❌
Improvements
Thank you for your feedback!
Error! Please contact site administrator!
Send
Sending...
×
  • Canadá
  • Latinoamérica
  • Mundo
  • Cine
  • Deportes
  • Sucesos
  • Tecnología
  • Ciencia
  • Salud
  • Especiales
  • Inmigrando a Canadá
    • August 19, 2011 , 04:38am

    Memorias de barricadas

    Memorias de barricadas

    Un manifestante toca el escudo de un carabinero durante una marcha de protesta en Santiago de Chile. Foto: Felipe Trueba / Efe

    “… Me gustan los estudiantes / porque son la levadura / del pan que saldrá del horno / con toda su sabrosura…” nos cantaba Violeta Parra en ese tema que ella escribió allá por los años 60. Varias décadas más tarde viendo ahora a través de la televisión las movilizaciones de los estudiantes en las calles de las principales ciudades de mi país de origen, no puedo dejar de sentir una cierta emoción y nostalgia de esos tiempos cuando también estuve en esas andanzas.

    El año 1968 fue particularmente importante en materia de movilizaciones de estudiantes a través del mundo, por cierto en la historia quedó el “Mayo del 68” en París y otras ciudades francesas que casi derribó el gobierno del derechista presidente Charles de Gaulle. En todo caso esa gran jornada marcó el comienzo del fin para el mandatario francés que después de ese episodio vería decaer su carrera política. Ese fue también un año de mucha agitación estudiantil en mi país de origen en la cual participé.

    Para quienes piensen que los movimientos y huelgas estudiantiles es cosa sólo de ahora o de las últimas décadas valga aclararles que en verdad la agitación de los estudiantes es casi tan antigua como las universidades mismas. Ya en tiempos medievales las universidades de París y Boloña fueron escenarios habituales de disputas entre estudiantes y autoridades. ¿Qué reclamaban los estudiantes entonces? En la mayor parte de los casos sus reclamos apuntaban a profesores cuyos puntos de vista no compartían o que no consideraban calificados para enseñar. Los estudiantes también eran celosos defensores de los derechos y fueros que les correspondían en tanto gremio. Las universidades eran consideradas como comunidades de estudiantes y maestros y en tal sentido tenían derecho a su autorregulación, lo que en tiempos modernos derivó en el concepto de autonomía universitaria. Por cierto un concepto que no siempre era respetado ni por las autoridades civiles ni por las religiosas, que en muchas ocasiones destituían o ponían incluso en prisión a catedráticos que mantenían puntos de vistas que esas autoridades cuestionaban. Fray Luis de León por ejemplo, catedrático en la Universidad de Salamanca en el siglo 16, acusado de traducir libros prohibidos fue procesado por la Inquisición que lo encarceló durante cinco años, finalmente absuelto, el ilustre maestro fue reintegrado a su cátedra y—según cuenta la leyenda—al reencontrarse frente a sus alumnos habría pronunciado esa famosa frase: “como decíamos ayer…”

    La idea de inviolabilidad territorial, habitualmente asignada a las universidades y a veces asociada con la idea de autonomía, consiste en que la fuerza pública (policía) no puede entrar a los recintos universitarios sin permiso de las autoridades académicas, principio en realidad derivado del hecho que las universidades europeas fueron creadas como instituciones de la Iglesia Católica y como los recintos eclesiásticos efectivamente gozaban de ese fuero de inviolabilidad, este fue extendida a sus universidades también.

    En el contexto latinoamericano se considera que el inicio de los movimientos estudiantiles con una plataforma política se produjo en 1918 con el llamado Grito de Córdoba (también conocido como “Rebelión de Córdoba” e “Insurrección de Córdoba”), un proceso desarrollado en la Universidad Nacional de Córdoba, gatillado por el nombramiento de un rector de ideas reaccionarias que era rechazado por el estudiantado, que a partir de entonces empezó a reclamar el derecho a participar en las decisiones de las universidades.

    El movimiento cordobés reivindicaba el derecho de la comunidad universitaria a regirse a si misma, un movimiento que calaría profundamente en el desarrollo de la conciencia estudiantil en todo el continente latinoamericano. Por cierto no todos lo veían positivamente, el entonces obispo de Córdoba, Zenón Bustos escribía ese mismo año una pastoral llamada “La revolución social que nos amenaza” en la que decía entre otras cosas: “Sin freno que las contenga, serene o amanse, correrán las masas sin que haya poder que las entre en concordia con los capitales y capitalistas, las empresas y empresarios, las industrias e industriales, una vez que, por desgracia, falte en ellas la conciencia cristiana, el temor a Dios”. En una cosa tenía razón el curita de marras, la rebelión iniciada en la universidad cordobesa introducía también problemáticas extra-universitarias, se planteaba de hecho una acción solidaria entre estudiantes y trabajadores, algo que obviamente entraba a preocupar a la gente en posición de poder. También—desde otra perspectiva por cierto—veía esa confluencia un notable pensador de la época, el peruano José Carlos Mariátegui: “Se percibe entre los jóvenes una angustia acerca del porvenir inmediato. Saber que ya no se podrá vivir como hasta ahora se vivía es sin duda motivo que remueve en sus adentros a jóvenes y viejos. Los jóvenes en plena formación sienten con más dureza el choque tremendo, pero dicho sentimiento no es exclusivo de los jóvenes universitarios”. Para agregar más adelante: “La juventud íntegra que sale a la luz pública anuncia que nace una juventud nueva, de cuya formación futura es ella la primera responsable. Es una juventud animada de coraje arrollador, que desprecia la hipocresía, no se amedrenta por las amenazas ni la represión, no se deja seducir por el halago de la compra”.

