Controversia por el reclutamiento de ‘strippers’ en escuelas
Controversia por el reclutamiento de ‘strippers’ en escuelas
OTTAWA.- El anuncio de los dueños de locales de ‘streeptease’ de iniciar una campaña de reclutamiento de ‘strippers’ en institutos ha topado con la indignación de varios distritos escolares provinciales, que quieren impedir que las jóvenes entren en contacto con este negocio nocturno.
El Adult Entertainment Association of Canada (AEAC) reconoció esta semana su interés por reclutar a chicas de 18 años, algo que su presidente, Tim Lambrinos, calificó como “un mercado que hay que explorar”.
A principios de junio, el ministro de Inmigración, Jason Kenney, anunció que el gobierno no renovaría el permiso de trabajo temporal para las ‘strippers’ extranjeras. Desde ese momento, se plantearon dos preguntas: ¿qué iba a suceder con las ‘strippers’ con el visado caducado? y ¿quién las iba a reemplazar?
La respuesta a la primera pregunta está por ver, aunque existe el temor que muchas de las trabajadoras caigan en redes ilegales asociadas a la prostitución. En cuanto a su reemplazo, la primera estrategia de la AEAC apunta a estudiantes universitarias dispuestas a exhibir su cuerpo a cambio de una importante inyección económica bajo el pretexto de sufragar sus estudios.
“Estamos reaccionando al Gobierno. Nos van a quitar nuestra fuerza de trabajo y lo que están diciendo, de forma indirecta, es que tenemos que reclutar a más gente del país”, argumentó Lambrinos, que busca estrategias para hacer frente a la demanda de ‘strippers’ en Canadá.
En la otra cara de la moneda está Alex Pavlich, portavoz del ministerio de Inmigración, Ciudadanía y Multiculturalidad, que considera “lamentable” que Tim Lambrinos haya puesto su mira en adolescentes canadienses. “Los canadienses quieren que pongamos fin a la entrada de trabajadoras extranjeras que puedan estar sujetas al riesgo de explotación sexual” escribió en un e-mail Pavlich para justificar la decisión de Kenney de no renovar el visado a las bailarinas foráneas, entre las que se encuentran muchas chicas latinas y de Europa del Este.
La mecha que ha encendido la polémica, a parte de las palabras de Lambrinos, ha sido el borrador de una octavilla que quiere distribuir la AEAC, un órgano que representa a 38.000 ‘strippers’ en todo el país. El documento invitaba a las estudiantes a quitarse la ropa para pagarse la matrícula. Concretamente, el mensaje del panfleto leía: “Si eres visualmente atractiva, estás cómoda con su cuerpo desnudo y te sientes a gusto quitándote la ropa, puedes trabajar ya como bailarina exótica y costearte tus tasas universitarias”.
El vice-presidente de la Junta Escolar de Vancouver, Mike Lombardi, reaccionó este jueves a las palabras de Lambrinos, asegurando que no permitirían ningún tipo de publicación similar cerca de la escuela.
“La Junta Escolar de Vancouver será firme y rápida a la hora de asegurar que ninguna basura de ese estilo llegue a nuestras escuelas”.
La controversia también ha despertado la reacción de los centros universitarios, que no verían con buenos ojos que los dueños de clubes de ‘striptease’ se presentaran a las ferias de trabajo para estudiantes.
“No encajaría con el tipo de expositores que solemos tener”, dijo Ian Ingles, encargado de servicios de reclutamiento en la Universidad de Ryerson. “No es algo que consideraríamos, más teniendo en cuenta qua hay representantes de campamentos de verano para niños”, zanjó Ingles.
La reacción también ha llegado a Alberta, donde la policía de Calgary advirtió contra la campaña de la AEAC, que cuenta entre sus filas con un 25 por ciento de estudiantes.
El sargento Robert Rutledge dijo que, en su experiencia, una gran parte de las ‘strippers’ acaban convirtiéndose en trabajadoras sexuales. También contó que muchas bailarinas exóticas eran víctimas de abuso eran más propensas a caer en el abuso de drogas y alcohol.
“Muchos creen que si una chica está bailando desnuda en una sala, que el siguiente paso es la prostitución”, comentó Rutledge acerca de la opinión de los hombres que suelen frecuentar estos locales.
El presidente de la AEAC, Lambrinos, recordó que el sexo está totalmente prohibido en estos clubes y tildó el negocio del baile como una buena oportunidad para las estudiantes.
“Tenemos estudiantes graduadas en medicina, contabilidad y derecho que se han pagado los estudios así”, añadió el presidente de la AEAC, que planea acudir a escuelas y centros comerciales con una barra americana para captar a jóvenes muchachas al negocio del ‘streaptease’. Además de esta nueva táctica de reclutamiento, la AEAC apelará al Gobierno para renovar el permiso de las más de 800 trabajadoras afectadas por la ley de Kenney y, como última medida, buscará matrimonios para legalizar la situación legal de las chicas para evitar su deportación.
Los locales más famosos de Vancouver, como Orange y The Penthouse, aseguran que no tienen strippers afectadas por las nuevas medidas del Gobierno.
“No contratamos a trabajadoras extranjeras” dijo Danny Filippone, dueño de The Penthouse, el club más conocido de Vancouver.
La prohibición federal de trabajar en Canadá como ‘stripper’ foránea entró en vigor el 4 de julio. Desde entonces, las chicas que hayan trabajado en la industria hasta la fecha tampoco pueden renovar su permiso de trabajo.
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