Cada vez más muertes por opiáceos en Canadá
Cada vez más muertes por opiáceos en Canadá
Expertos de la Universidad de Toronto advierten de que los fallecimientos relacionados con el uso de fármacos contra el dolor derivados del opio son ya más comunes en América del Norte que los provocados por enfermedades como el cáncer de piel, el virus del sida o dolencias hepáticas derivadas del alcoholismo.
Solo en Estados Unidos, las muertes relacionadas con analgésicos opiáceos aumentaron de 4.041 en 1999 a 14.459 en 2007
Redacción. Toronto.- Los expertos aseguran que es necesario hacer frente al creciente número de muertes en Canadá y Estados Unidos por el consumo de los analgésicos conocidos como opioides (llamados también opiáceos), según publica la versión digital de la revista médica especializada British Medical Journal.
Los opioides son analgésicos que contienen compuestos derivados de la amapola del opio. Estos medicamentos “han sido utilizados para controlar los síntomas del cáncer y los trastornos médicos agudos, y cada vez se utilizan más para controlar el dolor crónico, como por ejemplo, en pacientes que sufren osteoartritis”, detallan en el artículo el investigador Irfan Dhalla y sus compañeros de la Universidad de Toronto, autores del estudio.
Los expertos describen cómo en Estados Unidos las muertes relacionadas con analgésicos opiáceos aumentaron de 4.041 en 1999 a 14.459 en 2007 y son ahora más comunes que las muertes por cáncer de piel, por el virus del sida (el VIH), o por enfermedades hepáticas (del hígado) relacionadas con el alcoholismo..
Además, la investigación muestra que entre 1,4 y 1,9 millones de alemanes son adictos a los medicamentos recetados y que algunas autoridades han sugerido que el Reino Unido podría enfrentarse a una epidemia similar a la de América del Norte en cinco o diez años.
De hecho, el uso de opioides fuertes para enfermedades crónicas y para el dolor generado por el cáncer “es un desastre ya en marcha”, según describe el doctor Des Spence en la revista British Medical Journal.
Dhalla asegura que “las muertes relacionadas con la metadona y la codeína prácticamente se duplicaron en Inglaterra y Gales entre 2005 y 2009, mientras que las muertes relacionadas con la heroína o la morfina se mantuvieron sin cambios”.
Los autores de este estudio han presentado varias estrategias para hacer frente a las muertes por opioides en Estados Unidos y Canadá. En este sentido, indican que el personal que trabaja para las compañías farmacéuticas no debería recibir comisión por la comercialización de medicamentos con receta de opiáceos, y que los reguladores deben evaluar los anuncios de estos fármacos antes de su difusión.
Otra iniciativa consiste en introducir bases de datos electrónicas en tiempo real para reducir la frecuencia con la que los opioides se obtienen de varios médicos o farmacias.
De igual manera, los expertos reclaman programas educativos para ayudar a los médicos a mejorar la prescripción de opioides, así como una mayor investigación para guiar la práctica. Señalan que “la evidencia del uso de opioides para controlar el dolor crónico es muy limitada y los riesgos pueden superar los beneficios”.
“Se debe mantener el acceso a los opioides en los pacientes adecuadamente seleccionados, pero se debe luchar por una gran reducción del número de muertes por sobredosis, algo que debe ser una prioridad importante para médicos y políticos”, concluyen.
Diferente efecto en hombres y mujeres
Por otra parte, un grupo de científicos estadounidenses aseguran haber desvelado la razón por la que algunos analgésicos opioides son más efectivos en las mujeres que en los hombres, algo que se descubrió a mediados de la década de los años noventa.
Los analgésicos narcóticos disminuyen el dolor por la actividad de los receptores opioides, que se encuentran localizados en los nervios que transmiten la sensación de dolor, desde los niveles mu, delta y kappa, tres de los principales tipos de receptores opioides en el cerebro y en la medula espinal. Estos tipos no son muy diferentes entre hombre y mujeres, por ello es difícil entender por qué la eficacia de algunos analgésicos depende del sexo.
Ahora, investigadores del National Institute of Drug Abuse (NIDA), han revelado que el mejor tipo de receptor opioide actúa de manera distinta según el sexo. Así, los científicos encontraron que la medula espinal de los animales hembras de laboratorio contenía al menos cinco veces más eterodimeros kapp-mu, un complejo receptor de opioides mu y kappa. Además la cantidad del heterodimero mu-kappa en la medula espinal de las hembras era cinco veces mas alta cuando sus niveles de estrógeno y progesterona estaban en sus niveles máximos. Después, los investigadores encontraron que ambas hormonas son críticas para la formación de receptores heterodimeros opioides mu-kappa.
El estudio ha sido dirigido por el profesor de Bioquímica del Departamento de Obstetricia y Ginecología, Alan Gintzler, con la colaboración de la State University of New York (SUNY) Downstate Medical Center, Sumita Chakrabarti y Nai-Jiang Liu.
El descubrimiento del complejo receptivo opioide mu-kappa, más predominante en la médula espinal de las mujeres que de los hombres, está sincronizado con el reflujo y flujo de las hormonas ováricas, lo que que podría explicar el hecho de que medicamentos que tratan de combatir este dolor, como la pentazocina, la nalbulfina y el butorfanol, que actúan principalmente en los receptores opioides mu y kappa, sean mas efectivos en los hombres que en las mujeres. La activación del receptor opioide kappa con el complejo receptivo opioide kappa-mu puede proporcionar un mecanismo para producir un alivio del dolor con el complejo opioide kappa sin necesidad de activar las funciones promotoras del dolor.
Gintzler, Liu, y Chakrabarti, cuyos estudios ha sido recientemente publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences y por la Journal of Neuroscience, sugieren que los médicos deberían tener en cuenta las etapas de la menstruación antes de decidir qué medicamento prescribir para tratar el dolor. Mientras algunos medicamentos podrían ser muy efectivos en mujeres en el tratamiento del dolor en momentos en que los estrógenos y los niveles de progesteronas son altos, también podrían aumentar dolor cuando los niveles son bajos.
Esta consideración podría ser muy importante para tratar incluso los casos más dolorosos en las mujeres postmenopaúsicas y mayores, dice Gintzer.
