Las dos selecciones ganaron con comodidad a sus rivales en tres sets y confirmaron los pronósticos del inicio de la competición, aunque Brasil ha pasado más apuros para llegar al partido decisivo.

Brasil ganó hoy a Japón por 3-0 en un partido muy cómodo para las campeonas olímpicas, que abrumaron a sus rivales con su bloqueo y un partido decente en todos los aspectos.

La selección de Japón es la más baja de los Juegos Olímpicos, con una media de 1,75 metros de altura, y sufrió lo indecible con la muralla brasileña, que anotó 14 puntos de bloqueo.

Este partido fue uno de los pocos en los que Brasil no pasó apuros, después de haber sufrido más de la cuenta para clasificarse a los cuartos de final y haber alcanzado las semifinales de milagro, en un final de infarto ante Rusia, que dispuso de seis puntos de partido, pero perdonó la vida a la “verde-amarilla”.

En la otra semifinal, Estados Unidos cumplió hoy con los pronósticos y ganó con comodidad a Corea del Sur en tres sets, con parciales 25-20, 25-22 y 25-22.

Al igual que las brasileñas, el equipo de EE.UU. pavimentó su triunfo sobre Corea con su bloqueo, con el que anotó nada menos que seis puntos en el primer set y un total de nueve en el partido.

Destinee Hooker, la mejor jugadora de Estados Unidos en todo el torneo, fue responsable de 24 puntos, casi un set completo para esta atacante de 24 años.

Las estadounidenses, que alcanzan su segunda final olímpica seguida, son la mejor selección del momento, lideran la clasificación mundial y han ganado las tres últimas ediciones de la Liga Mundial, credenciales más que suficientes para presentarse como candidata a ganar su primer oro en unos Juegos.

En los Juegos Olímpicos, Estados Unidos es una única selección invicta y apenas ha perdido dos sets en los siete partidos que ha jugado, mientras que Brasil perdió con EE.UU. y con Corea.

Brasil es consciente de ello y así lo puso de manifiesto Fernandinha, que dijo hoy que “Estados Unidos está un poco por encima de todos los equipos”.

No obstante, las jugadoras brasileñas están confiadas en el golpe de moral que supuso clasificarse por los pelos y también por la palpable mejoría del juego del equipo partido a partido.