Piden más seguridad para los discapacitados mentales de Toronto
Piden más seguridad para los discapacitados mentales de Toronto

Dentro de los informes hay reportados todo tipo de abusos, desde los ataques sexuales a golpes o mordiscos. Pasando por maltrato psicológico.
TORONTO.- Cuando tuvo que enfrentarse a abusos en la escuela a los 16 años de edad, Lisette Lanthier decidió aislarse para siempre.
Veinticuatro años más tarde, Lanthier está inmersa en una cruzada para detener el maltrato a las personas con discapacidades del desarrollo, como ella, que viven por su cuenta o bajo cuidado.
“Yo quiero ayudar a otras personas que están mi misma situación para que puedan hablar y ser capaces de sentirse cómodas a la hora de detener un abuso que les esté hiriendo”, dijo Lanthier, que lidera “New Day”, una asociación que entrena y educa al personal en los hogares de cuidado y otros profesionales sociales o sanitarios acerca de cómo prevenir el abuso a este tipo de personas.
Mientras que las regulaciones han cambiado, todavía hay cientos de denuncias en Ontario de supuesto abuso o maltrato por parte de las agencias que se encargar de cuidar a 60.000 personas con discapacidades de desarrollo.
Muchos de ellos están hablando sobre el abuso, dijo Lanthier, que vive en Amherstburg, Ontario. Algunos de ellos se han revelado contra lo que les está ocurriendo y cada vez son más las personas que se unen a esta asociación para dar a conocer su experiencia y sus casos de abuso.
Pero los casos de abuso y maltrato a las personas con discapacidad intelectual registrados en Ontario durante el último año (como quedarse encerrados en camionetas durante horas, ser quemados con agua caliente y sufrir abuso sexual) son una señal de que hay todavía hay mucho trabajo por hacer, dijo Lanthier.
“Esto no debería suceder”, dijo ella después de haber sido informada de los casos que figuran en los informes de incidentes graves obtenidos por The Canadian Press.
Después del incidente en la escuela cuando tenía 16 años, Lanthier estaba traumatizada.
“Me pasé encerrada meses”, dijo. “No quería salir de mi habitación por nada del mundo.”
“Y, finalmente, mi madre me dijo un día: “Vamos a sentarnos todos a la mesa como una familia”. Mi familia quería que yo estuviese bien, que fuese feliz y que fuese capaz de salir adelante. Les mataba verme encerrada todo el día.”
La provincia requiere de hechos graves que pueden ser de naturaleza criminal para poder intervenir. En estos casos se avisa a la policía. Pero, en general, la investigación se deja a los distintos organismos que financia y regularmente inspecciona.
En Ontario, durante el periodo de tiempo comprendido entre el 1 de octubre de 2010, hasta el 30 de septiembre de 2011, hubo 488 informes de incidentes graves en los que se alegaron abuso o maltrato a los residentes. De ellos, 109 dieron lugar a medidas como cambios en las políticas, despidos y cargos criminales.
Entre esos casos 14 informes hablaban de maltrato entre residentes discapacitados.
Dentro de los informes hay reportados todo tipo de abusos, desde los ataques sexuales a golpes o mordiscos. Pasando por maltrato psicológico.
Para frenar esta ola de ataques se impulsaron desde el gobierno nuevas políticas para tratar a las personas con este tipo de discapacidad, a fin de protegerlas más.
Los documentos también dicen que en 36 casos, el personal fue despedido tras un supuesto abuso o maltrato y seis funcionarios fueron acusados de delitos penales. Había cuatro trabajadores que renunciaron y 36 personas fueron sancionadas con penas que van desde la suspensión de empleo a meros expedientes en forma de cartas.
Pero para Lanthier, enviar una carta de amonestación al personal que no ha trabajado bien no es suficiente. “Si usted ha cometido un abuso, la única solución pasa por no dejarle trabajar”, dijo.
Ontario define el abuso como “acción o conducta que cause o pueda causar lesiones físicas o daños psicológicos o ambos, a una persona con una discapacidad del desarrollo. O cualquier actividad por parte del educador que implique una pérdida significativa o destrucción de los bienes del afectado, incluyendo, por su puesto, el abandono.”
Entre los informes había tres casos de empleados que fueron despedidos tras las investigaciones de abuso sexual.
Un incidente más preocupante registrado en Ontario durante dicho periodo de tiempo, involucra a un miembro del personal de la asociación “Christian Horizons”, en Oshawa, quien mantuvo una relación sexual con una persona con discapacidad , llevándosela a hoteles donde le hacía beber alcohol y mantenía sexo con ella.
El informe dice que recoge la declaración del interno, quien explicó que se habían encontrado “en al menos cuatro ocasiones en habitaciones de hotel en Oshawa y Courtice para a beber alcohol y tener relaciones sexuales.”
El trabajador fue despedido, dijo Janet Nolan, director ejecutivo de la organización religiosa no lucrativa.
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