PROFESOR PELUSA .
PROFESOR PELUSA .
El aburrimiento en nuestras mascotas es la causa por la cual muchas de ellas realizan algunos actos que para nosotros, los humanos, son considerados malos hábitos o conductas no acordes con lo que esperamos de ellos; especialmente cuando los dejamos solos.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el desarrollo cerebral de nuestra mascota (ya sean perros o gatos) se asemeja a la madurez de un niño; desde su etapa de recién nacido (cachorros en el reino animal) hasta cumplir un desarrollo máximo cerebral equivalente a un joven de 15 años (edad adulta de nuestra mascota), su madurez cerebral no evoluciona más que ello en comparación con el desarrollo humano. Por lo que, sí esperamos que este razone y tome conciencia de sus actos analizándolos, es imposible. Ellos no piensan como lo hacemos nosotros y además su comportamiento obedece a aquellos parámetros que establece su propia especie.
Si bien con el correr de los años al vivir con los humanos, estos amigos han ido modificando sus costumbres, perdiendo algunos instintos y/o modificándolos. No es menos cierto que necesitarían evolucionar mucho aún para tener una conducta que se asemeje a la nuestra.
La evolución de cada especie necesita de millones de años en su transformación y aun así será muy difícil que quienes ahora vivimos tengamos la oportunidad de ver alguno de esos cambios. En el caso de los caninos, mantienen una convivencia con los humanos que se remonta a 15.000 años. Un tiempo que para la evolución de una especie es casi nada, pero que los humanos, al crear tantas nuevas razas si hemos logrado obtener algunas de ellas con ciertas características muy especiales, en especial en lo que respecta a carácter y/o aptitudes para realizar tareas específicas.
Teniendo en claro esto, podremos comprender el por qué del comportamiento de nuestro perro. Frente a las muchas cosas que estos realizan, son iguales que los niños: se aburren con facilidad y se inventan algunas cosas que los entretengan como parte de su diario vivir. Tener unos juguetes a su disposición no significa que esos objetos sirvan para entretenerlos todo el día. Cuando no estamos, para los cachorros una pelota es un juguete fantástico, pero después de un rato, ya su olor sabor y forma es reconocida, por lo que siempre deberemos esconderle algunos juguetes por un día como mínimo y entregarles otro.
Lo mismo les sucede con el espacio que tienen en nuestra casa, podemos tener un jardín grande, con parcelas de más de 500 metros; pero pronto toda esa área donde habitan será reconocido por tu amigo, en cuanto a los olores, formas y objetos que están en su territorio, por lo que hacer hoyos o morder las plantas pueden convertirse para tu mascota en un entretenido juego. Será entonces necesario pasear con ellos diariamente de manera que ese paseo resulte entretenido y novedoso.
Algunos se preguntarán, pero si siempre los llevo al mismo parque. ¿por qué ahí no se aburren? La verdad, es que ese lugar recibe muchas visitas en el día, cada visitante deposita un olor diferente, con lo que el escenario es novedoso. Cambiar el lugar del paseo es un bueno para ellos.
A diferencia de lo que ocurre desde que viven con nosotros, cuando estos amigos sólo convivían con sus congéneres en la naturaleza; esas malas costumbres no molestaban ni dañaban a nadie. A los cachorros les picaban los dientes antes de cambiarlos y para calmar ese malestar mordisqueaban alguna rama en el bosque, lo que no suponía problema alguno para mamá. Al igual que hacer hoyos en el campo, estos les servían como juego o bien buscando algo como parte de su alimento. Los huesos también servían para limpiar los dientes y ayudaban como juguete para liberar el estrés Por ultimo, todos los días habrá que seguir a mamá, jugar con los hermanos o bien como jóvenes procurarse el alimento, todo esto no les deja tiempo para aburrirse.
En definitiva, el que los humanos le hayamos procurado un hogar, comida gratis y cobijo, trae consigo una responsabilidad para sus amos; pues a nuestros amigas no les basta con todo eso, además tenemos que entretenerlos y enseñarlos a que se acostumbren a su nuevo entorno y a disfrutar de los pequeños momentos de esparcimiento que tendrán todos los días
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