Una madre decidió mostrar el vídeo que muestra el suicidio de su hijo
Una madre decidió mostrar el vídeo que muestra el suicidio de su hijo
OTTAWA.- Sheila Fyne no ha podido dormir casi ninguna de las noches de este verano, preguntándose si tomó la decisión correcta al permitir una consulta pública en la que se visionase un video de 34 minutos de la policía militar del cuerpo sin vida de su hijo colgado de una barra de dominadas en su cuartel.
Las imágenes, gráficas y perturbadoras, nunca fueron filtradas a los medios de comunicación, pero la comisión de militares encargada de investigar las causas del suicidio consideraba fundamental examinar el contenido de la cinta para averiguar qué llevó al joven soldado a quitarse la vida.
Su madre y su padrastro, Shaun Fyne, lucharon con la cuestión de mostrar el video casi hasta el día en que se proyectó.
“Hay momentos en que pienso que he compartido lo más personal sobre la vida de Stuart y espero … espero que haya servido para algo”, dijo la señora Fyne en una entrevista desde su casa de Victoria.
El soldado Stuart Langridge se ahorcó el 15 de marzo de 2008. Su cuerpo no fue retirado inmediatamente, sino que se dejó colgado durante cuatro horas mientras los investigadores documentaban y recogían posibles pruebas en la habitación.
La persona encargada de grabar el video, además, hace zoom en la cabeza y la cara del soldado muerto en numerosas ocasiones.
Por su parte, los abogados federales que representan al Departamento de Defensa argumentaron por adelantado que si el vídeo se mostrara tendría que ser en su totalidad.
La señora Fyne explicó que al principio lo tuvo claro, “no, no quiero que nunca nadie vea eso”, dice que les dijo a los militares.
“Pero entonces, después de mantener conversaciones con nuestro abogado y entre nosotros mismos, decidimos que no habría mejor manera para que los jueces entendieran nuestro alegato por la falta de respeto total que se muestró con Stuart en su muerte, que ellos mismo viesen la cinta.”
“¿Fue la decisión correcta? Eso es lo que me mantiene despierta por la noche.”
Ni la señora Fyne ni su esposo estuvieron presentes cuando el vídeo fue mostrado a la comisión a la comisión.
La Comisión de Quejas de la Policía Militar revisó el informe sobre la muerte del soldado destinado en Afganistán, y volvió a escuchar el testimonio del señor Fyne.
En las próximas semanas, la Comisión examinará con lupa no sólo el modo en el que el Departamento de Defensa manejó el caso de Langridge, también cómo el ejército hace frente a los soldados que sufren de una enfermedad mental y de estrés post-traumático.
La investigación también plantea un problema político para el gobierno de Harper con la negativa de ministro de Defensa, Peter MacKay para entregar algunos documentos internos a la vigilancia militar.
El Departamento de Defensa desmiente la afirmación de que el soldado Langridge sufría de trastorno de estrés postraumático, o trastorno de estrés postraumático, tras su paso por Afganistán. El médico que hizo el diagnóstico junto con algunos investigadores de la policía militar que son objeto de la queja, todavía no han declarado.
La familia de Langridge acusa a los miembros del Servicio Nacional de Investigaciones de la realización de una investigación insuficiente, sesgada con el objetivo de exonerar a las fuerzas canadienses.
Hasta el momento, los testimonios de los militares sostienen que el soldado Langridge, que también estuvo destinado en Bosnia durante un periodo de tiempo, era un joven con problemas de adicción al alcohol y la cocaína.
Un testigo del ejército experto en psicología llegó a afirmar que el divorcio entre la señora Fyne y su primer marido, el padre de Langridge, fue la causa del mal estado psicológico del soldado, algo por lo que el ejército ya ha pedido disculpas.
Sin embargo, un amasijo de contradicciones y errores fueron expuestos en el testimonio que tuvo lugar durante la pasada primavera.
En un primer momento, se afirmó que el soldado Langridge había permanecido bajo vigilancia por una supuesta “tendencia suicida” que le habían diagnosticado antes de su muerte, pero uno de sus compañeros de cuartel negó totalmente esas afirmaciones.
Algunos testigos también declararon que los militares consultaron a la familia acerca de cómo querían afrontar el juicio y el proceso de su hijo, algo que la señora Fyne también ha negado airadamente.
“Lo que me ha sorprendido del departamento de Justicia es que sus abogados se han empeñado en tratar de pintar un cuadro muy condenatorio de nuestro hijo. Y algunas de las cosas que se han dicho por los testigos son puras contradicciones, y algunas otras son mentira, lisa y llanamente. Ha sido una maniobra muy vil”, dijo la madre.
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