HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
El cine alemán vuelve a revivir las vicisitudes atravesadas por la gente de Alemania Oriental durante la década del 80, poco antes de la caída del muro de Berlín. Aunque Barbara no alcance la dimensión dramática del excelente film “The Lives of Others” (2006) que versó sobre un tema similar, Christian Petzold utilizando aquí un enfoque diferente logró un film de calidad.
El personaje central es Barbara (Nina Hoss), una doctora en medicina que ejercía en Berlín. Al cometer el error de solicitar una visa de salida de Alemania Oriental, como castigo es transferida a un pequeño hospital de un pueblo provincial. En su nuevo puesto, desde el primer día adopta una actitud de aislamiento frente a sus colegas porque no confía en nadie. Precisamente por ello, muestra recelo frente a la amabilidad demostrada por André (Ronald Zehfeld), uno de sus colegas quien trata de brindarle afecto para que se sienta a gusto; sin embargo, ella adopta una actitud reservada porque está convencida de que él informa a un oficial (Rainer Bock) de la Stasi (la policía de seguridad del estado) sobre su conducta y los movimientos que efectúa.
Simultáneamente el film expone la manera en que Barbara interactúa con sus pacientes demostrando su honestidad y conocimiento profesional en el cumplimiento de sus funciones. En tal sentido, el relato enfatiza su devoción hacia Stella (Jasna Fritzi Bauer); se trata de una jovencita enferma de meningitis que había escapado de un centro de detención juvenil y que ahora. al haber quedado embarazada, anhela para su futuro hijo un porvenir mejor en Alemania Occidental.
A medida que progresa la acción, el relato adquiere la naturaleza de un thriller, en parte motivado por la decisión que la protagonista debe adoptar con relación a su futuro y su vida sentimental. Con un desenlace abierto, lo que importa destacar es la forma sutil y a la vez escudriñadora en que Petzold analiza el clima social imperante en el paraíso comunista de Alemania Oriental. Tomando a Barbara como ejemplo, su arrinconamiento y ostracismo permite reflejar el ánimo sombrío y deprimente de una pequeña comunidad sojuzgada por un régimen que alienta el espionaje entre vecinos con la delación consiguiente, así como el abuso de los más débiles e indefensos que desean liberarse de esa malsana opresión.
El director que merecidamente obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín del año pasado ofrece un tenso documento social que concentra en todo momento el interés de la audiencia. Aunque el homogéneo elenco se desempeña muy bien, es remarcable la valiosa interpretación de Nina Hos, cuyo personaje transmite hondamente las vicisitudes de una mujer prisionera de un represivo sistema político pero preservando un admirable sentimiento de dignidad.
Con la colaboración de la excelente fotografía de Hans Fromm captando las imágenes de claustrofobia del ambiente en que transcurre la acción, el realizador involucra al espectador haciéndole sentir y vivir las emociones reprimidas del personaje principal. Como la familia de Petzold logró huir de la República Democrática de Alemania, esa circunstancia debió haber influido en él para ofrecer un trabajo de notable autenticidad.
HOME FOR THE WEEKEND. Alemania, 2012. Un film de Hans-Christian Schmid
Este convincente drama familiar no agrega mucho más a otros ya explorados por el cine; con todo, su interés radica en la buena narración del director Hans-Christian Schmid y la convincente descripción de personajes del guión de Bernd Lange analizando la dinámica de las relaciones familiares enfrentando la enfermedad de uno de sus integrantes.
El título en inglés de “Un Hogar Para el Fin de Semana” es más explicatorio que su original alemán “Lo que Queda”(Was Bleibt) puesto que se trata de una reunión familiar navideña que tiene lugar en el hogar del matrimonio integrado por Patriarch Günter (Ernst Stötzner) –un editor de excelente situación económica- y su esposa Gitte (Corinna Harfouch). En la amplia y moderna mansión que poseen en los alrededores de Bohn, llegan procedentes de Berlín el hijo escritor de la pareja, Marko (Lars Eidinger acompañado de su pequeño de 8 años Zowie (Egon Merten); también forman parte del grupo familiar, Jakob (Sebastian Zimmler), el hermano mayor de Marko -que es dentista y vive con sus padres- acompañado de su novia Ella (Picco Von Groote) que estudia en Berlín.
