Picasso visita Toronto
Picasso visita Toronto
TORONTO.- En el mundo del arte, el nombre de Pablo Ruiz Picasso es una apuesta segura. El pintor malagueño sigue atrayendo al público allá donde va, tal y como hacía en vida con las mujeres. Su prolífica carrera -siguió pintando hasta sus últimos días- permite ver “picassos” en todo el mundo, desde su Málaga natal y la Barcelona de su infancia hasta las grandes pinacotecas de Londres y Nueva York. Entre sus ciudades predilectas, estaba París, donde creó buena parte de su obra y donde conoció sus grandes amores. Y es precisamente del Musée Nacional Picasso de París de donde vienen las 147 obras, entre pinturas, esculturas y fotografías, que se podrán ver en el AGO hasta el 26 de agosto.
La muestra ha sido concebida en siete salas que siguen un orden cronológico. Debido a la constante evolución artística de Picasso, que nunca quiso encasillarse en un estilo artístico concreto, cada sala es una historia. En su presentación a la prensa, el director del AGO, Matthew Teitelbaum, definió el recorrido como un “viaje por la imaginación de un hombre”. Ese viaje empieza a principios del siglo XX en Barcelona, donde Picasso aprendió a pintar de la mano de su padre. En esta “época azul” pintó La Celestina, el retrato siniestro y sombrío de una señora con poca visión pero mucha vista. Para entonces, Picasso ya había visitado los burdeles de París y se había inspirado en los grandes impresionistas.
El momento de reconocimiento para Picasso llegó en 1907 gracias a Las señoritas de Aviñón, actualmente en el MOMA. Este óleo sobre lienzo marcó el inicio de su etapa africana, en la que experimentó con nuevas formas, colores y texturas. La muestra del AGO recoge una serie de bocetos preparativos para este famoso cuadro. Otro punto interesante es la secuencia de fotos que enseña el proceso de creación del monumental Gernika. Las imágenes fueron tomadas por la ex mujer del artista, Dora Maar, cuyo retrato ilustra los carteles de la exposición.
Antes de las guerras, el genio español ya había pasado por la etapa cubista -estilo que inventó junto a su amigo Georges Braque-, y tuvo un período más clásico coincidiendo con su primer matrimonio con la bailarina Olga Khokhlova.
Como si se tratase de una clase de historia sentimental del siglo XX, las obras de Picasso reflejan sus pasiones y sus ansiedades. Entre estas últimas, ninguna fue tan dura e intensa como la guerra. El dolor y la rabia saltan a la vista en Masacre en Corea, un óleo cuya forma recuerda al famoso Gernika pero que bebe de otro gran pintor español: Goya y Los fusilamientos del tres de mayo. Las referencias a los clásicos, una constante en la obra de Picasso, se encuentran en varios rincones del museo, desde el Déjeuner sur l’herbe según Manet hasta el Autorretrato con sombrero de paja, un guiño a Van Gogh.
Las mujeres y los toros también juegan un papel importante en la creación picassiana. Cuadros como El Matador -un autorretrato desgarrador del artista tres años antes de su muerte- dejan patente el sabor español de una muestra que permitirá a los visitantes degustar platos típicos de España como la paella, que se servirá cada martes en el restaurante del museo.
Esta iniciativa gastronómica forma parte de las actividades paralelas del AGO que incluyen conferencias y visitas familiares. La programación responde a la voluntad del director de convertir la galería en un “lugar de encuentro”. Esta será la única parada de Picasso. Obras maestras del Musée Nacional Picasso en territorio canadiense, por lo que Anne Baldassari, directora del museo parisino, anima al público a “disfrutar de la colección” antes de que sólo pueda verse en Francia. Las reformas del Musée Picasso han propiciado esta gira mundial, algo que Baldassari celebra y define como “ir al reencuentro de nuestros espectadores”.
Durante cuatro meses, el AGO será el punto de referencia para los amantes de Picasso. Un pintor que cambió el arte con su forma de interpretar lo que tenía enfrente, fueran mujeres, toros, arlequines, músicos, sueños o guerras.
El Art Gallery de Ontario abre de martes a domingo, de 10 a 17.30 horas (miércoles hasta 20.50h). Los precios van desde los $11 (estudiantes) hasta los $19.50. La exposición sobre Picasso irá del 1 de mayo hasta el 26 de agosto.
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