La presidenta de la TTC desafía los planes del alcalde
La presidenta de la TTC desafía los planes del alcalde
Apoyada por otros 23 concejales, la responsable de la Comisión Municipal de Transporte, Karen Stintz, ha conseguido forzar un debate en el Ayuntamiento de Toronto para discutir la recuperación del proyecto del tren ligero en superficie, y en contra de los planes del alcalde de construir un metro subterráneo a lo largo de la avenida Eglinton.
El Popular. Toronto.- La batalla por el futuro del transporte público en Toronto saltará a la arena pública este miércoles, día en que el Ayuntamiento de la ciudad tiene previsto celebrar un debate especial sobre el mejor destino de los más de 8.200 millones de dólares reservados para las obras de infraestructuras relacionadas con el tránsito urbano.
La reunión ha sido solicitada formalmente por la propia presidenta de la Comisión de Transporte de Toronto (TTC, por sus siglas en inglés), la concejala Karen Stintz, así como por otros 23 concejales, que no están de acuerdo con los planes del alcalde, Rob Ford, de dar al traste con el proyecto diseñado por su antecesor en el cargo, David Miller.
En su petición, Stintz solicita al Ayuntamiento que renueve su compromiso con el plan de transporte público aprobado en 2009 por Miller, incluyendo la construcción de un metro ligero en superficie en las avenidas Eglinton, Sheppard y Finch, y la sustitución, también por un metro ligero, de la línea de tránsito rápido de Scarborough.
El alcalde, sin embargo, ha manifestado en reiteradas ocasiones su intención de enterrar la nueva línea de metro de Eglinton y de ampliar el servicio del subterráneo con una extensión de la línea de Sheppard.
Stintz considera que el plan del alcalde no es factible: “No hay plan de financiación para un metro. Un tren ligero subterráneo no es un metro”, indicó.
La polémica resurgió a finales de enero cuando Stintz pidió, con el conocimiento de la oficina del alcalde, un compromiso municipal para la construcción del metro ligero en superficie en la avenida Eglinton.
En lugar de enterrar toda la línea, Stintz propuso una sección subterránea sólo en la parte que atraviesa el centro de la ciudad, manteniendo en superficie la sección construida al este de Laird Drive.
Stintz, no obstante, perdió una votación celebrada al respecto en la última reunión del consejo de la TTC, cuando otros miembros de la junta, que también son concejales en el Ayuntamiento, rechazaron su propuesta de estudiar esta opción.
El coste previsto para la construcción de un tren subterráneo en la avenida de Eglinton (Light Rail Transit, o LRT) y la ampliación del metro en Sheppard es de alrededor de 8.200 millones de dólares. Stintz estima que su propuesta ahorraría cerca de 2.000 millones de dólares, y sugiere que ese dinero se redirija al proyecto del metro.
La reunión prevista para este miércoles supone un nuevo desafío para el alcalde, después de las duras negociaciones llevadas a cabo este fin de semana con el sindicato de empleados municipales, negociaciones que culminaron el domingo con un principio de acuerdo, gracias al cual ha podido evitarse la huelga con la que amenazaban los 6.000 trabajadores externos representados por la organización sindical, incluyendo recolectores de basura, trabajadores de limpieza de nieve y paramédicos.
Stintz dijo que la reunión sobre el futuro del transporte público en Toronto, que calificó de urgente, es necesaria para que el organismo provincial, Metrolinx, tenga garantías de que el Ayuntamiento está contemplando un proyecto factible y razonable.
El propio presidente de Metrolinx, Rob Prtichard, envió una carta la semana pasada a las autoridades municipales pidiendo al Ayuntamiento que clarifique sus intenciones.
Los concejales afines al alcalde criticaron duramente la solicitud de Stintz. El concejal Giorgio Mammoliti dijo que se trataba de “un golpe [de Estado]”. “Si alguien me dice que no hay esperanza de que un metro llegue a mi barrio en 10, 15 ó 20 años, entonces por supuesto que me gustaría volver al proyecto de un metro ligero, pero nadie me ha dicho eso todavía”, dijo Mammoliti, quien aprovechó para arremeter contra “los perezosos burócratas de la TTC que no han sido capaces de encontrar aún socios privados para [financiar la construcción de] un metro”.
La petición de Stintz y de los otros 23 concejales que la firman está respaldada por más de un centenar de expertos y activistas locales, incluyendo al exalcade David Crombie y a prestigiosos ingenieros como Paul Bedford o Ken Greenberg, quienes aseguraron que los planes de Ford están “completamente en contra de las mejores prácticas llevadas a cabo en ciudades de todo el mundo”.
A principios de enero, la revista especializada Renew Canada publicó una nueva lista de las infraestructuras públicas más costosas de Canadá, en cuya primera posición se encuentra este año el tren ligero (LRT) que recorrerá la avenida Eglinton.
El ranking se elaboró atendiendo a todos los costes de las obras estudiadas, incluyendo los laborales y los referentes a los materiales utilizados en las construcciones.
Según señaló la revista, la decisión del alcalde de Toronto de transformar el proyecto original en un tren subterráneo es la principal razón por la que se ha disparado el precio de esta obra. El plan inicial, denominado Transit City y ahora cancelado, ocupó el cuarto lugar de la lista el año pasado.
El proyecto actual para la construcción del tren ligero en la avenida Eglinton está financiado por el Gobierno provincial de Ontario, a través de Metrolinx. La nueva línea tendrá una longitud total de 25 kilómetros, cruzará toda la ciudad de este a oeste, y discurrirá bajo tierra desde el cruce con las calles Jane y Black Creek Drive hasta la estación de metro de Kennedy, y después en superficie hasta el centro de Scarborough.
La expansión del metro en la línea de Spadina, también en Toronto, ocupa este año el octavo puesto de la lista, con un coste total de 2.600 millones de dólares.