Se desata la polémica entre GFL y el Ayuntamiento
Se desata la polémica entre GFL y el Ayuntamiento

La ciudad puede forzar a GFL que pague 150 dólares por día en concepto de daños por cada camión que no logra terminar a tiempo.
TORONTO.- Tres días después de que una empresa privada comenzase a recoger la basura entre Yonge Street y el río Humber, su consejero delegado ya se ha enfrentado con la administración del alcalde Rob Ford y el jefe de residuos de la ciudad. La discusión viene a cuenta del tiempo que se tomarán para cumplir los plazos de recogida de basura que faltan.
La Green for Life Environmental Corp. (GFL), que así es como se llama la empresa, se tomará, en un principio, de cuatro a seis semanas para empezar a cumplir correctamente y a diario su contrato, de 7 años de duración y con jornadas que comenzarán a las 6 de la tarde, dijo el presidente ejecutivo de la empresa, Patrick Dovigi.
Seis semanas es inaceptable, respondió el gerente general de residuos sólidos Jim Harnum. La ciudad va a considerar la imposición de sanciones económicas después de cuatro semanas.
“Nosotros hablamos de cuatro semanas. ¡Tenemos que hacer las cosas en cuatro semanas. De hecho, con ese periodo ya se están dando bastante margen”, apuntó recientemente Harnum en una entrevista.
Dovigi le escribió a Harnum: “La ciudad puede hacer lo que quiera. Yo no tomo decisiones para la ciudad”. El tono desafiante del mensaje, cuando la empresa solo lleva funcionando tres días, terminó de desatar la polémica.
La fricción surgió el tercer día de trabajo de la empresa privada al oeste de Yonge y al este de Etobicoke, cuando los camiones GFL continuaron retumbando por las calles residenciales después de las 10:30 de la noche del pasado martes y miércoles.
En una entrevista que tuvo lugar este viernes, Dovigi apuntó que la ciudad siempre supo el tiempo que se iba a tomar GFL, seis semanas, para ponerse al día. “Por supuesto que lo sabían”, zanjó Dovigi.
“La privatización no es un concepto nuevo. En la ciudad de Hamilton, que ocupa una región más grande que la zona en la que trabajamos aquí, 180.000 viviendas frente a 165.000, hicimos exactamente lo mismo. En Hamilton no terminábamos hasta después de las 11. . . y entonces se vuelve muy eficiente”.
Harnum también hizo hincapié en que los contratiempos son normales durante los primeros días de una importante transición. Pero el consejero Denzil Minnan-Wong, presidente del comité de obras públicas y hombre de Ford en el asunto de la gestión de residuos, dijo que no esperaba retrasos de tal longitud.
“Jamás he escuchado estas razones y excusas, nunca tuvimos noticias por parte de GFL de todo lo que ha ocurrido esta semana. Nunca nos explicaron que estos retrasos tendrían lugar”, dijo, Minnan-Wong. “Creo que los usuarios están siendo muy generosos, y entienden que una compañía que llega con nuevas rutas necesite un tiempo de adaptación, todos queremos que tengan éxito, pero la paciencia y la buena voluntad de los residentes en el Distrito 2 no es ilimitada”.
En el marco del contrato de 142 millones de dólares, la ciudad puede forzar a GFL que pague 150 dólares por día en concepto de daños por cada camión que no logra terminar a tiempo.
Harnum dijo que la ciudad “revaluará” la situación después de dos semanas y revisará las demandas “graves” contra los cambios tomados por GFL, si consideran que la empresa privada está lejos de cumplir los plazos. Las multas podrían comenzar después de un mes, dijo, como Minnan-Wong defiende.
“Les estamos llamando la atención”, dijo Harnum. “Si dejamos que se vayan hasta las seis u ocho o 10 semanas, por supuesto que lo harán. Si, después de cuatro semanas, se dice, ‘¿Sabes qué, es necesario hacer esto o vamos a exigir una indemnización”, entonces ellos se asegurarán de que tienen los recursos suficientes”.
GFL ha recogido la basura en Etobicoke desde finales del año pasado, sin problemas significativos. Dovigi dijo GFL generalmente mejora una hora a la semana cada vez que comienza a trabajar en un nuevo territorio.
A pesar de sus duras palabras sobre los retrasos, Harnum s emostró optimista el pasado jueves, alegando que los trabajadores de GFL ya habían recogido basura a un ritmo notable.
“Hemos recuperado el rumbo. Creo que ahora estamos yendo en la dirección correcta”, dijo.
Con el contrato con GFL la ciudad espera salvar 11 millones por año, y Ford considera el acuerdo como uno de sus principales logros.
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