Superviviente del accidente de tráfico que costó la vida a 11 hombres espera conseguir nacionalidad canadiense
Superviviente del accidente de tráfico que costó la vida a 11 hombres espera conseguir nacionalidad canadiense
TORONTO.- Una campaña internacional se ha creado para apoyar la solicitud de Juan Ariza de permanecer en Canadá y reconstruir una vida que se rompió hace un año, cuando sufrio un grave accidente de tráfico pocos días después de haber sido contratado fue contratado para venir a Canadá como trabajador agrícola.
El 6 de febrero de 2012, una terrible colisión cerca de Hampstead, Ontario, acabó con la vida de once hombres, y dejó a otros tres heridos de gravedad.
Juan Ariza, de 36 años, fue uno de los supervivientes. Ariza había llegado desde Perú sólo tres días antes de la tragedia que cambió su vida para siempre. Desde la trágica colisión, Juan ha estado recuperándose en un asilo de ancianos en London, Ontario, pero a menos que su solicitud sea concedida por el gobierno de Harper, Ariza pronto podría ser deportado.
Él es uno de los casi 300.000 trabajadores extranjeros temporales o migrantes que son contratados en Canadá cada año, trabajando a menudo en condiciones inhumanas, y luego enviados a casa cuando sus visas expiran.
“Ariza quiere construir una vida productiva en Canadá para él y su familia, y él debe tener el derecho de hacerlo”, dice Naveen Mehta, el consejero general y director de derechos humanos, equidad y diversidad de la UFCW Canadá (United Food y el sindicato de Trabajadores de Comercio).
Junto con una red de activistas comunitarios, abogados, activistas, amigos y aliados laborales, la UFCW Canadá ha orquestado una campaña para apoyar la aplicación de Ariza para que pueda obtener la residencia permanente y su derecho a permanecer en Canadá por razones humanitarias y compasivas.
“Esta campaña la hemos puesto en marcha para luchar por el derecho a la Estancia”, dijo Mehta. “Juan fue reclutado por Canadá para hacer un trabajo duro y peligroso que muchos otros se niegan a hacer. Es injusto e inmoral que Canadá lo trate ahora como mercancía agotada sólo porque está lesionado”.
Pero la aplicación de Juan para permanecer en Canadá ha quedado sin respuesta de momento. Para apoyar la solicitud de Juan de obtener la ciudadanía canadiense se ha puesto en marcha una campaña pública, así como una petición pidiendo a Jason Kenney, Ministro de Ciudadanía e Inmigración, que haga lo que es correcto y justo, y que atienda a la petición de residencia permanente de Juan.
“Si el gobierno de Harper decide deportar a Ariza, éste y su familia se encontrarán en verdaderos apuros teniendo el cuenta el estado físico de Ariza y el hecho de que en Perú no cuenta con ingresos económicos”, apunta el director de derechos humanos de la UFCW Canadá. “Los apoyos que Ariza necesita están en Canadá y con estos apoyos sería capaz de llevar una vida productiva en el país”.
Así como su solidaridad a través de la campaña Right to Stay, UFCW Canada estableció la Familia El Fondo de Apoyo a los Trabajadores Inmigrantes ha recaudado más de $ 226,000 por parte de personas anónimas, aliados sindicales y grupos comunitarios de todo Canadá. El cien por ciento del fondo se distribuirá en partes iguales entre las 14 familias de los fallecidos y los sobrevivientes de la tragedia de Hampstead.
En este sentido, el pasado 5 de octubre, la Cámara de Comercio Peruano-Canadiense (PCCC) entregó a las víctimas del accidente los cheques con las donaciones recaudadas por sus miembros y simpatizantes. Entre los supervivientes del trágico incidente que acabó con la vida de once temporeros peruanos en un camino rural de Ontario en febrero de este año está Javier Alba Medina y Juan José Ariza Mejía, quienes aún están en proceso de recuperación de sus lesiones.
En la emotiva pero sencilla reunión durante un almuerzo ligero, el presidente de la PCCC, Jose Saltar, indicó que entregaba el total de la recaudación a las viudas de los nueve peruanos muertos y a los tres supervivientes y, en nombre de la Cámara de Comercio Peruano Canadiense, se comprometió a asumir cualquier tipo de gasto que involucrara hacer llegar el dinero a las victimas.
Zlatar aseguró a las viudas y sobrevivientes que esta era solo una pequeña muestra de la generosidad que trataba de reflejar la solidaridad humana tan valorada en Canadá. Las donaciones principales proceden de las compañías mineras Hudbay Minerals y Barrick Gold, que tienen importantes operaciones en Perú, pero también hubieron donaciones de varias otras compañías canadienses con actividades en el país andino, así como de la Asociacion de Mujeres Peruanas de Ontario, quienes donaron el 100% de las cuotas de membresía del año 2012 a las victimas. También hubo aportaciones de muchos ciudadanos canadienses y peruanos.
Las viudas estaban de visita en Canadá y regresaron a Perú a principios de esta semana. Su llegada fue posible gracias a la Unión de Trabajadores Agrícolas de Canadá quienes las han apoyando en su proceso de recuperación tras perder a sus seres queridos. Es el caso de Mónica Correa González, que perdió a su esposo y al mayor de sus dos hijos, o Julia Chumpitaz, que perdió a su esposo y a un hermano.
Las historias de estas mujeres conmovieron a los miembros del PCCC y, pese a la tragedia, mostraron un profundo sentimiento de agradecimiento a Canadá y los canadienses por el alto valor que tienen las vidas humanas en este país y por las muestras de simpatía y apoyo que están recibiendo.
Las donaciones a las viudas que no pudieron viajar a Canadá serán enviadas a Perú en las próximas dos semanas.
La PCCC (Peruvian Canadian Chamber of Commerce) quiere hacer llegar su profundo agradecimiento a todas las personas y compañías que han hecho realidad esta muestra de solidaridad a los supervivientes y las viudas a través de sus donaciones.
Juan Ariza y Javier Abelardo Alba-Medina se encontraban entre 13 trabajadores avícolas que viajaban en camioneta que fue arrollada de pasado 6 de febrero en un paso a nivel en la comunidad rural de Hampstead.
Como consecuencia del choque, considerado una de las colisiones más mortales registradas en la provincia, murieron diez trabajadores y el conductor del vehículo accidentado.
Ariza y Abelardo dijeron días después del accidente que todavía estaban en tratamiento por sus lesiones y aseguraban estar preocupados por convertirse en una carga para sus familias en caso de verse obligados a salir de Canadá.
Los costos sanitarios de su recuperación los financió la Workplace Safety and Insurance Board, una comisión perteneciente al seguro de salud laboral de Ontario.
Sin embargo, los trabajadores temen que, como suele ocurrir en estos casos, los beneficios se corten cuando regresen a su país, a pesar de que todavía no estén capacitados para trabajar.
Para obtener más información acerca de la petición, vaya a www.ufcw.ca/right2stay o www.change.org/right2stay.
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