‘POM Powerful Presents’, ‘The Conspirator’
‘POM Powerful Presents’, ‘The Conspirator’
POM Powerful Presents: The Greatest Movie Ever Sold
Estados Unidos, 2011
Un film de Morgan Spurlock.
Este documental de Morgan Spurlock tiene como propósito exponer en qué consiste y cómo se logra el “product placement”. El mencionado término inglés, que podría ser traducido en español como “posicionamiento de productos”, consiste en utilizar la publicidad a través de un método no convencional. En lugar de publicitar avisos comerciales sin que quede la mínima duda de que se trata de un servicio pagado, el producto que se desea destacar aparece en las películas, series televisivas e incluso programas periodísticos de TV en forma sutil y aparentemente escondido evitando la impresión de que se trata de publicidad paga.
La táctica descripta no es nueva, prácticamente tiene difusión mundial y en ciertos países de América Latina se la conoce en la jerga televisiva con el nombre de “chivo”. Dicho lo que antecede, lo que el film de Spurlock ofrece como real novedad es que además de ilustrar el “detrás de la escena” de todo el marketing involucrado para que el “product placement” tenga lugar, él mismo no tiene empacho en utilizarlo para obtener el financiamiento necesario de su film; en otras palabras, el hecho singular consiste en realizar dos actividades simultáneamente donde el cineasta “predica con su ejemplo” para mostrar lo que se propone.
Consecuentemente con lo apuntado, Spurlock –después de haber logrado un gran impacto con su ingenioso documental “Super Size Me” retorna ahora con renovado brío para mostrarnos al comienzo de qué modo va cortejando a potenciales auspiciadores para que colaboren en su film haciéndoles ver las ventajas que habrán de obtener. Todo ese proceso involucra entrevistas con posibles interesados donde las réplicas de algunos de ellos originan momentos de franca comicidad. Entre otros encuentros, resulta de interés la consulta que efectúa a un prestigioso abogado para estar seguro que no será objeto de ninguna demanda judicial una vez que el film esté realizado; también efectúa indagaciones con los ejecutivos de publicidad de ciertas marcas comerciales aunque sin obtener respuestas concretas o específicas debido al recelo que despierta en ellos. Finalmente, el documentalista concreta la participación de varias empresas bien conocidas donde se destaca la compañía Pom Wonderful, dedicada a la explotación de un jugo de granada de propiedades antioxidantes, que decide efectuar una importantísima contribución con la condición de que el film se estrene en no menos de 200 cines y logre convertirse en un éxito de boletería.
Como Spurlock desea que su proyecto exude transparencia, va demostrando a sus asociados financieros el modo en que sus productos aparecerán en el documental que está rodando y para agradecer la generosidad de su principal financista decide titular al film con el nombre de dicha empresa. De ahí en más, se contempla al realizador bebiendo el jugo de referencia, durmiendo en los hoteles de la cadena auspiciadora, promocionando el coche que maneja, destacando la compañía de aviones en que vuela, las zapatillas que utiliza, y toda otra actividad que permita destacar los productos de las firmas contribuyentes.
Al finalizar la proyección uno se queda pensando si es posible que el trabajo de un artista pueda estar condicionado a la aprobación de quienes lo financian. Sin embargo, después de meditarlo –al menos en mi caso- se puede concluir que aquí poco importa este factor dado que el documental no pretendió ser ni es una obra de arte. En cambio, lo que aquí importa es que, a pesar de que su relato a veces se estira demasiado y que el ritmo pueda ser demasiado vertiginoso, el público se enfrenta con una película muy amena, agraciada de un sutil humor y con entrevistas que acrecientan su interés como las realizadas a Noam Chomsky, Donald Tramp, Ralph Nader y Quentin Tarantino, entre otras personalidades, con referencia al tema de la comercialización encubierta.
The Conspirator
Estados Unidos, 2010.
Un film de Robert Redford
El veterano actor Robert Redford se ubica nuevamente detrás de la cámara para abordar un episodio histórico no muy conocido vinculado con el asesinato del presidente Lincoln en Abril de 1865.
Después del asesinato, siete hombres y una mujer son arrestados acusados de conspirar el asesinato del Presidente así como también del Vicepresidente y del Secretario de Estado. Sin embargo la única mujer convicta fue Mary Surrat (Robin Wright) por haber sido la dueña de una casa de huéspedes donde John Wilkes Booth (Toby Kebbell), el asesino que disparó el gatillo contra Lincoln- y otros conspiradores -entre ellos John (Johnny Simmons), el hijo de Mary- se reunían para preparar el siniestro crimen.
En sus primeros 20 minutos, el film recrea eficientemente los acontecimientos previos al drama que se viviría en el Teatro Ford de Washington D.C. donde se produjo el sangriento asesinato, para pasar inmediatamente al arresto de Mary. De algún modo, la acusación contra ella podía entenderse como una carnada para que denunciara el paradero de su hijo, el único que logró fugarse y escapar de la justicia. Frederick Aiken (James McAvoy) un joven idealista abogado, acepta con reluctancia asumir la defensa de Mary a instancias de su mentor, el ex procurador general Reverdy Johnson (Tom Wilkinson). Aunque en un principio Aiken no cree en la inocencia de su cliente, gradualmente va cambiando de opinión cuando su hija Anna Surrat (Evan Rachel Wood) va proporcionando evidencias exculpatorias.
