La mayoría de la gente pierde la apelación de las condenas en Ontario
La mayoría de la gente pierde la apelación de las condenas en Ontario

Los resultados de las apelaciones de los delincuentes ante la Corte son tan malos, que ahora ellos mismos se preparan para defenderse.
TORONTO.- Gran sorpresa causó entre abogados y juristas la noticia de que miles de empleados de los bancos canadienses ganaron una apelación el mes pasado y ahora tienen derecho a exigir el pago de horas extras no remuneradas, porque realmente ganar una apelación en la provincia es casi imposible y las probabilidades son muy bajas reflejan las estadísticas.
Según datos recopilados en Ontario la mayoría de las apelaciones se pierden, tan sólo el 29 por ciento de los fallos en los tribunales penales o en las decisiones de derecho civil o de familia, lograron ganar el caso durante el 2011.
De acuerdo con el Tribunal de Ontario del informe anual de Apelación, las cifras hablan por si solas de lo que puede ocurrir en una apelación, aunque para los abogados la cifra es aun mucho menor, pese a que aclararon que se pueden dar muchas sorpresas como la de los empleados de los bancos.
Richard Litkowski, un abogado de Toronto penal que regularmente se presenta ante el tribunal, dijo que las cifras pueden ser algo engañosas y la tasa de éxito para las personas que apelan condenas penales son aún más baja.
Para él estos resultados no tienen en cuenta el los recursos de casación interpuestos por la Corte, que intenta revocar la absolución del acusado, lo que influiría mucho más en el resultado de la estadística.
Según el jurista uno de los problemas es que la mayoría de los condenados tienen derecho automático a la apelación, pero algunos casos son débiles no consiguen más pruebas para aportar a la investigación, por lo que se pierden.
Agregó que aunque el trabajo del tribunal es para corregir errores cometidos por los jueces de primera instancia en los tribunales inferiores, los errores en general, tienen que ser muy grandes para que se afecte significativamente la sentencia o para revertir el resultado, dijo Litkowski.
En junio, el tribunal se negó a anular la convicción Surriff Atkinson por el robo de un televisor de pantalla grande de un apartamento de Kitchener, a pesar de que encontró que la policía violó los derechos constitucionales de la mujer al apoderarse de sus zapatos sin una orden judicial.
De acuerdo con la investigación Atkinson salió de su casa a dar un paseo a su perro y en ese momento se tomaron las huellas de sus zapatos dejados en el balcón, que sirvieron de prueba en su contra, pero no había orden judicial.
El informe también muestra que la corte de apelaciones está escuchando mucho menos casos por año, 1.100 en 2004, frente a 835 en 2011, lo que refleja que muchos prefieren abandonar el caso antes de la audiencia. Litkowski sospecha que el descenso se debe en parte el resultado de condiciones más estrictas a la asistencia jurídica gratuita.
El informe también muestra que un gran número de afectador ahora prefiere presentar el caso más con abogados que con litigantes, porque se redujo ligeramente esta acción legal, en 2011 fueron 993, mientras en el 2010, fueron 1.028.
Debido a los fallos los delincuentes ahora buscan más especialistas que se encarguen de sus procesos o lo hacen ellos mismos, porque la mayoría de las apelaciones eran llevadas por abogados de oficio, pero ahora casos graves son hasta argumentados por los propios reclusos, entre ellos asesinos peligrosos o por abogados especializados.
Según los mismos abogados un sentenciado no tiene ninguna oportunidad en la apelación si no logra agregar o encontrar nuevos elementos de prueba para llevarlos al tribunal, para persuadir a los jueces.
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