HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
AMOUR (Love). Austria-Francia-Alemania, 2012. Un film escrito y dirigido por Michael Haneke
El director austríaco Michael Haneke cuya filmografía hasta el presente se ha caracterizado por un cine que enfatiza la violencia de lo cotidiano con diferentes matices, retorna ahora con una película completamente diferente que sin duda constituye su creación más bella y conmovedora. No son muchas las veces que la cinematografía aborda el amor en la vejez y si bien hubo un logrado acierto en el film japonés Tokyo Story “(1953), Haneke incursiona en Amour en una temática parecida, haciéndolo con máxima sutileza, sobriedad y refinamiento. Para ello ha contado con la valiosísima colaboración de dos leyendas vivientes del cine francés como lo son Jean Louis Tringtinant y Emmanuelle Riva.
Como su título lo indica, el film cuenta una historia que refleja la emoción del amor en toda la dimensión y riqueza que este sentimiento puede producir a través de un sincero y profundo afecto, bondad, comprensión y compasión que dos seres experimentan en forma recíproca el uno hacia el otro. Eso es lo que se ve reflejado en el anciano matrimonio de clase media que Haneke ilustra maravillosamente en las personas de George (Tringtinant) y Anne (Riva).
Con una puesta en escena remarcable, es posible que el film pueda incomodar a algunos espectadores, pero nunca le tenderá la trampa del sentimentalismo barato o de caer en el facilismo melodramático, a pesar de que cada escena penetra hondamente por su fuerza emocional. Como en todos sus filmes, el realizador desarrolla la acción comenzándola en forma apacible y tranquila; así se aprecia a George y Anne, dos profesores de música retirados desde hace tiempo, asistiendo a un concierto en el Théâtre des Champs-Elysées de París donde el solista es uno de sus ex alumnos. Cuando retornan al departamento en que habitan rodeados de un gran piano, libros, discos, cuadros y otros detalles que destilan cultura y calidez, podemos contemplar cómo George mirando fijamente a Anne le manifiesta lo bonita que la encuentra, como un gesto de profundo cariño hacia ella después de una convivencia en común de 60 años. Prontamente, a la mañana siguiente Anne experimenta ciertos gestos de extravío como síntomas de una embolia; después de una primera operación a la que es sometida, queda parcialmente paralizada, debiendo movilizarse con una silla de ruedas. De aquí en más su cuerpo va sufriendo una lenta y progresiva decadencia que pone a prueba el amor inconmensurable que une al matrimonio en la forma cómo George se preocupa al máximo para asistir a su querida esposa. Cuando su situación se agrava después de otro derrame cerebral, la atención de su marido prosigue intensamente, ya no solo para alimentarla sino también tendiéndole su valiosa ayuda en el cuarto de baño y en la cama; tarea, como se puede apreciar se trata de una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que George respeta los deseos de Anne en no querer retornar al hospital y además realiza todos los esfuerzos posibles para que su mujer conserve intacta su dignidad.
En lo que constituye una verdadera pieza de cámara, con excepción de las primeras secuencias el film no se aparta del gran departamento como escenario exclusivo y prácticamente tiene a la pareja como los únicos personajes en la mayor parte de su desarrollo.
Si el escenario resulta un tanto opresivo, Tringtinant y Riva lo iluminan permanentemente a través de interpretaciones antológicas, en donde uno no los ve como actores sino como personajes verdaderos que actúan con la mayor naturalidad sin reparar que hay una cámara por detrás que los está filmando. Debe destacarse también la breve participación de Isabelle Huppert como la distante hija del matrimonio que efectúa algunas visitas formales a sus padres y que por estar demasiado involucrada con su carrera musical no llega a tener completa idea de la situación que ellos atraviesan; a ello se agrega que su madre prefiere no ser vista para no sentirse humillada por su enfermedad.
Ciertamente, Amour es un film duro, sin concesiones que deslumbra por su lucidez y por la forma de reflejar el dolor que puede aparejar los últimos estadios de vida, presidido en este caso por la existencia de un profundo sentimiento que le da sentido y la real razón de nuestra transitoria existencia.
