Los guardias de Smith tenía órdenes de ignorarla cuando se autolesionaba
Los guardias de Smith tenía órdenes de ignorarla cuando se autolesionaba
TORONTO.- Los últimos testimonios del juicio sobre la muerte de Ashley Smith revelan que los guardas tenías instrucciones de ignorar a la presa cada vez que ésta se autolesionase o lo intentara, según han revelado varios trabajadores de la prisión.
Los informes de la cárcel se refieren a Smith como una interna “violenta y muy difícil de manejar”, que intentaba con frecuencia lesionarse a sí misma y destrozar el mobiliario de la celda. Cada vez que esto ocurría, según han explicado los testigos, era necesario que los guardas entrasen en la celda para reducirla. La mayoría de ocasiones había que recurrir a la fuerza y, como dictan las normas de prisión, el incidente debía grabarse en vídeo a fin de que quedase registrado.
Se trataba, por tanto, de un gran despliegue de trabajadores y medios cada vez que Smith montaba en cólera y los altos cargos del penal decidieron comenzar a ignorarla cuando actuase de esa manera.
La norma dictaba que los guardias sólo podían entrar en la celda cuando la joven estuviera inconsciente a causa de las lesiones que ella misma se infligía. Sin embargo, los trabajadores del penal obviaron en más de una ocasión esa orden para evitar que Smith pusiese en riesgo su vida.
“Es muy difícil escuchar gritar y llorar a un preso mientras se auto-lesiona y no hacer nada para impedirlo. Es prácticamente imposible”, dijo uno de los guardias.
El representante de la Unión de Vigilantes Penitenciarios de Canadá, Howard Rubel, explicó durante el juicio que varios vigilantes fueron sancionados por entrar en la celda de la joven para intentar socorrerla.
“Ashley Smith no era una reclusa normal. Todo el mundo decía lo mismo, era una persona especial”, explicó Rubel.
Según el representante de la asociación, los vigilantes trasladaron su inconformidad con la normativa a los altos cargos, quienes insistieron en que ésa era la forma más correcta de proceder. “Sabemos lo que hacemos”, dijeron los directivos de prisión según la versión de Rubel.
Los directivos mantenían que el problema de Smith era de conducta” y que lo único que buscaba con ese comportamiento era llamar la atención.
Por otra parte, los miembros del jurado que investigan de la muerte de la presa Ashley Smith, la joven de 19 años con problemas mentales que se ahorcó en una prisión de Ontario, recorrieron ella semana pasada las instalaciones donde murió la joven.
El objetivo de la visita a las instalaciones era observar de primera mano cómo se maneja la situación de los presos apartados.
Además, el jefe de los médicos forenses, el Dr. John Carlisle, ya ha dejado claro que quiere investigar cómo tratan en la cárcel a las personas con enfermedad mental.
Smith tenía 19 años cuando murió el pasado 19 de octubre de 2007, mientras estaba presa en la Institución para Mujeres Grand Valley, en Kitchener.
La investigación servirá para esclarecer los hechos que rodearon la muerte de Smith y, posiblemente, hacer recomendaciones encaminadas a prevenir muertes similares.
Se espera que el procedimiento dure un mínimo de seis meses ya que los jueces deben escuchar el testimonio de 50 testigos.
Smith, natural de Moncton, Nueva Brunswick, se suicidó mientras los guardas de la prisión la vigilaban.
La joven pasó la mayor parte de su último año en confinamiento solitario exhibiendo conductas autolesivas. Durante este periodo, Smith fue trasladada 17 veces a nueve prisiones de cinco provincias del país.
El juicio, a tenor de los acontecimientos que han tenido lugar durante los últimos meses, está maldito. Se ha retrasado varias ocasiones y se ha visto envuelto en fuertes polémicas.
La primera, que fue la que más revuelo causó, fue la prohibición por parte de las autoridades penitenciarias de publicar y usar como pruebas las cintas de vigilancia que recogen la muerte de Ashley Smith.
Las autoridades explicaron entonces que permitir que el público vea las cintas antes de que comience el juicio podría socavar el proceso.
La moción para prohibir este material, que el abogado de la familia de Ashley Smith, Julian Falconer, tachó de “encubrimiento puro y duro”, retrasó aún más el ya de por sí postergado juicio.
“Este es un ejemplo clásico de la forma en la que el Servicio Correccional de Canadá hace negocios” dijo Falconer. “Su primer impulso es sellar y ocultar pruebas a la opinión pública”.
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