Alertas de fraude: tenga cuidado de las llamadas telefónicas de personas que se hacen pasar por oficiales de Inmigración.

Alertas de fraude: tenga cuidado de las llamadas telefónicas de personas que se hacen pasar por oficiales de Inmigración.

 

Por Vilma Filici

filici@filici.com

TORONTO. Esta semana quiero compartir con ustedes una historia sobre un tema que, aunque lleva varios años ocurriendo, últimamente me ha llamado más la atención, ya que lo he visto con mayor frecuencia en un corto período de tiempo. Se trata de llamadas telefónicas dirigidas a personas vinculadas de alguna manera a un proceso migratorio, que supuestamente provienen de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC). ¡Estas llamadas son fraudulentas!

Hace unas semanas, uno de mis clientes, un solicitante de refugio que ya estaba esperando la fecha para su audiencia, me contactó. Quiero destacar que hasta ese momento no había recibido ninguna comunicación de la Junta de Inmigración y Refugiados de Canadá (IRB), la agencia encargada de tramitar su solicitud. Durante la llamada, mi cliente me comentó que había recibido una llamada de IRCC, pero no había podido contestarla. Quería saber si nosotros estábamos al tanto o si debía intentar devolver la llamada.

Al escucharlo, me llamó la atención, ya que, aunque es posible que ocurra, no es común que los oficiales de IRCC llamen directamente a los solicitantes de trámites migratorios, especialmente cuando estos cuentan con un representante legal. Además, me pareció inusual porque su caso, al tratarse de un proceso de refugio, ya no estaba siendo gestionado por IRCC, sino por el IRB. En este sentido, le pedí que no se preocupara, ya que, como sus representantes, nosotros nos encargaríamos de hacer las verificaciones necesarias para confirmar la autenticidad de la llamada. También le aseguré que, si IRCC necesitaba información adicional, se comunicarían con nosotros a través del portal o por correo electrónico.

Asimismo, le advertí sobre la posibilidad de que la llamada fuera fraudulenta y le recomendé tener precaución al decidir si debía contestar llamadas de este tipo. Después de nuestra conversación, revisamos los portales y la correspondencia para verificar si existía alguna solicitud de información. Al confirmar que no había nuevas peticiones, enviamos una comunicación a IRCC mediante el webform, informándoles sobre la situación.

A menos de una semana de este incidente, nos contacta un segundo cliente, quien también es solicitante de refugio y, al igual que el primero, había sido referido al IRB y estaba en espera de audiencia. Este cliente nos informó que había recibido una llamada, la cual logró contestar, ya que su identificador de llamadas indicaba que provenía de IRCC. Al contestar, escuchó un mensaje automatizado donde le explicaban que la llamada provenía de la agencia antes mencionada y le pedían que presionara un dígito para transferir su llamada. En ese momento, se asustó y decidió colgar el teléfono y ponerse en contacto con nosotros. Procedimos de manera similar a la anterior, y dimos la situación por finalizada.

Lo alarmante fue recibir otra llamada de un tercer cliente en una situación similar. Al igual que los anteriores, no alcanzó a conocer el alcance de la llamada, pero confirmó que, según su identificador de llamadas, provenía de IRCC y también recibió un mensaje automatizado. Como no dominaba bien el idioma, decidió no continuar la llamada e inmediatamente se puso en contacto con nosotros.

Tres llamadas en menos de 15 días. Ya en la oficina estábamos preocupados ante la posibilidad de que IRCC intentara comunicarse con nosotros. Aún no habíamos recibido respuesta a los webforms enviados (sabemos que generalmente tardan unos días en responder), lo que aumentaba nuestra inquietud. Aun así, seguíamos siendo cautelosos, advirtiendo a los clientes que no tomaran ninguna acción hasta tener una confirmación oficial.

Posteriormente, llamamos a la línea de ayuda de IRCC. Sabíamos que no encontraríamos una respuesta concreta, pero al menos podrían ayudarnos a aliviar la tensión. Al comunicarnos, explicamos a los agentes de ayuda el problema que estábamos enfrentando y les pedimos que nos ayudaran a entender qué podía estar ocurriendo. Ellos confirmaron que, efectivamente, no había ninguna solicitud de información en los casos mencionados y nos aseguraron que los oficiales de IRCC no llaman directamente a los aplicantes.

Esto nos tranquilizó y dimos la situación por concluida. Sin embargo, no había pasado ni una semana cuando una lectora nos escribió a la oficina para informarnos que también había recibido una llamada supuestamente de Inmigración. Ella contestó la llamada y le informaron que su visa había sido cancelada. Cabe destacar que ella es ciudadana canadiense, por lo que inmediatamente entendió que se trataba de una estafa. No obstante, quiso alertarnos sobre el incidente.

Desde el principio, expliqué que esta es una situación que ha existido durante años. En IRCC, publican constantemente advertencias y reportes sobre este tema, y debemos estar conscientes de ello. Defraudadores telefónicos se hacen pasar por funcionarios del gobierno, llamando a las personas para intimidarlas, diciéndoles que han cometido un error (como no presentar documentos correctamente) y que deben pagar tarifas. También pueden afirmar que, si no pagan de inmediato, podrían perder su estatus migratorio o ser deportados. En algunos casos, incluso amenazan a la familia o al hogar de la persona. Sin embargo, me preocupa el creciente número de personas que nos han contactado en un corto período de tiempo sobre esta situación, lo que me lleva a pensar que estos fraudes están aumentando en frecuencia y que es más importante que nunca estar alerta y bien informados para evitar caer en estas estafas.

En este sentido, es importante recordar que los oficiales de IRCC nunca te contactarán por teléfono para cobrar tarifas o multas, no serán agresivos ni te amenazarán con arrestarte o deportarte, no amenazarán con hacerte daño a ti, a tu familia o a tu propiedad, no te pedirán información personal por teléfono (excepto para verificar la que ya hayas proporcionado), no te pedirán información financiera por teléfono, no intentarán apresurarte para que pagues de inmediato, no te pedirán que pagues con tarjetas de crédito prepagadas, Western Union, Money Gram, tarjetas de regalo u otros servicios similares, ni enviarán a la policía para arrestarte por tarifas no pagadas.

Cuando se trata de hacer pagos a IRCC, existen dos métodos principales: uno es a través del portal por el cual presentas tu solicitud, y el otro es mediante una plataforma de pagos oficial de la organización. En ningún caso se te pedirá que realices un pago por vía telefónica. Si decides realizar un pago en línea, asegúrate siempre de que la plataforma sea del gobierno de Canadá.

Por lo tanto, les pido hoy que, primero, compartan esta información con tantas personas como sea posible. Evitemos a toda costa ser víctimas de personas inescrupulosas que se aprovechan de nuestros logros y beneficios. Y segundo, si reciben una llamada sospechosa que supuestamente venga de inmigración, pidan el nombre de la persona que los está llamando, cuelguen y luego contacten directamente a IRCC a través de los canales oficiales para confirmar si la llamada fue legítima. Si descubren que no lo fue, repórtenla al Centro Canadiense Antifraude. Si desafortunadamente han perdido dinero a causa de un fraude, por favor, infórmenlo a la policía local de inmediato.

En tiempos donde las estafas están en aumento, estar bien informados y actuar con cautela es nuestra mejor defensa. No permitamos que el miedo o la incertidumbre nos hagan vulnerables a estos fraudes. Mantengamos la calma, confirmemos siempre la veracidad de cualquier comunicación, y recordemos que proteger nuestra información personal es esencial