Finalmente cabe mencionar que en la nominación de los Oscar de 2013 anunciado ayer, este film ha sido considerado en 5 categorías importantes: mejor película, mejor realizador, mejor actriz, mejor guión original y mejor película extranjera.
Conclusión: Una obra maestra del cine que aunque dolorosa de observar, cautiva por la dimensión que alcanza el amor cuando se lo somete a prueba en situaciones límites. Es por ello que Haneke merece admiración y respeto como realizador así como por haber elegido a dos excepcionales actores que además de haber logrado una química perfecta de sus personajes brindan una sensación de intimidad como pocas veces el cine ha enfocado.
ZERO DARK THIRTY. Estados Unidos, 2012. Un film de Kathryn Bigelow
El dúo responsable de The Hurt Locker –que obtuvo el Oscar al mejor film de 2009- retorna triunfalmente con Zero Dark Thirty, que ayer fue nominada por la Academia de Hollywood como una de las 9 mejores películas del año. Tanto la directora Kathryn Bigelow como el escritor Mark Goal, también nominado como el mejor guionista, han logrado superarse con este magnífico documento sobre la cacería y captura de Osama bin Laden, considerado el enemigo público número 1 de la historia de los Estados Unidos y por ende el hombre más buscado por espacio de una década.
Hay dos razones fundamentales por las que este film se distingue de muchos otros que se han referido a las consecuencias del 11 de septiembre de 2001. En primer lugar, Bigelow trató de brindar un trabajo desprovisto de sensacionalismo pero que al propio tiempo suministrara al público una idea más clara que las ofrecidas por los tradicionales medios de comunicación sobre el accionar del terrorismo internacional, los mecanismos de defensa empleados por los Estados Unidos y los métodos que fueron utilizados para lograr el fin perseguido. El otro factor importante es que Goal no se remitió a la elaboración de un guión simplista sino que como periodista dedicado a la investigación elaboró un libreto lo más fehaciente posible donde a través de diálogos y secuencias bien construidos se capta la esencia de la vida real de la gente que estuvo implicada en la operación; todo ello contribuye a que la ficción del relato adquiera en este film el carácter de un verídico documental.
Aunque el film podría haberse sintetizado un poco en su primera parte, de todos modos es altamente loable al haber englobado en dos horas y media todos los dramáticos acontecimientos acaecidos en la última década así como deja que cada espectador juzgue u extraiga sus propias conclusiones sobre las connotaciones morales involucradas en la lucha ejercida contra el terrorismo.
Jessica Chastain interpreta a Maya, una joven reclutada por la CIA que en su primera misión es asignada a Afganistán a fin de formar parte del equipo que tiene a su cargo la captura de UBL (la sigla militar empleada para referirse a bin Laden). Al principio, con una inexperiencia natural de alguien que por primera vez está envuelta en una misión tan delicada, debe asistir a un brutal interrogatorio efectuado por uno de sus colegas (Jason Clarke) hacia un sobrino de UBL, donde las torturas que se le infligen para extraer la información le producen sentimientos conflictivos. Pero cuando con el paso del tiempo tienen lugar bestiales actos terroristas, -como el ataque en Arabia Saudita de 2004, las bombas en Londres en el verano de 2007, la destrucción de un lujoso hotel en Islamabad en 2008 con las consiguientes víctimas y el atentado suicida ocurrido en la base de la CIA en Afganistán de diciembre de 2009 que mató a 8 de sus agentes- va creando en la joven una determinación absoluta de no claudicar y de establecer los contactos necesarios a fin de ubicar a la persona que actúa como el correo de UBL
Los últimos 45 minutos del relato, brindan una adecuada atmósfera de suspenso, a pesar de saber su desenlace. El despliegue del operativo que tiene lugar el 2 de mayo de 2011, media hora después de la medianoche (de ahí el título del film), donde se invade la fortaleza que cobija al líder asesino en Pakistán y culmina con su muerte, está magníficamente recreado y demuestra el dominio completo de Bigelow de cómo filmar con pulcritud y lograr el efecto deseado. También es destacable cómo la directora impregnó sobriedad a su relato evitando que el final de esta historia adquiriera un aire triunfalista o artificialmente patriótico.
