Colombia ya no es imbatible. Menos aún en el Centenario de Montevideo, el estadio donde el triunfo se le ha resistido desde hace más de medio siglo. El equipo de Néstor Lorenzo, que conserva su posición en la parte alta de la tabla de las eliminatorias, cayó este viernes 3-2 ante el Uruguay de Marcelo Bielsa, que detiene así su caída libre y se aferra también a los primeros puestos que aseguran un tiquete al Mundial de Norteamérica 2026. Tres distracciones defensivas, un autogol, un resbalón y un pelotazo en el último suspiro, le permitieron a La Celeste contrarrestar en un caótico final un exquisito tiro libre de Juan Fernando Quintero y un empate agónico que se quedó apenas en una fugaz celebración. Manuel Ugarte aseguró sobre la hora los tres puntos para Uruguay.

De entrada, Lorenzo sorprendió con dos novedades en su alineación, ambas directamente traídas de la liga argentina. El seleccionador de Colombia dejó en la banca a su capitán, James Rodríguez, que suele ser el alma de este equipo, para darle paso a otro 10 con una zurda de seda, Quintero, que viene de ser figura en el Racing de Avellaneda que disputará la próxima semana la final de la Copa Sudamericana. El momento favorecía a Juanfer, que de amarillo juega con el 20, por encima del mejor jugador de la Copa América, que ha estado relegado en el Rayo Vallecano. Lucho Díaz, el escurridizo extremo del Liverpool, heredó el brazalete de James, pero tuvo un partido discreto. El entrenador también tapó el sensible hueco que dejaba en el mediocampo el lesionado Jefferson Lerma con Juan Camilo Portilla, el jugador de Talleres de Córdoba que apenas había disputado un par de minutos en estas clasificatorias.

Portilla, recio, no desentonó en un mecanismo defensivo encabezado por los centrales Davinson Sánchez y John Lucumí. Colombia comenzó aplomada, se apoderó del balón y mantuvo a raya los ataques charrúas sin demasiadas angustias. El vendaval celeste fue apenas una llovizna en el primer tiempo. La visita incluso se dio el lujo de golpear primero. En un pase profundo de Quintero, Richard Ríos hizo un sombrero cerca de la línea de fondo y centró al corazón del área, donde Jhon Jader Durán, el delantero sensación del Aston Villa, impuso su físico para superar en el salto al portero Rochet y desviar por muy poco su cabezazo. Uruguay respondió con una incursión de Maximiliano Araujo, que se deshizo en el área de Lucumí pero estrelló su remate en los guantes salvadores de Camilo Vargas, que repitió sus atajadas providenciales a lo largo de la noche.

La prodigiosa pegada de Juanfer, al que a sus 31 años ya nadie en Colombia llama Quinterito, apareció sobre la media hora para adelantar a la Tricolor. El zurdo embocó un tiro libre desde la esquina del área, más propio para un diestro, que sorprendió a Rochet. El 20 venía de marcar un cobro similar que le permitió a Racing derrotar en el último suspiro a Independiente en Argentina y propició que muchos pidieran su presencia en la titular cafetera. El tiempo les dio muy pronto la razón, pero todo se torció en la segunda mitad.

Con el vértigo de los equipos de Bielsa aparentemente aplacado por Colombia, un error propició la remontada de los locales. En el duelo de laterales, un centro que lucía inofensivo de Marcelo Saracchi rozó en Daniel Muñoz y la barrida de Davinson Sánchez acabó por meter el balón en su propio arco. Los visitantes encajaron mal el empate. En otra veloz incursión por la zona de Muñoz, que sufrió un resbalón, Rodrigo Aguirre se sacudió a los defensas y definió con un remate cruzado en medio de un bosque de piernas para perforar el arco de Vargas.

Quintero salió en medio de aplausos para darle paso a James, que recuperó el brazalete de capitán para liderar la arremetida de Colombia en los últimos minutos. Con el tiempo cumplido, Carlos Andrés Gómez, el extremo del Stade Rennais francés que también saltó desde el banco, anotó en una confusa jugada en el área celeste para desatar la celebración cafetera. Las fricciones que siguieron hicieron recordar la reciente semifinal de Copa América en la que varios uruguayos frustrados por la derrota acabaron lanzando puños a los aficionados colombianos en las tribunas. Todavía hubo unos pocos segundos para que La Celeste, con 100 minutos jugados, lanzara en la última jugada un pelotazo que la defensa colombiana no supo despejar y Mario Ugarte sí logró rematar para tumbar por segunda ocasión a los pupilos de Lorenzo en estas eliminatorias. Su furioso derechazo deja a ambos equipos igualados con 19 puntos como escoltas del líder Argentina, que acumula 22. Colombia, como en tantas otras ocasiones en el Centenario, se ahogó en la orilla.