    En esto de alguna manera la historia se repite, en el caso chileno un movimiento que se inició, primero por los estudiantes secundarios reclamando mejoras en las escuelas públicas (que en Chile son administradas por las municipalidades) al que concurren también los universitarios con sus propias reivindicaciones, a esta altura de los acontecimientos y con una duración de casi tres meses, ya ha trascendido la temática propiamente educacional para transformarse en un cuestionamiento a la estructura constitucional de Chile (la constitución que rige a ese país, de 1980, es heredada de la dictadura y desde que fue dictada sólo ha tenido unos cambios cosméticos). La demanda central ahora es llamar a un plebiscito que eventualmente lleve incluso a un llamado a una asamblea constituyente que redacte una nueva constitución para el país. Este movimiento ha sido un ejemplo de cómo se ha ido inductivamente de lo particular a una demanda tan amplia y al mismo ha tiempo una demanda que hoy día concita el apoyo de una gran parte de la población. Y pensar que todo esto lo han hecho muchachos y muchachas cuyas edades (las de sus dirigentes) fluctúan entre los 16 y los 24 años.

    Desde acá no cabe sino sacarse el sombrero y saludar a esos jóvenes, y esgrimir una vez más mi nostalgia de aquellos tiempos también marchando por las calles, levantando barricadas en la avenida frente a la facultad, haciéndole el quite a los policías persiguiéndonos, “adelante, confiados y alegres / con el alma de escudo y pendón; / la sonrisa entre los labios / es el gesto vencedor…” como nos recordaba otra antigua canción: “Los estudiantes pasan” de Gustavo Campaña y Javier Rengifo.

    Ha llegado una carta: Una excusa

    Hace un par de semanas denunciaba aquí la que consideraba incompetencia o actitud discriminatoria que la relacionadora pública del Festival de Fuegos Artificiales, Catherine Tremblay, había tenido con este periodista. Como además había hecho llegar mi denuncia al presidente de La Ronde, el parque de diversiones que organiza este evento, tengo ahora el agrado de acusar recibo de una carta de excusa que me envió el presidente de La Ronde, el Sr. Phil Liggett, quien luego de lamentar el malentendido, finaliza su misiva expresando “We will be more than happy to welcome you next season” (“Estaremos más que felices de tenerlo nuevamente en la próxima temporada”). Como la carta me ha parecido un gesto de caballerosidad ante el error de su empleada, doy por finalizado el incidente y acepto las excusas.

    Comentarios: smartinez175@hotmail.com

    ×

    CATEGORIES

    • Canadá
    • Ciencia
    • Cine
    • Deportes
    • Especiales
    • Espectáculo
    • Hablemos de Cine
    • Inmigración
    • Inmigrando a Canadá
    • Latinoamérica
    • Mundo
    • Salud
    • Sucesos
    • Tecnología
    • Canadá
    • Ciencia
    • Cine
    • Deportes
    • Especiales
    • Espectáculo
    • Hablemos de Cine
    • Inmigración
    • Inmigrando a Canadá
    • Latinoamérica
    • Mundo
    • Salud
    • Sucesos
    • Tecnología
    • Canadá
    • Ciencia
    • Cine
    • Deportes
    • Especiales
    • Espectáculo
    • Hablemos de Cine
    • Inmigración
    • Inmigrando a Canadá
    • Latinoamérica
    • Mundo
    • Salud
    • Sucesos
    • Tecnología
    • Canadá
    • Ciencia
    • Cine
    • Deportes
    • Especiales
    • Espectáculo
    • Hablemos de Cine
    • Inmigración
    • Inmigrando a Canadá
    • Latinoamérica
    • Mundo
    • Salud
    • Sucesos
    • Tecnología
    • Classifieds
    • About us
    • Contact
    • Advertise
    • Simple Promotion
    • Classifieds
    • About us
    • Contact
    • Advertise
    • Simple Promotion
    • Classifieds
    • About us
    • Contact
    • Advertise
    • Simple Promotion
    • Classifieds
    • About us
    • Contact
    • Advertise
    • Simple Promotion
    Powered by Software4publishers.com
    Please write the reason why you are reporting this page:
    Send
    Sending...
    Please register on Clascal system to message this user
    Reset password Return registration form
    Back to Login form