Carney y Xi acuerdan abordar los puntos de fricción en la relación Canadá-China

Carney y Xi acuerdan abordar los puntos de fricción en la relación Canadá-China

• El Primer Ministro se muestra satisfecho tras la reunión clave con el presidente chino

El Primer Ministro Mark Carney abrió la puerta a un diálogo pragmático y constructivo al reunirse este viernes con el presidente de China en el marco de la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Este encuentro marcó el primer contacto formal entre los líderes de ambas naciones desde 2017.

La reunión con Xi Jinping se produjo un día después de que el líder chino se reuniera con Trump, encuentro que redujo en algo la tensión en la guerra comercial entre las dos superpotencias económicas, al menos por el momento.

Carney recibió una invitación para una visita de Estado

En unas breves declaraciones previas a su reunión con Carney, Xi Jinping destacó la larga trayectoria de cooperación y colaboración entre Canadá y China, e invitó al Primer Ministro a realizar una visita de Estado.

“China está dispuesta a colaborar con Canadá para encaminar las relaciones bilaterales hacia una senda sana, estable y sostenible lo antes posible, en beneficio de los pueblos de nuestros dos países”, declaró Xi en chino mandarín, palabras que posteriormente fueron traducidas.

Carney también reconoció que las relaciones entre ambos países se habían deteriorado en los últimos años.

“La distancia no es la solución a los problemas, ni la forma de servir a nuestro pueblo”, afirmó el primer ministro al inicio de la reunión, antes de que los medios de comunicación abandonaran la sala.

Reunión “muy necesaria”: Primer Ministro

Tras la reunión, Carney se detuvo para expresar su satisfacción con las conversaciones, que duraron 39 minutos, según informaron funcionarios de la oficina del primer ministro.

“Esta reunión de hoy era muy necesaria”, declaró Carney camino a la cena de líderes de la APEC. “Nos encontramos ante un punto de inflexión en la relación, un punto de inflexión que crea oportunidades para las familias y las empresas canadienses”.

No ofreció detalles.

Un comunicado de la Oficina del Primer Ministro indicó que ambos líderes ordenaron a sus funcionarios actuar con rapidez para resolver los problemas y tensiones comerciales pendientes.

Vina Nadjibulla, vicepresidente de investigación y estrategia de la Fundación Asia Pacífico de Canadá, afirma que el presidente chino, Xi Jinping, cree que las interrupciones comerciales de Estados Unidos están impulsando la posición de China a nivel mundial, y que el primer ministro Mark Carney llega a la reunión del viernes con Xi con muy poca capacidad de negociación frente a un país con el que resulta muy difícil negociar en cualquier circunstancia.

El comunicado añadió que se discutieron soluciones a las respectivas sensibilidades en temas como la agricultura y los productos agroalimentarios, como la canola, así como los mariscos y los vehículos eléctricos.

Las principales exportaciones canadienses a China —especialmente la canola, la carne de cerdo y los minerales— se han enfrentado a barreras comerciales recurrentes.

La última visita de Estado tuvo lugar en 2017.

A lo largo de los años, varios líderes políticos canadienses y responsables de la formulación de políticas federales han acusado a Pekín de utilizar el comercio como medio de presión.

Los aranceles canadienses a los vehículos eléctricos chinos han sido otro motivo de gran frustración.

En cuanto a la visita de Estado como gesto de buena voluntad, Carney afirma que asistirá.

Antes del viernes, el último contacto formal de alto nivel tuvo lugar cuando el ex primer ministro Justin Trudeau se reunió con Xi en Pekín en 2017, cuando Canadá intentó, sin éxito, lograr un acuerdo de libre comercio con China.

Las relaciones entre ambos países han sido muy tensas, marcadas por casi una década de desconfianza y una cooperación económica esporádica.

La principal ruptura política se produjo con el arresto en 2018 de la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, en Vancouver, y la detención en represalia por parte de Pekín de dos canadienses. Este episodio endureció la opinión pública y política contra China, que se vio reforzada por las acusaciones de que Pekín intentó interferir en las elecciones canadienses, así como por la intimidación a las comunidades de la diáspora.