metrópoli, intensificando los latidos citadinos con el entusiasmo de las personas que las recorren.
La gente de Toronto, todos nosotros, tenemos el privilegio de encontrarnos en este lugar mágico, donde reina el verdor de jardines, senderos, parques, bosques, junto a las azules tonalidades de las aguas del Lago Ontario. Inspirándonos en esta maravilla recordemos que Toronto nació en un remoto milenario y por lo tanto especulativo, o que ya tuviera 324 años de edad si tomamos en cuenta los registros de 1700 cuando ya estaba grandecita, o quizás hubiera sido mejor si hubiésemos festejado su cumpleaños 231 de acuerdo a la fecha de su fundación oficial en agosto de 1793, sobre lo cual tampoco hay certeza. Lo único cierto es que nuestra querida ciudad merece ser exaltada a diario o en la fecha que su gente decida…
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