Elecciones 2026: Olivia Chow debe irse, pero John Tory no debería reemplazarla

Elecciones 2026: Olivia Chow debe irse, pero John Tory no debería reemplazarla

• Hay una larga lista de razones válidas por las que John Tory no debería volver a ser alcalde de Toronto, y todo se debe a su trayectoria.

Por Brian Lilley

Las líneas de batalla en las próximas elecciones a la alcaldía de Toronto se están definiendo discretamente, mientras los posibles candidatos, incluyendo a Olivia Chow y John Tory, analizan las candidaturas para determinar quiénes entran y quiénes salen.

Olivia Chow necesita ser reemplazada como alcaldesa de Toronto, pero John Tory no es la solución que la ciudad necesita. El exalcalde no ha descartado volver a presentarse; cuenta con un equipo preparado para dirigir su campaña y muchos partidarios.

Lo que los habitantes de Toronto deben comprender es que John Tory es la raíz de muchos de los problemas que enfrenta Toronto, y eso no cambiará si consigue un cuarto mandato.

Es cierto que problemas como la delincuencia, la falta de vivienda, los campamentos, el consumo de drogas al aire libre, el tráfico, los carriles bici y otros han empeorado mucho más con Olivia Chow. El problema es que, dado que todos estos problemas estaban en declive con Tory, no se puede confiar en que quien creó el problema, o los problemas, sea quien los solucione.

Entre 2014, cuando Tory fue elegido por primera vez, y 2023, cuando dejó el cargo, el número de delitos graves documentados por el Servicio de Policía de Toronto aumentó anualmente de 32.461 a 49.576. Esto supone un aumento del 53% en delitos como asaltos, robo de vehículos, homicidios, agresiones sexuales y allanamientos de morada.

Estas cifras aumentaron con Chow en 2024, pero la tendencia comenzó con Tory.

En 2014, los albergues para personas sin hogar de Toronto albergaban a poco más de 4.000 personas y estaban al límite de su capacidad. Ahora, el sistema alberga regularmente a cerca de 10.000 personas por noche, y pocas logran ser trasladadas a viviendas permanentes.

Duplicar la capacidad de los albergues mientras el problema empeora no es señal de éxito para Tory ni para Chow.

Durante la última década, bajo el gobierno de Tory y Chow, la vivienda se ha vuelto mucho menos asequible, y parte de ello se debe al aumento de las tasas de desarrollo urbanístico. En 2014, las tasas de desarrollo urbanístico para un apartamento de una habitación eran de 10.429 dólares, pero ahora se sitúan en 54.801 dólares, mientras que las tasas de desarrollo urbanístico para una vivienda unifamiliar han aumentado de 24.298 dólares a 143.409 dólares.

Si esos costes se hubieran mantenido al ritmo de la inflación, estarían en 13.611 y 31.711 dólares, respectivamente.

En cambio, la ciudad incrementó las tasas de desarrollo urbanístico, por no hablar de todas las demás tasas, e incrementó drásticamente el coste de la construcción de nuevas viviendas. Mientras tanto, en los últimos cuatro años, tanto bajo el gobierno de Tory como bajo el de Chow, los impuestos sobre la propiedad han aumentado poco menos del 30 %.

Durante la última década, el precio medio de una vivienda unifamiliar en Toronto ha pasado de poco más de 500.000 dólares a más de 1,25 millones de dólares. El precio medio de un apartamento en ese entonces era ahora de 600.000 dólares, comparado con poco más de 350.000 dólares en 2014.

El drástico aumento de los precios de la vivienda, las cargas urbanísticas y los impuestos comenzó con John Tory y continuó con Olivia Chow.

Ninguno de los dos merece ser recompensado por esto dándoles otro mandato como alcalde.

La iniciativa para poner a Toronto a la vanguardia de las malas políticas de drogas, con la creciente cantidad de centros de inyección y consumo, la promoción del llamado suministro seguro —e incluso la despenalización de todas las drogas duras— comenzó con Tory. Estos programas se implementaron con la promesa de que reducirían las muertes por sobredosis y ayudarían a las personas a obtener tratamiento; no han logrado ninguna de las dos cosas.

Tuvimos 460 visitas a urgencias por sobredosis de opioides en 2014 y 2.660 en 2023. Pasamos de 131 muertes por sobredosis de opioides en Toronto a 529 en ese mismo período.

Tory fue quien aprobó la expansión masiva de carriles bici en zonas donde no deberían estar. También estuvo al mando cuando la ciudad empezó a verse sucia porque no se recogía la basura.

“Deberías ir a ver Los Ángeles”, me dijo Tory una vez después de quejarse de lo sucia que se veía la ciudad.

Había visto Los Ángeles; no es un aspecto que queramos replicar. Además, decir que aquí está mal, pero que en otros lugares es peor, no es liderazgo en ningún sentido.

“Será diferente esta vez”, ha dicho una y otra vez un partidario de Tory para la alcaldía.

No veo cómo.

Tory y Chow comparten muchas —no todas, pero muchas— de las mismas políticas desastrosas. Lo mejor que se podría argumentar es que él no es tan radical y es un mejor administrador.

¿Es esa una razón para volver a ponerlo al mando? Toronto necesita un liderazgo nuevo y renovado que desafíe el sistema, reforme el funcionamiento del Ayuntamiento, controle los costos e impuestos y haga de Toronto una ciudad que vuelva a funcionar.

No sé quién será ese líder. Pero no es John Tory, ni Chow.