“El cine latino está acaparando la atención mundial”
“El cine latino está acaparando la atención mundial”
Alan Franey es el director del VIFF y uno de los encargados de seleccionar las películas
Núria Meléndez. Vancouver.- Este fin de semana el Festival Internacional de Cine de Vancouver (VIFF) pone punto y final a su trigésima edición , cuyo eslogan ha sido “Un mismo planeta. Diferentes mundos”, después de haber proyectado 375 películas procedentes de 75 países, entre ellos Canadá, Estados Unidos, Argentina, México y España.
Alan Franey es el director del Festival desde 1988 y, además, una de las personas encargadas de seleccionar las películas que se pueden ver en el certamen.
¿Cómo está respondiendo este año la audiencia del Festival?
Muy bien, estoy muy impresionado con la cantidad de gente que viene a ver cine internacional. Estamos teniendo mucho público en la mayoría de los pases y a la gente les gusta las proyecciones. Es un buen año para el cine, especialmente para Canadá, ya que es su mejor año desde hace tiempo, por lo que hemos incluido muchas películas del país. Esperamos conseguir una asistencia de 150.000 para esta edición y eso es un gran número.
Cómo programador del Festival, ¿qué criterio usa para escoger las películas?
Se busca el equilibrio. Primero se tiene que empezar con la pasión de cada uno, lo que le interesa, lo que más le gusta. Es una decisión personal, pero también eres responsable de que exista un equilibrio. Tu deber como programador es representar al cine de todo el mundo. Es como si se preparase comida para un banquete. Si solo ofreces ostras no es una buena idea, porque necesitas algo para todos los gustos y queremos animar a la gente a que aprenda sobre cine de todo el mundo.
Uno de sus trabajos como programador es seleccionar las películas procedentes de Latinoamérica.
El cine latinoamericano es muy rico, tiene diferentes maneras de hacer películas y los directores se consideran artistas. No les agrada copiarse el estilo, sino crear el suyo propio. Además, hay una diversidad de enfoques. Cuando piensas en Argentina lo que es interesante en el cine de sus últimos años es un buen sentido del lenguaje cinematográfico puro. Tenemos en el festival la película Las Acacias, que es un filme muy delicado, poético, íntimo y minimalista, nada que ver con el de Hollywood. Los espectadores más sofisticados realmente pueden apreciar esta delicadeza.
¿Cómo ve la industria del cine latinoamericano?
Las películas latinoamericanas están acaparando una gran atención a nivel mundial. Hubo un periodo en el que todos los ojos estaban puestos en Argentina, pero por problemas económicos y políticos, durante una época dejó de ser el centro, y ahora parece que vuelve el interés hacia su industria. Lo mismo con Brasil, que no hace mucho que ha empezado a producir películas muy interesantes. Todavía es difícil para algunos países latinoamericanos producir, pero de tanto en tanto aparecen buenas películas. El cine de Chile, lamentablemente, se conoce muy poco, y luego hay países como Bolivia desde donde nos llegan escasas producciones.
Para poder confeccionar la programación del festival, ¿Cuántos largometrajes necesita visionar al año?
Somos bastante gente haciendo el trabajo y, en mi caso, veo unos 600 filmes solo para el Festival. Una vez que termina el VIFF suelo ir al cine para ver películas de Hollywood, hace dos meses que no veo una de este tipo. Lo bueno de este trabajo es que hago algo que me gusta. Trabajo por las noches y los fines de semana viendo películas. Cuando son buenas no te importa, pero si pasas toda una tarde mirando películas que son realmente malas, entonces piensas que es demasiado.
¿Cuáles son sus películas favoritas del VIFF de este año?
La francesa The Artist es de las que más me gustan, pero en un extremo totalmente opuesto también se encuentra Las Acacias, un filme al que hemos añadido dos pases extra, dada la respuesta del público. Soy un gran fan de los largometrajes que me llevan a lugares que es difícil ver, y un buen ejemplo es The Other Californians, un documental que al verlo por primera vez pensé que sería un poco aburrido para la audiencia, pero cuanto más me adentraba en el filme más me daba cuenta de que mostraba un nuevo mundo para mi.
Además de programador, también es el director del Festival. ¿Qué es lo más difícil de su trabajo?
Hacer frente al estrés. Todo está programado al detalle y se tienen que cumplir los plazos. En un mundo normal las cosas se pueden retrasar, pero en un festival de cine estamos en un ambiente donde todo tiene que empezar puntual y se tiene que trabajar muchas horas y crear un ambiente con un personal que esté dispuesto a este sacrificio. Esta es la parte más desafiante, no todo el mundo aprecia lo difícil que es que todas las películas se proyecten a la hora. Tenemos que trabajar como el mecanismo de un reloj, cada pequeño contratiempo tiene grandes repercusiones.
El Festival Internacional de Cine de Vancouver concluye su trigésima edición este viernes 14 de octubre con la proyección de algunos de los filmes más populares de su programación como A Separation, de Asghar Faarhadi; el documental Michel Petrucciani, que narra la vida del pianista de jazz Petrucciani; y Pa negre, la película de Agustí Villalonga que representará este año a España en los Oscar.
