Capítulo 7: La máquina de la distracción
Capítulo 7: La máquina de la distracción

– La Administración Trump ha definido un relato político y ha puesto toda su energía en comunicarlo, tratando de ocultar hechos negativos: caso Epstein, entre muchos otros. Por ello, las cortinas de humo se han vuelto imprescindibles
El 12 de julio de este año, la segunda presidencia de Donald Trump vivió uno de sus momentos de mayor debilidad. En una cumbre de estudiantes universitarios conservadores, Charlie Kirk y Steve Bannon, dos de los influencers más populares del movimiento MAGA, pidieron a los asistentes que levantaran su mano si el caso de Jeffrey Epstein era importante para ellos. Los presentes reaccionaron ipso facto elevando los brazos, algunos incluso ambos. El momento trascendió en un vídeo de YouTube que se viralizó.
Cinco días antes, la fiscal general, Pam Bondi, había anunciado que las investigaciones internas apuntaban a que Epstein sí se suicidó tras ser acusado de pedofilia y tráfico sexual y que no hay evidencias de que existiera una lista de sus clientes. Con eso, derribó una de las teorías conspirativas más populares entre los seguidores de Trump y que ha sido alimentada por él mismo: que el Estado profundo intentaba ocultar la información para proteger a varios políticos y famosos implicados. La información desató la furia de las bases MAGA, que se sintieron traicionadas.
Las redes sociales estuvieron ardiendo desde entonces. Se estima que hasta finales de julio hubo un promedio de 9 millones de interacciones sobre el tema. La primera reacción del presidente fue enviar un mensaje a través de su red social Truth pidiendo a sus seguidores que no prestaran atención al asunto. Una reacción atípica para una administración experta en desviar la atención y controlar el relato. Al ver que el foco no cambió, en sus siguientes acciones sí replicaron al dedillo las pautas acostumbradas y tuvieron más éxito. Empezaron a aplacar el asunto entre sus bases y obligaron a que los demócratas tuviesen que redoblar esfuerzos para mantener a Epstein en agenda.
Precisamente son esas técnicas de distracción las que se ponen bajo la lupa en el séptimo capítulo del Observatorio Trump. La Casa Blanca busca siempre captar la atención. Cuando otros temas que escapan de su control le disputan el protagonismo, actúan para recapturar el foco.
Esto evidencia una estrategia cuidada de campaña permanente, definida por Sidney Blumenthal como la promoción continua de un candidato o sus ideas más allá de las elecciones y utilizando el gobierno como una plataforma. Han definido un relato político y ponen toda su energía en comunicarlo. Para eso, las cortinas de humo se vuelven imprescindibles si el relato entra en riesgo.
Teorías de la conspiración
¿Qué hacer si las acciones de tu propio gobierno han puesto fin a una teoría de la conspiración? Alimentar otra, es la repuesta de la Administración Trump. El 19 de julio, Tulsi Gabbard, la jefa del servicio secreto, dijo tener información de que el expresidente Barack Obama lideró junto a Hillary Clinton una conspiración para impedir la victoria de Trump, para lo cual habrían inventado las denuncias de manipulación y ciberataques por parte de Rusia. Aunque este tema no ha borrado por completo la conversación sobre Epstein en el mundo MAGA de redes sociales, sí la ha opacado.

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