¿Qué se necesita para que los canadienses consuman menos alimentos ultraprocesados?

¿Qué se necesita para que los canadienses consuman menos alimentos ultraprocesados?

• Estudio tras estudio demuestran que esos alimentos están perjudicando la salud. Otros países, como Brasil, están abordando el problema de los alimentos ultraprocesados ​​que se sirven en las escuelas

Una serie de estudios publicados esta semana en The Lancet (ver nota en nuestra sección Mundo) se suma a la creciente evidencia: los alimentos ultraprocesados ​​no son buenos para la salud.

Los investigadores los han vinculado con enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Argumentan que los consumidores y los legisladores deben tomar medidas para frenar su consumo, incluso cuando los canadienses compran y consumen cada vez más estos alimentos.

Sin embargo, existen obstáculos reales para garantizar que los canadienses puedan acceder a opciones más saludables, como alimentos integrales y productos frescos, y elegirlas, según afirman los investigadores, así como quienes trabajan con poblaciones en situación de inseguridad alimentaria.

Para empezar, los alimentos ultraprocesados ​​suelen en parte ser más baratos. Según un estudio estadounidense publicado en la revista Frontiers in Nutrition, los alimentos ultraprocesados ​​cuestan alrededor de 55 centavos por cada 100 calorías, mientras que los alimentos no procesados ​​cuestan casi el triple por el mismo valor calórico.

También son más fáciles de preparar y se conservan bien; esto resulta útil, sobre todo para quienes tienen poco tiempo o carecen de los utensilios y el espacio necesarios para preparar alimentos frescos.

Además, existen datos que parecen indicar que los canadienses recurren a los alimentos ultraprocesados ​​cuando tienen poco tiempo. Un estudio reciente de Statistics Canada, que analizó dónde consumían los canadienses alimentos ultraprocesados, reveló que muchos los consumían en el desayuno, cuando suelen tener prisa.

«Única opción» para algunos
Kitty Raman Costa lo sabe bien. Dirige el Banco de Alimentos Comunitario de Parkdale en Toronto. Aunque su banco de alimentos ofrece productos frescos junto con alimentos listos para consumir, afirma que muchos optan por las opciones ultraprocesadas porque sienten que no tienen otra alternativa.

«No solo son más convenientes, sino que son la única opción para algunas personas, según sus circunstancias», declaró.

Esto incluye a las personas con discapacidades o enfermedades crónicas, que tienen dificultades para preparar sus propios alimentos, añadió Raman Costa. Quienes carecen de vivienda adecuada también enfrentan dificultades para acceder a alimentos saludables.

“A menudo, no tienen acceso a una cocina apropiada para almacenar y preparar alimentos frescos de forma segura”, afirmó.

El acceso a una vivienda digna y segura, que incluya una cocina y refrigeración adecuada, ayudaría a las personas a las que atiende a elegir opciones más saludables.

Alfabetización alimentaria, acceso a cocinas
Otra barrera, según Raman Costa, es que algunas personas no saben qué hacer con algunos de los ingredientes que se ofrecen en los bancos de alimentos, como los nabos suecos.

La capacitación en habilidades culinarias ayudaría a reducir esta barrera, por lo que su banco de alimentos ofrece talleres de cocina y ha creado un recetario comunitario con ingredientes comunes en el banco.

Usar recetarios para mejorar la alfabetización alimentaria es una excelente estrategia, según expertos como David Ma, profesor del departamento de ciencias de la salud humana de la Universidad de Guelph.

“La alfabetización alimentaria en Canadá es baja”, afirmó Ma, y el hecho de que los canadienses consuman demasiados alimentos ultraprocesados ​​lo demuestra.

“Necesitamos mejorar en cuanto a conocimientos sobre nutrición y habilidades culinarias”, afirmó.

Esto incluye la educación pública, para que la gente sepa exactamente qué es un alimento ultraprocesado, así como enseñar a los niños habilidades culinarias básicas desde temprana edad.

“Simplemente saber cómo sujetar un cuchillo y cortar verduras; es una habilidad culinaria básica que algunas familias y niños no poseen”, dijo Ma, director del estudio Guelph Family Health, que realiza un seguimiento a cientos de familias de Ontario y sus elecciones de dieta y estilo de vida.

Su programa también ofrece una serie de libros de cocina, diseñados para ayudar a familias jóvenes con poco tiempo a preparar comida saludable desde cero en casa.

Comer en casa generalmente significa que las personas consumen menos alimentos ultraprocesados, según un informe de Statistics Canada que analizó datos de encuestas de 2015.

Sin embargo, los investigadores sugieren que incluso las comidas caseras no están exentas de alimentos poco saludables: más del 40 por ciento de la energía de los alimentos consumidos en casa aún provenía de alimentos ultraprocesados, según el informe.

Este tipo de alimentos está presente en todas partes de nuestra cadena alimentaria, y eso podría contribuir al problema, según los investigadores.

«No podemos ser el último país».

En otras partes del mundo, como Brasil, los gobiernos intentan abordar el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados ​​en las escuelas. El noventa por ciento de los alimentos que se sirven en el programa de almuerzo escolar gratuito de ese país deben ser mínimamente procesados, y gran parte de los productos provienen de agricultores locales.

El experto canadiense en nutrición Jean Claude Moubarac ayudó a diseñar el programa. Ahora, el profesor de la Universidad de Montreal espera que Canadá aprenda de él e intente implementar un programa con principios similares.

“Creo que deberíamos replicar el espíritu del programa, que consiste en intentar reevaluar la calidad de los alimentos que ofrecemos a nuestros hijos”, dijo Moubarac, coautor de dos de los estudios publicados esta semana en The Lancet.

Otros países, como México, Brasil y Chile (ver nota en nuestra sección Latinoamérica) también han restringido la comercialización de alimentos poco saludables, especialmente para niños, señaló Moubarac. Otros, además, han reforzado sus requisitos de etiquetado de alimentos para facilitar la identificación de los ultraprocesados.

“Necesitamos encontrar la manera de recuperar el control para poder transformar nuestro sistema alimentario mediante políticas innovadoras que respondan a nuestras necesidades”, afirmó.

Países como Francia, Brasil y México están a la vanguardia en la limitación del consumo de alimentos ultraprocesados, indicó Moubarac, quien expresó su deseo de que Canadá se sume a estos esfuerzos.

“Tenemos una gran oportunidad para abordar las enfermedades crónicas que enfrentamos en este país transformando el sistema alimentario”, concluyó. “No podemos ser el último país en hacerlo.”