Conductor de Uber de Windsor recibe sentencia de apenas 12 meses por agresión sexual a una pasajera

Conductor de Uber de Windsor recibe sentencia de apenas 12 meses por agresión sexual a una pasajera

• Un conductor de Uber de Windsor recibió una mísera sentencia de solo 12 meses por agredir sexualmente a una pasajera. El agresor podría enfrentar además la pena adicional de ser expulsado de Canadá una vez que salga de prisión.

La amenaza de posibles consecuencias migratorias significativas, concretamente la deportación, impulsó a la defensa a solicitar una pena de prisión de no más de seis meses menos un día para Sevan Halabi.

Sin embargo, el juez Scott Pratt del Tribunal de Ontario se alineó con la postura de la Corona de una sentencia de 12 meses, incluso después de señalar que, como residente permanente y no ciudadano canadiense, Halabi enfrenta una revisión de su estatus migratorio y una posible orden de expulsión por cualquier condena penal que deba cumplir seis meses o más.

“Él sabía el impacto que la mala conducta podría tener en él y su familia cuando agredió a la víctima”, declaró Pratt en sus fundamentos de sentencia, publicados el pasado 3 de abril. “Ahora me pide que le imponga una sentencia injusta para que su familia no sufra las consecuencias de sus actos. Me niego”.

La víctima, una maestra, pidió un Uber el 9 de octubre de 2022 para que la llevara a casa después de una fiesta. Según los hechos que constan en la sentencia de Pratt, en lugar de llevarla a su casa, el conductor del servicio de transporte la llevó a un estacionamiento vacío.

“Le dijo que se divertirían”. Estacionó y se sentó en el asiento trasero, besándola a la fuerza y ​​luego, ignorando sus protestas, “metió la mano debajo de su vestido y le tocó la zona vaginal por encima de la ropa interior”.

Intentó besarla de nuevo y, al no responder, se calmó. “Ella le preguntó si aún la llevaría a casa y él se negó”, dejándola abandonada en el estacionamiento.

En una declaración de impacto que la víctima leyó ante el tribunal tres años después de la agresión, afirmó que aún sufre ataques de pánico y flashbacks. Sigue temerosa y enojada, y el delito ha afectado negativamente su vida personal y profesional. “No sabía si sería violada o asesinada, y ese miedo sigue impactando su vida”, declaró el juez, quien le aseguró: “Tu espíritu, que se refleja en tus palabras, te ayudará a salir adelante”.

La fiscalía se basó en decisiones judiciales previas relacionadas para recomendar lo que denominó un castigo adecuado. Al dictar la sentencia, el juez señaló: “Resulta preocupante que los delitos sexuales cometidos por conductores profesionales sean tan comunes que hayan creado su propia jurisprudencia”.

El juez reconoció factores atenuantes como la falta de antecedentes penales de Halabi y un sólido apoyo familiar. Sin embargo, un factor agravante “muy significativo” fue el abuso de confianza, y “cuando esa confianza se rompe con acciones penales, los tribunales sin contemplación deben responder con severidad”. El juez Pratt describió “todo el modelo de negocio de Uber y empresas similares” como uno en el que un cliente contacta a un desconocido por internet. A diferencia de un taxista con licencia municipal, el juez dijo que Halibi era “simplemente alguien con un teléfono celular que ofrece viajes a desconocidos”.

“De niños, nos dicen que nunca debemos subirnos a un vehículo con un desconocido… va en contra de todo lo que nos enseñan y de todo lo que nos enseñan sobre la seguridad”. La vulnerabilidad de la víctima —”sola y en gran medida indefensa” en el vehículo controlado por el agresor— hizo que un mensaje de denuncia y disuasión, dirigido a él y a otros, fuera prioritario en la sentencia, añadió el juez.

Halibi llegó a Canadá con su familia en 2018, tras escapar de su país natal, Irak, y de huir inicialmente a Jordania en 2016. Desde entonces, su esposa e hijos se han nacionalizado canadienses.