Paso atrás para los activistas pro-eutanasia
Paso atrás para los activistas pro-eutanasia
VANCOUVER.- El ministro de Justicia Rob Nicholson dio a conocer este viernes que el Gobierno federal recurrirá la sentencia de la Corte Suprema de la Columbia Británica que anuló temporalmente la prohibición del suicidio asistido en Canadá.
La decisión emitida el pasado 15 de junio concedió una exención para Gloria Taylor, una mujer que sufre una enfermedad neuro-degeneratia y que pidió la ayuda de un médico para poner fin a su vida antes de que ella fuera incapaz de hacerlo.
En la misma sentencia, dictada por la juez Lynn Smith de la Corte Suprema de B.C., se emplazaba al gobierno federal a resolver el conflicto legal por medio de una nueva legislación. El texto daba un año de plazo para que el Parlamento acordara una resolución.
El argumento que dio luz verde a la eutanasia en el caso de Gloria Taylor era que el suicidio no estaba contemplado en la ley como un acto ilegal y, en cambio, existía discriminación porque los discapacitados no tenían el mismo derecho a quitarse la vida que los capacitados.
El ministro de Justicia Rob Nicholson buscará suspender estas decisiones, incluyendo la “exención constitucional” concedida a Taylor. El razonamiento es que la prohibición al suicidio asistido, integrado en el Códico Penal de Canadá, es constitucional.
“Después de una cuidadosa consideración del fallo del Tribunal Supremo de Columbia Británica del pasado 15 de junio, el Gobierno de Canadá va a apelar la decisión ante el Comité de Apelaciones de Columbia Británica, y solicitará la suspensión de todos las decisiones hechas por el tribunal de primera instancia” dijo el comunicado publicado por Nicholson este viernes.
La postura de Ottawa es que las leyes en materia de eutanasia y suicidio asistido existen para proteger a los más vulnerables, como los enfermos, las personas mayores y los discapacitados.
El gobierno sacó a colación el caso de Sue Rodríguez, la primera mujer en reclamar el derecho al suicidio asistido, en 1993, pero cuyo caso fue rechazado en dos ocasiones por la Corte Suprema de Canadá.
Nicholson también recordó que los parlamentarios votaron en abril de 2010 para no cambiar la actual legislación y calificó la asistencia médica al suicidio como un asunto “emocional” y espinoso para muchos canadienses.
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