Chastain – apreciada por la Academia de Hollywood que la nominó como una de las mejores cinco actrices del año- ofrece una interpretación protagónica de gran profundidad como la joven que va dejando sus aprehensiones iniciales para convertirse en el factor clave que permitirá detectar al escurridizo terrorista. Sin afectación ni sobreactuación, la actriz llega a conmover, sobre todo en la última secuencia en que la cámara ubica su rostro empañado de algunas lágrimas -que no son precisamente de alegría sino de pena- por todo lo que tuvo que atravesar para llegar a ese dramático final.
En los renglones técnicos, la fotografía de Greig Fraser otorga una sensación de realidad única con las imágenes captadas y complementadas con impecables efectos visuales, en tanto que la música de Alexandre Desplat contribuye acertadamente con el clima dramático del relato.
Conclusión: Un thriller político de gran calidad debido a su estilística dirección, riguroso guión y notable actuación.
NOT FADE AWAY. Estados Unidos, 2012. Un film de David Chase
No siempre las buenas intenciones logran cristalizarse en un proyecto bien resuelto. Ése es el caso de este film que tiene como realizador a David Chase -un nombre bien conocido por haber sido el exitoso autor de la popular serie televisiva “The Sopranos”-, relatando una historia acerca de un adolescente que quiere triunfar en el mundo del rock.
El relato que transcurre en la década de los 60 enfoca a Douglas (John Magaro) un joven de naturaleza tímida viviendo en New Jersey que participa tocando la batería en una banda juvenil con dos de sus amigos (Jack Huston, Will Brill) y que impregnado con la música de los Rolling Stones, decide emularlos dedicándose de lleno a ese género musical y por eso abandona sus estudios universitarios.
Dentro del plano familiar, se destaca la presencia de un padre dominante (James Gandolfini) que demuestra abiertamente su oposición al camino que su hijo está emprendiendo, una madre depresiva (Molly Price) sin mucha influencia y la pequeña hermana (Meg Guzulescu) que es quien inicia y concluye la narración del relato en una forma algo extraña.
La parte débil del film reside en que para ilustrar el proceso de maduración de Douglas el guión apela a una trama poco cohesionada con una serie de episodios inconexos y sin que exista tensión y/o conflicto dramático trascendente. No agrega mucho la consideración esquemática de la relación sentimental del joven con su novia (Bella Heathcote) o bien los episodios vinculados con la hermana drogadicta (Dominique McElligott) de esta última. Además, como desde el principio el relato anticipa que las aspiraciones de Doug no llegarán a concretarse, no hay suspenso alguno que motive algún tipo de sorpresa para el espectador.
Los aspectos favorables del relato están centrados en los altibajos que se producen en la interrelación de los integrantes de la banda, así como la pintura que el director efectúa sobre ciertos rasgos de la contracultura de esa época entre los jóvenes que rechazan los modos de vida establecidos. En tal sentido, es posible que algunos espectadores que hayan vivido durante esa época experimenten sentimientos nostálgicos a través de referencias incidentales apuntadas, como por ejemplo lo fueron el asesinato de Kennedy, el inicio del conflicto en Vietnam, la marcha de los derechos civiles de Martin Luther King, o bien la proyección en la televisión del film musical “South Pacific” de 1958.
El film se destaca por la buena banda sonora que seleccionó los mejores temas musicales de esa época de algunos célebres conjuntos de rock ‘n’ roll (Rolling Stones, Kinks, etc), lo que en última instancia constituye una suerte de tributo del director hacia ese género.
Conclusión: Desigual relato de un muchacho que deseando triunfar como rockero musical no alcanza a convertir su sueño en realidad.
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