La figura de la jornada: La “Araña” Sánchez
La figura de la jornada: La “Araña” Sánchez

Sergio Sánchez celebra la primera medalla de oro para Guatemala en los Juegos Panamericanos. Foto: Fernando López R. / Prensa Libre
Efe. Guadalajara (México).- El tirador guatemalteco Sergio Sánchez sabe que pertenece a un país modesto, pero este martes no se amilanó ante los rivales de los gigantes Estados Unidos y Brasil y conquistó un valioso oro para su país en la prueba de pistola de 50 metros.
Sánchez tenía enfrente al estadounidense Daryl Szarenski, poseedor del récord panamericano con 658,1 puntos y con la moral muy alta tras haber obtenido el título en los 10 metros de pistola de aire.
Pero el guatemalteco, apodado la “Araña”, levantó las telas de los ojos y no sólo ganó la prueba, sino que también se hizo con una plaza para Londres 2012, el sueño de muchos de los deportistas presentes en Guadalajara.
Plata fue el estadounidense Daryl Szarenski y bronce el brasileño Julio Almeida, en la competición celebrada en el Club Cinegético Jalisciense.
Sánchez, que dominó la prueba desde el principio, sumó 648,9 puntos;Szarenski, 640, y Almeida, 639,9.
El tirador guatemalteco, de 41 años, no pudo ocultar su euforia y sus lágrimas: “Voy para Londres. Esa es una de las cosas más importantes. Quiero agradecer a mi familia por el apoyo y quisiera que estuvieran aquí. ¡Vamos a Londres!”.
Salvo el éxito de Sánchez, el dominio de Estados Unidos en tiro es claro, con cuatro oros, dos platas y dos bronces.
El tirador guatemalteco participó en los Panamericanos de Mar del Plata 1995, Winnipeg 1999, Santo Domingo 2003 y Río de Janeiro 2007. También estuvo en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sydney 2000.
Sánchez, que lleva practicando el tiro desde hace 30 años, pasó por momentos de apuros después de dos disparos negativos, pero reveló que tiene un recurso para esas situaciones.
“Para calmar los nervios después de dos disparos negativos, me acordé de una película donde se menciona la frase ‘déjalo correr’. Tiré un siete y un ocho y me dije: “déjalo correr y vamos por la gloria”.