Queda claro que el veredicto del tribunal militar que la juzgó en lugar de haber sido enjuiciada por el fuero civil garantizado por la constitución, lejos estuvo de haber sido justo e imparcial al haberla condenado a la pena capital. De este modo, Mary se convirtió en el chivo expiatorio necesario para calmar las iras de un pueblo ávido de venganza. Declarando ser inocente hasta el último momento, todo habría cambiado para ella de haber suministrado información sobre el paradero de su hijo, hecho que naturalmente resulta inconcebible de admitir puesto que ninguna madre puede quedar obligada a delatar a su propio vástago.
En esencia, el espectador asiste a un drama judicial que no se diferencia de muchos otros ya vistos en innumerables películas. Aunque cabe reconocer el esfuerzo volcado por el guionista James Solomon al haber elaborado un relato que fue fruto de la investigación que realizó a través de las transcripciones del juicio y otros registros históricos que tuvo posibilidad de acceder, lo que se expone resulta de interés didáctico pero sin alcanzar una envergadura dramática que llegue a conmover como debiera. Con todo, Redford ofrece un film de estructura clásica, realizado con sumo esmero, interpretado impecablemente y con una excelente reproducción de época.
Como coda del film el espectador se impone de una ironía del destino; así, cuando John Suratt fue finalmente arrestado en Egipto después de la ejecución de su madre, el tribunal civil que lo juzgó no pudo llegar a un veredicto y en consecuencia quedó absuelto y en libertad.
VIDEO
Farewell (L’affaire Farewell)
Francia, 2009
Dirección: Christian Carion
Distribuidora: Seville Films-Entertainmen One (2011)
Christian Carion ha logrado un cautivante film sobre un caso de espionaje que tuvo lugar en la Unión Soviética en los primeros años de la década del 80 y que fue considerado como de uno e los más importantes del siglo pasado.
Emir Kusturica, el director serbio participando aquí como actor, anima a un coronel de la KGB que a pesar de sus simpatías con el comunismo se siente desilusionado con la corrupción existente durante la era Brezhnev; para vengarse de la situación imperante, y con la participación de un ingeniero francés (Guillaume Canet), transmite informaciones de la Unión Soviética de extrema confidencialidad al gobierno de Francia quien a su vez se las comunica a la Casa Blanca. Además de la muy buena caracterización de los personajes de Kusturica y Canet, acompañados eficientemente por Willem Dafoe y Diane Kruger, la sobria dirección de Christian Carion ha permitido que el público goce de un buen thriller con todos los ingredientes propios de un relato del género donde no faltan las traiciones, las mentiras y los juegos de poder dentro del contexto de la Guerra Fría. La banda audio es en inglés y francés con subtítulos optativos en ambos idiomas.
TCM Greatest Classic Legends. Marlon Brando
Distribuidora: Warner Bros Pictures (2011)
Marlon Brando es ampliamente considerado como uno de los actores más importantes de la historia del siglo pasado. Desaparecido en 2004 dejó en su filmografía títulos de notable calidad como fueron, por ejemplo, “Nido de Ratas”, la serie de “El Padrino”, “Ultimo Tango en París” y “Queimada” donde uno de los factores claves fue precisamente su excepcional interpretación. Para los cinéfilos de Brando, acaba de aparecer una colección de cuatro filmes donde él ha participado. El más importante de los títulos incluidos es UN TRANVIA LLAMADO DESEO (1951) de Elia Kazan basado en la célebre obra de Tennessee Wiliams; después de haberlo representado magistralmente en la versión teatral de Broadway, Brando logró en el cine una interpretación consagratoria animando al colérico y violento Stanley Kovalsky; es acompañado por Vivien Leigh quien ganó el Oscar por la memorable caracterización de la vulnerable Blanche Dubois.
En JULIO CESAR (1953) de Joseph Mankiewicz, basado en la celebrada obra de Shakespeare sobre el asesinato del líder militar y político romano y su repercusión posterior, Brando ofrece otro buen trabajo animando a Marco Antonio, amigo leal y comandante en jefe del ejército de Julio César; ese film reúne además un reparto estelar integrado por John Gielgud, James Mason, Louis Calhern, Greer Garson y Deborah Kerr.
Otro film de la serie es LA CASA DE TE DE LA LUNA DE AGOSTO (1956) de Daniel Mann, donde es una de las raras veces en que el actor interviene en un rol no dramático; el film es una comedia de ambiente militar donde Brando anima a un avispado intérprete japonés realizando su trabajo para las tropas americanas de ocupación en Japón, inmediatamente después de finalizada la segunda guerra Mundial; sin que se trate de una película excepcional, siempre perdura la actuación de este gran actor.
El último título es REFLEJOS EN UN OJO DORADO (1967), un drama excelentemente dirigido por John Huston, ambientado en un fuerte militar de Georgia donde Brando ofrece otra destacable interpretación como un militar homosexual reprimido cuya mujer lo engaña con un colega. En esta oportunidad el actor compartió el cartel con la recientemente desaparecida Elizabeth Taylor, quien demostró que además de su radiante belleza también exhibía considerable talento interpretativo tal como lo evidenció en “¿Quién le teme a Virginia Woolf?”
Cada uno de los 4 filmes viene acompañado de material adicional; el más relevante es el que se encuentra en el dirigido por Elia Kazan con comentarios del actor Karl Malden y los historiadores de cine Rudy Behlmer y Jeff Young.
El audio de los filmes es en inglés y francés con subtítulos en inglés, francés y español (los extras no están subtitulados).