“Quiero y aprecio Canadá, el país que me abrió los brazos hace más de una década”
“Quiero y aprecio Canadá, el país que me abrió los brazos hace más de una década”
TORONTO.- Si alguien es capaz de valorar la importancia de una buena sonrisa, ese es el Doctor Roger Avila. Este dentista cubano instalado en Toronto desde hace más de diez años tiene motivos para sonreír después de realizar su particular sueño americano y consolidar su carrera dental en Canadá.
¿Cuando llegó a Canadá?
Llegué en marzo del 2000 desde Cuba, mi país natal. Allí estaba ejerciendo como dentista ganando un salario muy bajo.
¿Cómo se encontró al principio?
Lo primero que hice fue mejorar mi nivel de inglés antes de afrontar los exámenes de TOEFL y IELTS. Me matriculé en la clase preparatoria del Jones Avenue Adult Centre y, aunque sólo estuve allí dos meses, siempre guardaré muy buenos recuerdos de esa etapa de mi vida y de ese programa. No sólo me ayudó a perfeccionar mis habilidades lingüísticas, especialmente la redacción, sino que me hizo sentir a gusto en este país.
¿Qué aprendió?
En mi clase, aprendí sobre Canadá y su rica mezcla de culturas. De esta manera, mi experiencia con el ESL me ayudó a integrarme en esta sociedad en constante crecimiento. Creo que fue una etapa muy importante en mi camino hacia el éxito.
¿No se le hizo corto?
Quería quedarme más tiempo en Jones pero tenía que trabajar para sacar adelante a mi familia en Cuba. Además, tenía que preparar mi siguiente paso hacia el objetivo de retomar mi carrera como dentista. Eso incluía ahorrar miles de dólares. Para ello, trabajé como un esclavo día y noche.
¿Qué trabajos le tocó hacer?
Empecé como mozo de restaurante. Tres meses después ascendí a servidor, donde estuve seis meses. También trabajé en telemárketing hasta que encontré un trabajo de asistente dental en una clínica en downtown donde continué trabajando por cinco años. Al mismo tiempo, trabajaba de noche en un salón de banquetes. De alguna forma, conseguí otros trabajos a jornada parcial como vendedor de helados y dulces en la playa.
Ha tenido mucha variedad de empleos.
Me acuerdo que una vez tuve que ponerme un traje de oso en medio de agosto para promocionar un restaurante. También vendía planes de ahorro para ayudar a las familias a invertir en la educación de sus hijos.
¿Cómo salió adelante?
Mientras acumulaba muchas horas en un período de cinco años, continué estudiando duro para pasar los exámenes de acceso. Finalmente, entré en el programa de colocación avanzada para dentistas educados en el extranjero que ofrece la Universidad de Toronto (U of T).
¿Qué sintió?
Mi entrada en el programa fue un hito en sí puesto que sólo seleccionan a 25 entre las 1.000 aplicaciones que reciben. En el 2008, terminé el programa y empecé a trabajar de inmediato como dentista asociado. Tras seis meses, monté mi propia clínica en Etobicoke. Al estar acostumbrado a gestionar mi dinero de forma racional, era lo suficientemente estable a nivel financiero como para comprar una segunda práctica en el 2009.
Por fin logró su objetivo.
Como joven dentista en Cuba, ganaba una pequeña fracción de lo que puede lograr un dentista en Canadá. Por lo tanto, estoy muy agradecido a Canadá por lo que ahora tengo: una carrera dental en apogeo, una casa preciosa, además de una inversión en propiedad. También he podido desarrollar mi afición por comprar y vender coches, algo que hubiera sido imposible en mi país natal donde el dentista medio tiene suerte si posee una bicicleta para ir al trabajo cada día. Pero lo más importante es que tengo mi libertad.
¿Qué le permite eso?
Viviendo en un país libre, he tenido la oportunidad de disfrutar de vacaciones en varios rincones del mundo, incluyendo Italia, Holanda, Puerto Rico y los Estados Unidos. También he podido volar libremente a Cuba para visitar a familiares que dejé atrás.
¿Cómo valora el largo camino que le llevó de Cuba a Canadá?
Mirando atrás a mis últimos diez años en Canadá, me doy cuenta de la suerte que tengo. Todo esto era un sueño cuando vivía en Cuba. Hoy, mi sueño se ha convertido en una dulce realidad. Sinceramente quiero y aprecio Canadá, el país que me abrió los brazos hace más de una década. Espero algún día poder demostrar mi gratitud por mi buena fortuna montando una fundación solidaria que pueda marcar la diferencia en las vidas de niños y niñas con sus propios sueños.
A nivel dental, ¿qué servicios ofrece?
Nos centramos en la prevención de enfermedades dentales y ofrecemos una gama completa de servicios cosméticos y restaurativos, incluyendo carillas, coronas, puentes y blanqueamiento.
Los consultorios del doctor Avila estan en Kipling/Dixon (1723 Kipling Av, Unidad 3) y Islington/Bloor (3300 Bloor St. West, Unidad 114), ambos en Etobicoke. El dentista y su equipo están disponibles de lunes a sábado y también ofrecen servicios nocturnos y de fines de semana. Más información en www.islingtonbloordentist.com.
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