Carney afirma que es improbable un acuerdo comercial con EE. UU. sin aranceles.

Carney afirma que es improbable un acuerdo comercial con EE. UU. sin aranceles.

• El primer ministro afirma que “no hay mucha evidencia en este momento” de que EE. UU. esté dispuesto a alcanzar un acuerdo sin aranceles.

El primer ministro Mark Carney declaró el martes que Donald Trump, parece estar convencido de los aranceles y que cualquier acuerdo comercial con Estados Unidos podría incluir la aceptación de algunos gravámenes a las exportaciones.

En declaraciones a la prensa antes de una reunión de gabinete en Parliament Hill sobre la guerra comercial, Carney afirmó en francés que todos los acuerdos comerciales de Trump hasta el momento han incluido aranceles.

Añadió que “no hay mucha evidencia en este momento” de que EE. UU. esté dispuesto a alcanzar un acuerdo sin aranceles.

De hecho, el acuerdo comercial de Trump con el Reino Unido, país con el que EE. UU. mantiene un superávit comercial, incluye un arancel base del 10 %.

Carney no especificó si está dispuesto a aceptar aranceles. En la cumbre del G7 del mes pasado, tras reunirse con Trump, Carney afirmó que Canadá firmará un acuerdo “que beneficie exclusivamente a Canadá”.

Carney afirmó que, bajo el marco actual de Trump, Canadá tiene “prácticamente libre comercio” con Estados Unidos y que desea que continúe. Esto se refiere a las exenciones arancelarias otorgadas a los productos canadienses que cumplen con el Tratado entre Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC).

Al inicio de esta guerra comercial, la Casa Blanca estimó que alrededor del 62 % de las exportaciones canadienses no cumplían con el acuerdo comercial; algunas empresas optaron por pagar aranceles muy bajos en lugar de cumplir con los trámites necesarios para el libre acceso. Un informe reciente de RBC sugiere que el cumplimiento ha mejorado desde que Trump impuso los aranceles y que la mayoría de los productos se venden en Estados Unidos libres de aranceles.

Sin embargo, Carney declaró el martes que “obviamente existen problemas” con los aranceles sectoriales estadounidenses que se aplican universalmente al acero, el aluminio, las exportaciones de automóviles y las que amenazan con imponerse a los productos farmacéuticos, la madera y el cobre.

Los llamados aranceles de la Sección 232 han sido particularmente perjudiciales para la economía canadiense, provocando la pérdida de muchos empleos y una caída de las exportaciones.

Estos aranceles toman su nombre de la sección de una ley comercial estadounidense que permite al presidente imponer gravámenes sobre ciertos bienes que se dice que amenazan la “seguridad nacional”.

Catherine Cobden, presidente y directora ejecutiva de la Asociación Canadiense de Productores de Acero, declaró en una entrevista el martes que ya se ha producido una caída del 30 % en la producción de acero desde que Trump impuso por primera vez su arancel a los metales.

“Necesitamos estabilizar la situación en Canadá”, declaró Carney.

“El gobierno ha defendido constantemente a los trabajadores y las empresas canadienses durante estas negociaciones. Seguiremos haciéndolo. Preveo que las conversaciones se intensificarán de aquí a finales de mes y trabajaremos arduamente en ello”.

El líder conservador Pierre Poilievre afirmó que las declaraciones de Carney sobre los aranceles eran “otra concesión unilateral de un hombre que dijo que nunca cedería ante el presidente de Estados Unidos”. Y justamente está sucediendo.

Poilievre criticó previamente la decisión de Carney de eliminar el impuesto a los servicios digitales que afectaba principalmente a los gigantes estadounidenses de la web, una medida que Trump exigió para continuar las negociaciones comerciales y Canada claudicó ante las amenazas de Trump.

La empresaria Arlene Dickinson, miembro del Consejo de Relaciones Canadá-Estados Unidos de Carney, afirmó que los aranceles podrían ser inevitables, pero que podría haber una oportunidad de negociar su eliminación cuando el T-MEC se revise el próximo año.

“No puedo creer que vaya a permitir que no se impongan aranceles porque ese no es su estilo. Simplemente no es lo que quiere”, declaró Dickinson sobre Trump en una entrevista. Aseguró que Trump está, como de costumbre, “intimidando” a Canadá con sus constantes amenazas arancelarias y su “comportamiento autocrático”.

La semana pasada, Trump envió una carta a Carney informando que está tomando medidas para aumentar el arancel fronterizo vigente del 25% sobre los productos canadienses (el arancel que no se aplica si un producto cumple con el T-MEC) al 35% para el 1 de agosto.

Un funcionario de la Casa Blanca declaró a CBC News que la norma de cumplimiento del T-MEC seguirá vigente incluso si se aplica el arancel elevado el próximo mes.

Trump afirmó que se trata de una medida comercial diseñada para obligar a Canadá a tomar medidas enérgicas contra el fentanilo, aun cuando todos los datos del gobierno estadounidense indican que se incauta muy poca cantidad de esa droga en la frontera norte.

Impulso para desmantelar el narcotráfico
Aun así, el gobierno federal ha presupuestado más de mil millones de dólares para mejorar la vigilancia fronteriza en busca de drogas y migrantes, y las fuerzas del orden de todo el país han estado realizando incautaciones y arrestos como parte de un esfuerzo para desmantelar el narcotráfico.

“Si Canadá colabora conmigo para detener el flujo de fentanilo, quizás consideremos ajustar esta carta”, declaró Trump.

En declaraciones a la prensa el lunes, Trump afirmó que las cartas que envió a Carney y a otros son lo que él considera el “acuerdo” con los respectivos países.

“Esta mañana vi un programa y hablaban de: ‘¿Cuándo va a cerrar el acuerdo?’. Los acuerdos ya están hechos. (Según él,) las cartas ya son los acuerdos. Los acuerdos están hechos. No hay acuerdos que cerrar”, declaró Trump.

De ser así, Canadá podría contraatacar con aranceles más altos a los productos estadounidenses, algo que Trump ha amenazado de no hacer o impondrá mayores sanciones. Tácticas de matoneo.