Aconsejan prohibir por completo los azotes a los hijos
Aconsejan prohibir por completo los azotes a los hijos
Un nuevo informe médico señala que los niños que reciben castigos físicos tienden a ser más agresivos y son más propensos a desarrollar conductas antisociales.

Los problemas de comportamiento de los hijos de 500 familias se redujeron cuando estos padres recibieron formación sobre cómo evitar los castigos físicos
El Popular. Toronto.- Las justificaciones existentes en el Código Penal canadiense para ciertos tipos de castigo físico a los niños, como los azotes (palmadas o nalgadas), deberían ser eliminadas por completo de la legislación, según señala un estudio hecho público este lunes.
El informe, publicado en la revista especializada Canadian Medical Association Journal, destaca el hecho de que el conocimiento de los efectos del castigo físico a los niños ha evolucionado drásticamente a lo largo de los últimos 20 años.
Según el estudio, los niños que han sufrido castigos físicos tienden a ser más agresivos con sus padres, hermanos y compañeros y, más tarde, con sus cónyuges, y son más propensos a desarrollar conductas antisociales, indicaron Joan Durrant, del departamento de Ciencias Sociales de la Familia de la Universidad de Manitoba, y Ron Ensom, del hospital infantil Eastern Ontario, en Ottawa.
El castigo físico se asocia también con una variedad de problemas relacionados con la salud mental, tales como la depresión, la ansiedad y el consumo de drogas y alcohol.
Además, según indican los investigadores, el castigo físico puede perturbar las relaciones entre padres e hijos e incluso aumentar los niveles de cortisol, la hormona que regula el estrés.
Los autores del estudio afirman que los problemas de comportamiento de los hijos de más de 500 familias se redujeron cuando estos padres recibieron formación sobre cómo evitar los castigos físicos.
Los investigadores piden a los médicos que eduquen a los padres para que sean capaces de reducir las reacciones de ira o castigo en respuesta a comportamientos normales de sus hijos, y que les proporcionen recursos de disciplina positiva. Añaden que deben reforzarse mensajes de concienciación como los emitidos por Salud Pública de Toronto (“Los azotes duelen más de lo que piensa”) o la Agencia de Salud Pública de Canadá (“¡Nunca le pegue!”).
“Los médicos pueden instar al Gobierno federal a que elimine el artículo 43 del Código Penal, que proporciona una justificación legal para el uso del castigo físico, lo que socava las iniciativas de salud pública”, concluyen los autores.
La Corte Suprema de Canadá dictaminó en el año 2004 que los padres tienen el derecho de pegar a sus hijos, si bien estableció asimismo una serie de “límites razonables”: Las nalgadas solo pueden ser utilizadas con niños de entre dos y doce años de edad, no se puede golpear a los niños con objetos, y los golpes en la cabeza están prohibidos. El alto tribunal reconoció igualmente que los azotes siguen siendo una práctica jurídicamente discutible en Canadá.
Más de 400 organizaciones en Canadá han aprobado una declaración conjunta sobre el castigo físico a niños y jóvenes, en la que que animan a adoptar enfoques de disciplina positiva, destacando que el castigo físico no tiene ningún efecto útil en la educación de los hijos y solo supone riesgos para su desarrollo.