El comienzo apacible y tranquilo de la reunión familiar se ve alterado cuando Gitte, que sufre de problemas mentales, comunica a los suyos que hace dos meses suspendió de tomar sus medicamentos antidepresivos. Este anuncio produce una serie de efectos imprevistos al ir revelándose secretos que van fracturando la aparente armonía preexistente. Así, la decisión de Gitte obstaculiza los planes de Patriarch quien debía viajar al Medio Oriente en un trabajo de investigación para un libro que debía editar; al propio tiempo se va develando lo que significó para él la experiencia de una vida conyugal conviviendo con una persona maníaca depresiva, motivando a que encontrara solaz en una relación amorosa con otra mujer (Birge Schade). Por su parte, cada uno de sus hijos reacciona de manera opuesta frente a la decisión maternal; mientras que Marko al no vivir permanentemente en el mismo lugar que sus padres se adhiere a su madre, Jakob reprueba su actitud porque conoce de cerca cuáles serán las consecuencias futuras al no estar medicada. Al cuadro general existente se agregan los problemas financieros de Jakob cuyo consultorio dental no le reditúa los ingresos necesarios como para seguir manteniéndolo.
Con un giro inesperado en la última parte del relato, éste cobra un carácter más dramático creando una situación surrealista no del todo lograda y que conduce a un desenlace que deja la sensación de algo inconcluso. A pesar de esta observación, el film satisface al abordar un melodrama absorbente que no desborda en artificiosos arranques emocionales. El reparto es excelente y la buena fotografía de Bogumil Godefrejow con cámara en mano contribuye a que el espectador pueda inmiscuirse más fácilmente en la intimidad de este retrato de familia.
ENCUENTRO CON EL CINE DE QUEBEC
Dentro de la producción cinematográfica de Canadá la provincia de Quebec es la que más se destaca tanto en calidad como en cantidad. A pesar de que en 2012 se registró una baja considerable del público local dispuesto a ver su cine, hay que considerar la buena repercusión que tiene fuera del paísl con la presentación de filmes y distinciones obtenidas en los más prestigiosos festivales del mundo así como la importancia de las ventas internacionales realizadas.
A los factores mencionados habrá que añadir que la creatividad del cine de Quebec se ha puesto en evidencia al haber sido incluido en la lista de los 5 filmes nominados para optar al Oscar de la mejor película extranjera en los últimos 3 años con “Incendies” (2011) de Denis Villeneuve, “Monsieur Lazhar” (2012) de Philippe Falardeau y “Rebelle” (2013) de Kim Nguyen. No menos importante es el Premio Alfred Bauer adjudicado al film “Vic + Flo ont vu un ours” de Denis Côte, en la ceremonia de clausura del Festival de Berlín del domingo pasado.
Los comentarios precedentes vienen al caso porque todos los años en esta misma época tiene lugar lo que se denomina “Les Rendez-Vous du Cinéma Québécois” y que como su nombre lo explicita se trata de un encuentro con el cine quebequense que se desarrolla durante un período de 11 días. El evento tiene como propósito demostrar la diversidad y riqueza de lo que acontece con la cinematografía de Quebec a través de diferentes manifestaciones artísticas.
Durante esta trigésimo primera edición que comenzó ayer y se prolongará hasta el 3 de marzo más de 300 filmes serán proyectados de los cuales 41 corresponden a largometrajes de ficción, 155 a cortometrajes narrativos, experimentales y/o de animación, incluyendo también 79 documentales, 23 filmes realizados por estudiantes de cine y una proyección especial de cine concierto que está integrada por 6 cortos mudos realizados el año pasado y cuyos tramos sonoros serán ejecutados por un conjunto de cámara de Montreal.
