Harper aprovecha la tensión entre Irán y EE UU para insistir sobre el oleoducto
Harper aprovecha la tensión entre Irán y EE UU para insistir sobre el oleoducto
El primer ministro insiste en la “importancia del proyecto” para EE UU, y afirma que la decisión correcta no tiene que ver solamente con una perspectiva económica y ambiental, sino también con una perspectiva de seguridad energética.

Ejercicios navales de la Armada iraní en el estrecho de Ormuz, en una imagen de archivo. Un tercio del petróleo transportado por vía marítima pasa a través de Ormuz, unos 15 millones de barriles de petróleo cada día, de acuerdo con la Administración para la Información Energética de Estados Unidos.
El Popular. Ottawa.- El primer ministro, Stephen Harper, indicó este martes que la amenaza de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz, por donde circulan la mayoría de los petroleros, pone de relieve la necesidad de que Estados Unidos apruebe la construcción del oleoducto Keystone XL, con el que la compañía canadiense TransCanada pretende llevar petróleo de las arenas bituminosas de Alberta hasta las refinerías del Golfo de México, cruzando todo el país vecino.
“Cuando veo a los iraníes amenazando con bloquear el estrecho de Ormuz pienso que eso muestra lo importante que es para Estados Unidos esta oferta en América del Norte”, dijo Harper, en una entrevista concedida a la cadena pública CBC.
El primer ministro consideró “obvio” que “la decisión correcta no tiene que ver solamente con una perspectiva económica y ambiental, sino también con una perspectiva de seguridad energética”.
El pasado mes de noviembre, el presidente estadounidense, Barack Obama, retrasó hasta después de las elecciones presidenciales de 2012 la decisión de aprobar la construcción del oleoducto, valorado en unos 7.000 millones dólares, debido a la presión de los grupos ecologistas.
No obstante, Obama deberá adelantar su decisión, ya que el Congreso le ha puesto como fecha límite para pronunciarse sobre la construcción del oleoducto el próximo 21 de febrero.
En este contexto, Obama ha encargado a un panel de expertos analizar el proyecto Keystone XL. Las audiencias comenzaron la semana pasada, por lo que está previsto que presente su informe hacia el otoño de 2013.
Interrogado sobre este informe, Harper aseguró que ambos gobiernos tomarán “en serio” las recomendaciones de los expertos. “Este gobierno ha cambiado e incluso parado proyectos por cuestiones ambientales”, dijo.
Irán ha amenazado con bloquear el acceso de Ormuz como represalia por las sanciones impuestas por Estados Unidos a sus sectores petroquímico, financiero y bancario, que por primera vez afectan a su Banco Central. Washington ya ha advertido a Teherán de que no lo consentirá.
“Los líderes iraníes dan miedo”
Acerca de la creciente tensión entre Occidente y Teherán, Harper dijo en la mencionada entrevista que “he visto y oído lo que dicen los líderes del régimen iraní, y me da miedo. No hay absolutamente ninguna duda de que están desarrollando armamento nuclear, ni de que están mintiendo. Solo hay que mirar los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica. No se trata de si lo están haciendo o no, sino de cuánto tiempo van a tardar en conseguirlo”.
“Son personas que tienen una visión fanática religiosa del mundo, y sus declaraciones sugieren que no dudarían en emplear armas nucleares si consideraran que con ello iban a ayudar a lograr sus fines políticos y religiosos. Eso es lo que hace que un régimen como el iraní sea especialmente peligroso”, añadió.
“Decisión de los canadienses”
Harper se refirió asimismo al otro oleoducto canadiense cuyo proyecto ha levantado también una gran polémica, el llamado oleoducto Northern Gateway, con el que la empresa Enbridge quiere llevar crudo desde Alberta hasta el norte de la Columbia Británica, en la costa del Pacífico, y de allí hasta los emergentes mercados asiáticos.
El proyecto, cuyas audiencias públicas comenzaron hace unos días, cuenta con la oposición frontal de algunas comunidades aborígenes y de numerosos grupos ecologistas. El Gobierno federal ha acusado a algunos de estos últimos (“los radicales”) de estar financiados con dinero extranjero, llegando incluso a apuntar al empresario George Soros.
En su entrevista con la CBC, Harper insistió en las críticas a estos grupos y afirmó que “son los canadienses quienes tienen que decidir sobre los proyectos que afectan a su energía y su economía”.
Los proyectos petroleros de Alberta, no obstante, cuentan con grandes cantidades de inversión extranjera, algo en lo que, cuestionado al respecto, Harper no vio que existiese una contradicción con la postura de su gobierno.