Líderes religiosos, contra la ley anti-acoso por los clubes gays
Líderes religiosos, contra la ley anti-acoso por los clubes gays
Representantes cristianos, judíos y musulmanes denunciaron que el establecimiento de clubes de integración entre alumnos homosexuales y heterosexuales en los centros escolares, previsto en la nueva ley que prepara el gobierno de Ontario para hacer frente al acoso escolar, supone una “afrenta a los valores religiosos y familiares”, y añadieron que la norma está impulsada por “activistas radicales”. El gobierno liberal aseguró que no piensa dar marcha atrás e insistió en que la educación sexual es clave para evitar el acoso a los alumnos gays.
El Popular. Toronto.- El gobierno liberal de Ontario aseguró que no está dispuesto a renunciar al componente de educación sexual incluido en su proyectada ley contra el acoso escolar, a pesar de las críticas expresadas este martes por algunos líderes religiosos, quienes consideran este aspecto de la normativa una afrenta a los “valores familiares tradicionales”.
Varios líderes cristianos, judíos y musulmanes indicaron que están de acuerdo en que es necesario frenar a los acosadores escolares, pero se negaron a aceptar que, como prevé la nueva ley, se promueva la tolerancia sexual en los centros educativos a través de los llamados clubes gays.
“Obligar a que haya clubes de [alumnos] homosexuales en las aulas o en las escuelas, especialmente en las cristianas, sería, por supuesto, una afrenta a los valores familiares”, dijo Charles McVety, del Instituto Canadiense de Valores, en una conferencia de prensa conjunta. “¿Qué tiene esto que ver con el acoso escolar? Nada”, añadió.
McVety, quien ya encabezó anteriormente la lucha contra el intento de los liberales por actualizar los programas escolares de educación sexual en la provincia, afirmó que el gobierno del premier Dalton McGuinty está “utilizando el problema de la intimidación para avanzar en su agenda radical de educación sexual”.
Los líderes religiosos que se niegan a la aprobación de la ley dijeron que se trata de un programa promovido por “activistas homosexuales”.
“Se está obligando a los profesores, a maestros cristianos, judíos o musulmanes, a enseñar cosas que son contrarias a los valores que poseen, cosas como que existen seis géneros, o que el género no está vinculado a la anatomía… ¿No creen que esto va a ofender a muchos ciudadanos de Ontario?”, dijo McVety.
El rabino Mendel Kaplan, de la sinagoga de Chabad Flamingo, en Toronto, indicó por su parte que, en su opinión, los apartados del proyecto de ley que están dirigidos a hacer las escuelas “inclusivas y tolerantes con un estilo de vida gay” son “ofensivos para muchas familias”.
“Esta legislación propone que los niños sean adoctrinados para rechazar la fe de sus padres y sus valores familiares, y eso es una afrenta”, dijo Kaplan. “Nadie que tenga buena conciencia puede apoyar una ley que pide a personas con fe que abandonen sus creencias sagradas, todo en nombre de lo políticamente correcto”, añadió el rabino.
Otros activistas religiosos afirmaron que se producirá un “éxodo masivo” de los niños de las escuelas públicas si las disposiciones referidas a la sexualidad no son eliminadas de la nueva ley.
“Detrás de todo esto se encuentra una agenda muy radical. Todo este programa sobre la identidad de género, sobre facilitar que los niños se cuestionen su género, está claramente impulsado por activistas”, insistió Jack Fonseca, de la organización católica Campaña Vida.
“[Este programa] no se ha elaborado en base a consultas con los padres, sino a través de consultas con grupos de activistas radicales”, agregó.
La ministra de Educación de Ontario, Laurel Broten, rechazó las críticas expresadas por estos representantes religiosos y las calificó de “homófobas”. Broten dijo que su trabajo consiste en asegurarse “de que todos los niños encuentren en la escuela un lugar cálido y acogedor, con independencia de su orientación sexual o de cualquier otro factor”.
“No hay absolutamente nada radical en tratar de trabajar duro como comunidad para asegurarnos de que cada estudiante en nuestras escuelas puede sentirse seguro y aceptado, y tener éxito”, afirmó la ministra provincial.
El propio premier de Ontario, Dalton McGuinty, defendió también la legislación durante una visita a Windsor, y advirtió de que todas las escuelas, incluidas las católicas, deberán permitir la existencia de una organización de alumnos que integre a estudiantes homosexuales y heterosexuales, las llamadas alianzas gay-hetero (gay-straight alliance), aunque los centros no estarán obligados a utilizar esa denominación.
“De todos modos, confío plenamente en que los niños católicos utilizarán la palabra ‘gay’, y en que los maestros católicos utilizarán la palabra ‘gay’, al igual que yo, como premier de Ontario, y como católico, pienso hablar de ‘niños gays’”.
La organización católica Campaña Vida respondió al premier indicando que McGuinty “no es un buen católico, ya que apoya el aborto y los matrimonios del mismo sexo”. “Que sea él quien dicta el tipo de catolicismo que se enseña en una escuela es absurdo”, dijo Fonseca. “Ni McGuinty ni ninguna otra persona que luzca la insignia cultural de los católicos, y vaya a la iglesia solo cuando llegan las elecciones, tienen el derecho de cambiar la doctrina católica”, añadió.
Por su parte, el NDP afirmó que la campaña contra el acoso escolar no podrá tener éxito si el gobierno tiene miedo de forzar a las escuelas católicas a que usen el nombre de Alianza Gay-Hetero para los clubes de alumnos que promueven la tolerancia sexual en los centros escolares.
“No es posible que una palabra como ‘gay’ acabe impidiendo a los estudiantes disponer de las redes de apoyo que necesitan en las escuelas”, dijo la líder del NDP en Ontario, Andrea Horwath.
El pasado mes de octubre, un adolescente acosado, Jamie Hubley, de 15 años de edad, se quitó la vida en Ottawa. Jamie era el único chico abiertamente homosexual de su escuela, y había padecido acoso escolar por esta razón durante años. Según contó su padre, el chico era insultado y discriminado por sus compañeros, tanto en la escuela primaria como en la secundaria.