Entre los filmes de ficción que por primera vez se exhiben en Canadá se encuentra Roche Papier Ciseaux, primer largometraje de Yan Lanouette Turgeon con Roy Dupuis que ayer abrió este encuentro, Finissant(e)s del realizador Rafaël Ouellet, Les manèges humains de Martin Laroche que trata el delicado tema de la mutilación genital de una chica africana que emigró a Quebec y Le météore de François Delisle que clausurará el festival. En materia de documentales, se proyectarán como primicia canadiense, entre otros filmes, A contre courant de Lisa Sfriso, L’Ange des Grondines de Christian Mathieu Fournier, Anne des vingts tours de Michel Langlois y Que vive la mer Morte de Germán Gutiérrez, realizador colombiano radicado en Montreal.
El festival también acostumbra pasar revista a los filmes estrenados el año anterior y dentro de la selección efectuada figuran títulos que han sido presentados exitosamente en Cannes, Berlín y Toronto. Entre los títulos más importantes se encuentran Laurence Anyways de Xavier, Rebelle de Kim Nguyen, Bestiaire de Denis Côté, L’Affaire Dumont de Podz, Roméo Onze de Ivan Grbovic y Tout ce que tu possèdes de Bernard Émond.
Este año el festival rinde homenaje al veterano realizador de Quebec André Melançon de quien se verá su último film Les trains de la vie.
Además de la proyección de filmes, habrá 25 eventos gratuitos que permitirán a los cinéfilos disfrutar de los mismos.
Las proyecciones son realizadas en el cine Imperial, Cinemateca de Quebec, el complejo Quartier Latin y la Grand Bibliothèque de Montreal. La total programación se encuentra en el sitio web www.rvcq.com
VIDEO
WHAT’S IN A NAME? (Le prénom). Francia, 2012. Dirección: Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte. Distribución: Entertainment One (2013)
En base a la exitosa obra teatral de Matthieu Delaporte, este film por él realizado junto a Alexandre de La Patellière trata de lograr la risa de la audiencia a través de un hecho anodino y pintoresco como lo es la elección del nombre de un futuro bebé.
Vincent (Patrick Bruel), un exitoso hombre de negocios, es invitado junto con su esposa Anna (Judith El Zein) a cenar a la casa de su hermana Elizabeth (Valérie Benguigui) y de su cuñado Pierre (Charles Berling); un tercer invitado es Claude (Guillaume de Tonquedec), un músico amigo de infancia de la familia. El motivo de la reunión es celebrar la futura paternidad de Vincent y Anna.
Lo que promete ser una agradable reunión de amigos desemboca en algo muy diferente cuando al preguntársele el nombre que tendrá la criatura por nacer, Vincent responde que se llamará Adolphe y que fonéticamente se pronuncia Adolf. Los anfitriones, no pueden disimular el espanto que les produce el hecho de que el futuro sobrino portará el mismo nombre que Adolfo Hitler.
El nombre es la excusa para que se genere una discusión caótica entre los miembros del grupo en donde las emociones no pueden ser controladas y los trapitos sucios comienzan a surgir por arte de magia; así, las frustraciones, los resentimientos no confesados hasta ese momento y algunas revelaciones perturbadoras con verdades no fáciles de admitir convierten a los comensales en protagonistas de una guerra sin cuartel.
Si bien la pieza teatral es en esencia una hilarante comedia ácida, la versión cinematográfica no alcanza el mismo impacto porque su poca inspirada adaptación la transforma en teatro filmado sin alcanzar un ritmo fluido; con todo, su eficiente reparto y algunos buenos diálogos permiten que el film se aprecie como un moderado entretenimiento.
Carente de material adicional, el DVD se presenta en la versión original francesa o doblada al inglés. Subtítulos opcionales en inglés.
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