Jubilan al Captain John
Jubilan al Captain John
TORONTO.- En 1957, John Letnik llegó a Canadá huyendo de su país, la Yugoslavia comunista del mariscal Tito. 13 años después, en 1970, tuvo una idea y abrió un restaurante a bordo del MS Normac, un barco que había servido durante años al servicio de bomberos de Detroit y que después fue utilizado como ferry para cubrir la ruta entre Tobermory y la isla Manitoulin.
A Letnik en seguida se le quedó pequeña esa embarcación y decidió a apostar a lo grande. En 1975 le compró por un millón de dólares al gobierno yogoslavo el “Jadran”, una nave de lujo, la más grande del país, que hasta entonces había funcionado como crucero en el mar Adriático y Egeo.
Letnik usó este barco como segundo “salón” para su restaurante. En los 70, Toronto estaba justo a mitad de su fulgurante despegue demográfico y económico y el éxito del restaurante flotante fue arrollador.
Todo fue bien hasta que en 1981, un barco que navegaba sin luces por el lago chocó contra el Normac. Nadie resultó herido pero el restaurante quedó destrozado el y el barco se hundió. A partir de ese momento todo el protagonismo cayó sobre el Jadran. Desde entonces, el único y auténtico Captain John.
El Captain John surcó viento en popa la década de los 80 y 90. Era uno de los sitios de moda de la ciudad, visita obligada para los turistas, y que tenía, según ellos mismos afirmaban, “el mejor marisco de la ciudad”.
Sin embargo, a partir de entonces las cosas empezaron a ir mal. En 2002 el restaurante se declaró en bancarrota. Letnik tenía una deuda con los acreedores cercana a los 8 millones de dólares.
En 2008 el gobierno cerró temporalmente el local tras una inspección de sanidad en la que se detectaron 11 infracciones graves, entre las que se incluían que el restaurante “no se deshacía correctamente de las aguas residuales” y que muchos de los productos que se servían “podían estar contaminados o en mal estado”. Letnik fue multado con 2160 dólares.
Al año siguiente Letnik puso el barco en venta por un precio de salida de 1,5 millones. Al poco tiempo tuvo que bajar la cifra a 1.2 millones. Pero nadie lo compró. El Jadran y el Captain John eran ya historia, un negocio imposible de reflotar.
El mes pasado llegó la puntilla. La autoridad portuaria de Toronto rescindió el contrato del punto de amarre de la embarcación, alegando que Letnik debía cerca de 500.000 dólares en concepto de tasas por mantener el barco atracado, impuestos y arrendamiento. Al mismo tiempo el Ayuntamiento cortó el suministro de agua a la embarcación y cuando el inspector de sanidad fue a hacer la revisión declaró que el local debía cerrarse por la incapacidad del personal para mantener limpio y desinfectado el restaurante.
Entonces, el gobierno le dio un plazo de 30 días a Letnik para que retirase todos los anuncios del restaurante, así como la pasarela que conecta el puerto con la embarcación. Durante este último mes, el gobierno ha apelado al código de derecho marítimo para recordarle al Letnik que “un embarcación debe abstenerse de abandonar el puerto si saldar todas sus deudas”. Por si acaso, le han retirado el motor.
Desde el gobierno explican que si se tratase de una casa o un restaurante normal podían embargarlo sin problema, porque la ley recoge que después de tres años sin pagar impuestos la propiedad puede ser intervenida. Las deudas del Captain John se remontan a una década, el problema es que el negocio está en el mar y ahí la normativa es diferente.
Lo que preocupa ahora es que el barco se quede atracado durante años, como un montón de chatarra gigante.
Se acaba así un periodo de la historia reciente de Toronto. Un símbolo que levanta amarras por última vez.
Pie de foto:
El Captain John lleva atracado en el lago desde 1975
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