Las conmociones en el deporte escolar necesitan más control
Las conmociones en el deporte escolar necesitan más control

Los adolescentes son más vulnerables que los adultos y los niños a las conmociones cerebrales deportivas
El Popular. Redacción.- Los programas deportivos en las escuelas secundarias, colegios y universidades del país deben adoptar protocolos estrictos y de seguimiento en los estudiantes atletas que han sufrido una conmoción cerebral con el fin de evitar males mayores, según se sugiere en un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de Montreal encontraron que los adolescentes son más vulnerables que los adultos y los niños a las conmociones cerebrales deportivas, por lo que se debe dedicar especial atención al afectado cuando sufre una lesión en la cabeza.
El estudio, realizado por el neuropsicólogo David Ellemberg, muestra que estas lesiones afectan principalmente a la memoria de trabajo, que permite realizar continuas operaciones mentales como resolver problemas de matemáticas o la habilidad de leer.
Ellemberg afirmó que el crecimiento del cerebro en un adolescente es particularmente vulnerable a las conmociones cerebrales porque es una etapa en la vida del ser humano en la que se está desarrollando rápidamente.
El experto explicó, asimismo, que los adolescentes suelen ir demasiado rápido en el momento de pasar de practicar un deporte o esfuerzo físico a reanudar sus clases donde deben utilizar sus facultades mentales, por lo que son más vulnerables a los efectos derivados de una conmoción cerebral.
Uno de los problemas que puede derivar de una conmoción cerebral es que el joven no se pueda concentrar en sus estudios como consecuencia de la lesión, según se afirmó en el estudio publicado ayer en la revista Brain Injury.
Ellemberg dijo que mientras que los atletas considerados como leyendas del hockey como Sidney Crosby gozan del tiempo necesario para sanarse y recuperarse de las lesiones, los jóvenes no reciben el mismo tipo de apoyo.
Según el experto, los centros de enseñanza secundaria y universitaria deberían incluir protocolos estrictos para el descanso físico y cognitivo en el caso de que se sufra una conmoción cerebral y que eviten el retorno inmediato a las clases del lesionado para evitar que el rendimiento académico del alumno no se vea amenazado.
En el estudio también se afirmó que durante los primeros seis meses después de una conmoción cerebral un adolescente puede sufrir secuelas y tener dificultades para concentrarse.
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