EXCENTRICIDADES DEL “ALBA” – I –
EXCENTRICIDADES DEL “ALBA” – I –
Por. Jorge Tadeo Lozano
25-03-2012
Para algunos, la integración puede definirse como la unión en un solo régimen de países con proximidad territorial o complementariedad económica, con el fin de mejorar el intercambio de bienes, servicios y personas entre sus territorios, cuyos métodos principales son la eliminación de los obstáculos al comercio y a la circulación y movilidad de mercancías, servicios, ciencia, tecnología, innovación y personas y la implementación de políticas comunes en distintos sectores de la economía.
La integración en bloques supone privilegiar el comercio por proximidad o contigüidad física, por lo que se establecen también tarifas o aranceles externos a los países no miembros. Al establecerse políticas comunes para distintos sectores de la actividad económica, incluso para el área educativa, se busca no sólo incrementar el comercio entre los países miembros, sino también alivianar los riesgos que generan situaciones de incertidumbre en la economía global.
No tenemos duda alguna, la ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LAS AMÉRICAS – “ALBA” – propuesta por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela con ocasión de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita en Diciembre del 2.001, fue la contrapropuesta radical del “bloque de la izquierda latinoamericana” liderada por Fidel Castro y secundada por Hugo Chávez Frías, al “ALCA” o Tratado del Área de Libre Comercio de las Américas propuesto por Estados Unidos de América al resto de los estados del continente, excluyendo a Cuba, como expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que habían suscrito USA, México y Canadá.
En efecto, así lo hicieron conocer del mundo los dos líderes del “neo-socialismo bolivariano” al protocolizar en La Habana el 14 de diciembre de 2004 la “declaración conjunta entre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba para la creación del alba”, que en sus apartes motivacionales dijo lo siguiente:
“Subrayamos que el Área Libre de Comercio para la Américas (ALCA) es la expresión más acabada de los apetitos de dominación sobre la región y que, de entrar en vigor constituiría la profundización del neoliberalismo y crearía niveles de dependencia y subordinación sin precedentes”.
Este lenguaje, claramente “fundamentalista” de la era “castrista radical” anticipa una evidente separación de este “bloque” de las “economías de mercado” y del modelo de democracia occidental prevaleciente en la mayoría de los países latinoamericanos y colocó una bomba de tiempo al esfuerzo que venía haciendo Estados Unidos por encontrar una integración económica de la región bajo su “modelo capitalista”, excluyendo –por supuesto- a Cuba, prototipo socialista de la región y enemigo acérrimo de las políticas norteamericanas, además de víctima del mayor cerco económico ejecutado contra país alguno en la era contemporánea.
Se abría con esta declaración una brecha más en la ya agrietada unidad de América, o por lo menos se visibilizaba y protocolizaba una división ideológica en lo económico y en lo político que era latente entre naciones de este continente desde hacía más de medio siglo. Cuba avanzaba en su empeño de romper el “bloqueo” económico norteamericano, Venezuela mostraba su petro-poder al Imperio y ambos daban serios pasos políticos en su pretensión de empoderarse de la izquierda latinoamericana.
La matriz del Alba fue entonces la declaración de la Habana del 14 de diciembre de 2004, en donde además se compartió el criterio de señalar desde ese mismo acto los doce “principios y bases cardinales” de lo que sería el gran acuerdo que comprometería además a los restantes países que posteriormente participarían del mismo (Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Bermuda y Antigua) cuyos primeros cuatro nos permitimos registrar y comentar aquí, dejando para próximo comentario los otros 8:
- 1. “El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la verdadera integración latinoamericana caribeña no puede ser hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados externos estimulando el comercio para lograrlo, se requiere una efectiva participación del estado como regulador y coordinador de la actividad económica”.
Comentario: Pienso que en ambos modelos el comercio y la inversión son medios para alcanzar el “desarrollo”; que estos sean “justos y sustentables” en un modelo más que en el otro, depende no tanto de la cantidad o volumen de injerencia reguladora y coordinadora del Estado sino de la calidad de esta; la diferencia no está tanto en que el Estado regule y coordine o no la actividad económica, porque ambos modelos admiten estas atribuciones, sino en la aptitud, disposición y característica de la injerencia de tales competencias en la economía real de los respectivos países contratantes.
- 2. “Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven del proceso de integración”.
Comentario: En el ordenamiento jurídico internacional constituye un principio básico de toda forma de integración económica (socialista o capitalista) no solo el trato especial y diferenciado que considere el desnivel de los diferentes grados de desarrollo de los países intervinientes y la dimensión de sus economías sino el compromiso de darles a los de menor crecimiento y tamaño un tratamiento “preferencial”, así como el acceso de todos los partícipes a los beneficios globales de la integración.
- 3. “La complementariedad económica y la cooperación entre los países y producciones, de tal modo que se promueva una especialización productiva eficiente y competitiva que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado en cada país, con las estrategias de lucha por la pobreza y con la preservación de identidad cultural de los pueblos”.
Comentario: La complementariedad, la cooperación y la productividad sectorial entre naciones son también ingredientes básicos en la definición de los términos de los acuerdos de integración económica, tanto en los modelos socialistas como en los capitalistas, para hacer más eficiente y competitivo el intercambio, más compatible con el estándar de desarrollo de cada país, más efectivo como estrategia de lucha por conseguir no solo la eliminación de la pobreza sino todos los objetivos del milenio, y un mejor procedimiento para la preservación de la identidad cultural de los pueblos.
- 4. Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la región, que incluya un plan continental contra el analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de carácter regionales, en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social.
Comentario: La cooperación y solidaridad como planes especiales dentro de los procesos de integración son formas, o de compensación económica de naciones explotadoras a países explotados o de simple ayuda económica, tecnológica o científica a países en vía de desarrollo, que bien pueden incluirse o no en los Tratados de Libre Comercio o de integración económica o pactarse mediante tratados singulares diferentes, como ha sido usual en los modelos socialistas y capitalistas. La lucha puntual contra el analfabetismo en América Latina ha tenido mayor éxito bajo los modelos argentino y chileno, que según la Cepal tienen en nuestro continente los más bajos índices de analfabetismo, siendo Venezuela apenas un país de media tabla en los cálculos de esta misma entidad. Respeto al plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas regionales, en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social de ambos países, es obvio que constituye un acuerdo más político que económico, de intercambio de agentes ideológicos de Cuba a Venezuela y de adoctrinamiento de jóvenes venezolanos en Cuba, como lo veremos al analizar la “declaración final de la primera reunión Cuba-Venezuela para la aplicación de la alternativa bolivariana para las américas”, suscrita en la Habana el veintiocho de abril de 2005.
Comentarios: jotalos@diarioelpopular.com (al periódico)
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