La madre declara que en casa de los Shafia había tolerancia
La madre declara que en casa de los Shafia había tolerancia
Tooba Mohammad Yahya aseguró entre lágrimas que no obligaban a sus hijas a vestir el ‘hijab’ y que la primera esposa de su marido, Rona (se trataba de una unión polígama), era una más de la familia. La mujer testificó este lunes en Kingston, acusada, junto a su marido y su hijo mayor, de haber dado muerte a tres de sus hijas adolescentes y a la propia Rona.

Tooba Yahya llega a la Corte este lunes, junto con su marido, Mohammad Shafia, y su hijo mayor, Hamed. Foto: Lorian Bélanger / Radio Canada
El Popular. Toronto.- Tooba Mohammad Yahya, la mujer afgano-canadiense acusada, junto con su marido y su hijo mayor, de haber dado muerte a tres de sus hijas y a la primera mujer de su esposo (se trataba de un matrimonio polígamo), declaró este lunes en la reanudación del juicio que la tolerancia ha sido siempre la norma en su casa.
Yahya, de 42 años de edad, aseguró al tribunal en la Corte de Kingston, Ontario, que no existían restricciones en el seno de su familia y que no había tampoco ningún tipo de animosidad contra la primera mujer de su esposo, quien era vista como “parte de la familia”: “Queríamos que permaneciese con nosotros toda la vida”, dijo, en referencia a la co-esposa, Rona Amir Mohammad. “Rona era un miembro de la familia”, dijo.
Tooba Mohammad Yahya es, después de su marido, Mohammad Shafia (de 58 años de edad), la segunda persona acusada que ha optado por el poco usual recurso de testificar en su propio favor en el que se ha venido en llamar “juicio de los crímenes de honor”.
Mohammad Shafia, Tooba Mohammad Yahya y el hijo de ambos Hamed Mohammad Shafia, de 20 años de edad, se enfrentan a cuatro cargos de asesinato premeditado. Están acusados de haber dado muerte a tres hermanas adolescentes, hijas de Mohammad y Tooba (Zainab, de 19 años; Sahar, de 17, y Geeta, de 13), y a la otra esposa de Mohammad, Rona Amir Mohammad, de 50 años de edad.
Los cuerpos de las cuatro mujeres fueron hallados en un auto sumergido que fue encontrado en junio de 2009 en una esclusa del Canal Rideau, en Kingston.
La hija mayor de la familia mantuvo una relación con un joven paquistaní, lo que habría contravenido los deseos de sus padres, de origen afgano, y quienes, según la Fiscalía, desaprobaban el comportamiento de las adolescentes y que estas tuvieran novios.
Los acusados, residentes en Montreal, se han declarado inocentes y alegan que se trató de un accidente. La acusación mantiene que el accidente se simuló para encubrir los cuatro asesinatos, en lo que habría sido un ‘crimen de honor’.
Tooba Yahya confirmó este lunes en su declaración que tanto ella como su marido son musulmanes chiíes, mientras que Rona Amir Mohammad era musulmana sunní, aunque aclaró que “las diferencias son irrelevantes”.
De hecho, la mujer explicó a su abogado, David Crowe, que, tras el nacimiento en Kabul de su hija Sahar (una de las cuatro víctimas halladas en el canal), le dijo a Rona, quien no tenía hijos, que podía criarla como si fuera su propia hija.
Shafia se casó con Rona en 1979, y con Tooba en 1988.
Tooba señaló que a lo largo de los años en los que la familia se fue alejando de Afganistán, residiendo primero en Pakistán, luego en Dubai y, finalmente, en Canadá, el matrimonio polígamo funcionó muy bien.
La testigo aseguró que, salvo ella, el resto de la familia no era especialmente religiosa. No asistían a la mezquita con regularidad y, según dijo, no existían en la casa reglas para las niñas acerca de, por ejemplo, cubrirse la cabeza con el tradicional velo musulmán, o ‘hijab’.
Yahya, vestida con una chaqueta negra y una blusa estampada, habló de forma rápida y confiada, aunque no pudo evitar echarse a llorar en varios momentos de su declaración. Se expresó en dari, su lengua nativa, con traducción simultánea que iba siendo retransmitida a todos los presentes en la sala, que estaba llena.
La segunda esposa de Mohammad Shafia se contradijo de manera evidente en los interrogatorios posteriores al hallazgo de las víctimas. En el primer interrogatorio dijo que se encontraba en un hotel cuando se enteró de la muerte de sus hijas. En el segundo interrogatorio, ya confrontada a las pruebas que le mostraron los inspectores, admitió que se encontraba cerca de la represa y que oyó el ruido del auto al caer al agua.
El juicio comenzó el pasado 20 de octubre y en él se han vivido hasta ahora momentos muy intensos, incluyendo el visionado de vídeos grabados por la Policía durante los interrogatorios a los que fueron sometidos los acusados poco después de aparecer los cadáveres.
Hasta ahora han declarado más de medio centenar de testigos, incluyendo varios presentados por la Fiscalía, que insistieron en la situación de violencia y represión en que vivían las hijas de los Shafia, incluyendo malos tratos físicos.
También testificó otro hijo de los Shafia, quien defendió a sus padres, y el propio Mohammad Shafia. El padre declaró que sus hijas eran “crueles” con él y se describió a sí mismo como un padre bondadoso y tolerante.
La autopsia realizada a las víctimas mostró que habían muerto ahogadas, pero la Fiscalía sostiene que fueron asesinadas y que luego las colocaron en uno de los dos vehículos en los que la familia (un total de 10 miembros) estaba regresando a Montreal tras unas breves vacaciones en las Cataratas del Niágara. También se ha indicado que el segundo vehículo fue utilizado para empujar el primero al Canal, lo que produjo daños en ambos automóviles y dejó pruebas cruciales.
Los tres acusados fueron detenidos tres semanas después de que apareciesen los cuerpos.