Los ecologistas celebran la negativa de Obama al oleoducto
Los ecologistas celebran la negativa de Obama al oleoducto
El Popular / Efe. Toronto / Washington.- Varias organizaciones ecologistas celebraron este jueves la decisión adoptada el miércoles por el Gobierno de Estados Unidos de rechazar el proyecto para la construcción de un oleoducto desde las arenas bituminosas de Alberta hasta las refinerías petroleras del Golfo de México, en Texas, Estados Unidos.
La Fundación David Suzuki indicó que si el Gobierno canadiense realmente quiere fortalecer la economía, el país debería buscar la diversificación de la producción de energía y buscar fuentes energéticas más seguras y menos contaminantes, informó Radio Canadá.
La organización internacional Greenpeace señaló que el rechazo estadounidense al proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL es una victoria para los defensores del medio ambiente.
Greenpeace destacó que esta organización ya se ha enfrentado con éxito en el pasado a las compañías petroleras más grandes y más contaminadoras del planeta.
Por su parte, el Instituto Pembina dijo que la negativa de Washington a la construcción del oleoducto deja en claro que la industria petrolera y el Gobierno tienen que hacer más para enfrentar el impacto de la explotación y el transporte de petróleo originado en las arenas bituminosas.
Mientras, el primer ministro, Stephen Harper, expresó el miércoles al presidente estadounidense, Barack Obama, su “profunda decepción” por la decisión de Washington de rechazar la construcción del oleoducto.
La oficina del primer ministro canadiense dijo que Harper llamó por teléfono a Obama y le indicó “que esperaba que este proyecto continúe dada la significante contribución que haría al crecimiento laboral y económico tanto en Canadá como en Estados Unidos”.
Harper también advirtió a Obama que “continuará trabajando para diversificar sus exportaciones de energía”.
A finales de diciembre Harper amenazó a Estados Unidos que si no se aprobaba el controvertido oleoducto Keystone XL, Canadá vendería su crudo a China.
Pero durante una entrevista con la televisión pública CBC, el ministro de Recursos Naturales de Canadá, Joe Oliver, señaló que la decisión no supone el fin del proyecto y recalcó la idea de que ahora EE UU tendrá que competir con China por su petróleo.
“En la actualidad tenemos un cliente para nuestras exportaciones de energía. Ese cliente ha dicho que no quiere expandir en este momento. Lo que intensifica el amplio objetivo estratégico del Gobierno para diversificar a Asia”, explico Oliver.
La compañía que ha proyectado el Keystone XL, TransCanada, afirmó a través de un comunicado que sigue “totalmente comprometida a la construcción” del oleoducto.
“Ya hay una serie de planes en marcha en varios frentes para mantener el calendario de construcción del proyecto”, añadió la compañía que explicó que sin Keystone XL, Estados Unidos está obligada a importar petróleo “del Oriente Medio, Venezuela y otros países que no comparten los valores democráticos de Canadá y EE UU”.
La negativa de Obama deja en papel mojado el proyecto Keystone XL, valorado en 7.000 millones de dólares y que habría transportado hasta 830.000 barriles de crudo al día hasta la costa de Texas.
El Departamento de Estado, en el que Obama delegó en 2008 el proceso de evaluación del proyecto, justificó la decisión por el “insuficiente” plazo de tiempo otorgado por el Congreso para terminar la revisión.
El departamento dirigido por Hillary Clinton había calculado que terminaría el proceso a comienzos de 2013, pero quedó obligada en diciembre a decidir antes del próximo 21 de febrero, por lo que determinó que, basándose en la información de la que dispone hasta ahora, el oleoducto “no responde al interés nacional”.
“Este anuncio no es una evaluación sobre los méritos del oleoducto, sino sobre la naturaleza arbitraria de una fecha límite que ha impedido al Departamento de Estado recopilar la información necesaria para aprobar el proyecto y proteger a los estadounidenses”, dijo Obama en un comunicado.
El Gobierno estadounidense dejó, sin embargo, abierta la posibilidad de que TransCanada presente una nueva solicitud de proyecto, lo que poco después confirmó la propia compañía canadiense.
Pero cualquier solicitud “se considerará completamente nueva” y deberá atravesar todo el proceso de revisión desde el principio, según indicó en una conferencia de prensa la secretaria de Estado adjunta para Océanos y Asuntos Medioambientales, Kerri-Ann Jones.
Al menos dos republicanos estadounidenses, el senador John Hoeven y el congresista Lee Terry, han presentado proyectos de ley que otorgarían al Congreso autoridad para aprobar al menos parte de la construcción del oleoducto, y Boehner se ha comprometido a explorar “todas las opciones” para tratar de revertir la decisión.
El asunto irritó también a los aspirantes republicanos a la presidencia Rick Perry y Newt Gingrich, quienes calificaron la decisión de “sensacionalmente estúpida”.
Sindicatos como la Unión Internacional de Obreros de Norte América (LIUNA) también condenaron la decisión y señalaron que va “en contra de trabajadores de la construcción desesperados, que tratan de alimentar a sus familias”.