Trump es mayor amenaza para el Ártico canadiense que Rusia o China

Trump es mayor amenaza para el Ártico canadiense que Rusia o China

• Los norteños canadienses ven a Trump como una amenaza mayor para la seguridad ártica de Canadá que Rusia o China, ya que la región atrae mayor atención tanto de las potencias polares como de las no polares, según una encuesta reciente.

Los datos de la encuesta se publican en un momento en que se advierte al ministro de Asuntos Exteriores de Canadá que las tensiones actuales con Rusia y la creciente presencia de China en el Extremo Norte están generando un alto grado de incertidumbre sobre el futuro de la soberanía ártica.

Una encuesta publicada en septiembre por L’Observatoire de la politique et de la sécurité de l’Arctique (OPSA), un centro de investigación con sede en Quebec, reveló que un 37 % de los norteños consideraba que Estados Unidos era la “amenaza más grave” para el norte de Canadá, seguido de Moscú (35 %) y Pekín (17 %).

“Ver a Estados Unidos como la amenaza número uno es bastante alarmante, bastante sorprendente”, declaró Mathieu Landriault, director de la OPSA.

Landriault indicó que la percepción es particularmente fuerte entre los encuestados de Yukón, que comparte frontera con Alaska, y de Nunavut, cuyo vecino del norte, Groenlandia, enfrenta constantes amenazas por parte de la administración Trump.

“Existe la sensación de que Estados Unidos ahora es una fuerza desestabilizadora en la región, sin duda”, añadió Landriault.

Los aranceles, las órdenes ejecutivas y su reiterada retórica de Trump sobre convertir a Canadá en el estado número 51 —que resurgió esta semana en un discurso confuso ante los altos mandos militares estadounidenses— han “cambiado significativamente el panorama de seguridad en el Norte”, señaló la OPSA en sus conclusiones.

Si bien era la primera vez que la OPSA encuestaba a los norteños sobre esta cuestión, el grupo señaló que sus hallazgos no son un buen augurio para el futuro de la cooperación entre Canadá y Estados Unidos en el Norte, dado que la administración “ahora es vista como una amenaza creíble para Canadá, al nivel de un enemigo tradicional como Rusia”.

El martes, en una reunión sin precedentes de líderes militares estadounidenses, Trump afirmó que sigue promoviendo entre los funcionarios canadienses la posibilidad de convertirse en un estado estadounidense.

“Canadá me llamó hace un par de semanas; quieren formar parte del programa de defensa antimisiles “Cúpula Dorada”, a lo que le dije: ‘Bueno, ¿por qué no te unes a nuestro país? Te conviertes en el estado número 51, y lo consigues gratis'”, declaró Trump.

“Así que no sé si eso tuvo un gran impacto, pero tiene mucho sentido”.

Sus comentarios sobre la anexión de Canadá se produjeron tan solo una semana después de que su embajador en el país, Pete Hoekstra, declarara con irritación ante una audiencia en Calgary: “Si querían hablar del ‘estado 51’, lo siento, no tengo tiempo para hacerlo”.

Los materiales informativos preparados para la ministra de Asuntos Internacionales, Anita Anand, a principios de este año hacen una mención destacada de la seguridad en el Ártico. Los documentos señalan que, si bien la región ha sido “gestionada cooperativamente” por los estados polares “para fomentar una región de baja tensión y libre de competencia militar”, la situación en el norte de Canadá está cambiando rápidamente.

El cambio climático, por ejemplo, está abriendo nuevas rutas potenciales de transporte y navegación, mientras que la competencia por los minerales de tierras raras hace que empresas y gobiernos miren hacia el norte.

“Las barreras internacionales para prevenir y resolver conflictos se han debilitado y consideraciones geopolíticas más amplias (por ejemplo, la guerra de Rusia contra Ucrania… [y] los crecientes desafíos de los estados no árticos a la primacía de los estados árticos en la gobernanza del Ártico) han tenido efectos colaterales en el Ártico”.

Los documentos sugieren que los esfuerzos de colaboración entre Moscú y Pekín se centran cada vez más en el norte, e incluyen patrullas aéreas y marítimas cerca de Alaska, así como investigaciones científicas periódicas realizadas por rompehielos chinos en el océano Ártico.

Canadá y sus aliados asumen que esos buques chinos van más allá de la simple investigación científica, señalan los documentos.

Los materiales informativos de Anand advierten que los norteños y las comunidades indígenas también son blanco de “adversarios” en campañas de desinformación e influencia. El documento no identifica a los responsables, pero el departamento de seguridad nacional de Canadá ha señalado repetidamente tanto a China como a Rusia como promotores de ese tipo de operaciones.

Y las reiteradas referencias de Trump a la anexión podrían contribuir directamente a una de las narrativas preferidas de Moscú.

El Centro de Excelencia en Comunicaciones Estratégicas de la OTAN, con sede en Riga, señaló el año pasado que Rusia ha “incrementado drásticamente su retórica asertiva con respecto a la región ártica”, en particular en lo que respecta a las advertencias sobre un mayor potencial de conflicto militar.

Un informe reciente del Laboratorio de Integridad de la Información de la Universidad de Ottawa señaló que, en el centro de la narrativa de Moscú, se encuentra “la representación de la OTAN como una fuerza desestabilizadora que militariza el Ártico”.

“Los medios rusos presentan sistemáticamente la presencia de la OTAN en el Ártico como provocativa, mientras que las propias actividades militares rusas se presentan como rutinarias y defensivas”, añadió el informe.

Paralelamente, Rusia ha expandido sus operaciones de amenaza híbrida en el Ártico y sus alrededores, utilizando desinformación, ciberataques y sabotaje de infraestructuras para desestabilizar a los actores occidentales.

Expertos en seguridad en el Ártico han señalado que Rusia promueve la narrativa de que Canadá y sus aliados son simplemente peones de los intereses de Washington en la región. La obsesión de Trump por la anexión de Canadá y Groenlandia podría reforzar esa narrativa, en lugar de disiparla.

La encuesta de OPSA se realizó entre el 8 y el 26 de mayo de 2025, y se muestreó aleatoriamente a 609 canadienses en edad de votar residentes en los tres territorios del norte de Canadá. Los resultados se consideran precisos con un margen de error de 3,97 puntos porcentuales, 19 de cada 20.