HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Este viernes ha comenzado la cuarta edición del FCLM, una muestra destinada a destacar los filmes más importantes de América Latina, España y Portugal producidos durante el último año. Como en ediciones anteriores, la programación de este año incluye títulos de cineastas consagrados así como trabajos realizados por nuevos y prometedores realizadores.
El festival se inaugura con la presentación de Días de Pesca (Argentina), última película del veterano realizador Carlos Sorín quien ha sido especialmente invitado para la ocasión y que además estará presente en la retrospectiva que incluye algunos títulos de su filmografía.
Días de Pesca cautiva por su gran humanidad a través de un personaje atrayente y cálido. La sencilla pero eficaz historia presenta a Marco (Alejandro Awada), un alcohólico recuperado de mediana edad que viaja a una zona costera de la Patagonia argentina con la intención de dedicarse a la pesca de tiburones. Tanto a través del camino transitado como a su llegada a destino se topa con agradables personajes como es el caso del gerente del hotel en que se aloja y de un pescador local. Sin embargo, la pesca es una excusa para que Marco pueda restablecer el contacto con su hija Ana (Victoria Almeida) a quien hace años que no ha visto, conocer a su yerno y al pequeño nieto que habitan a cierta distancia de su hotel. Gradualmente los resentimientos ocultos de la hija hacia su padre saldrán a relucir y aunque el guión escrito por Sorín no explicite la causa del rencor que experimenta Ana, el realizador ofrece un film afectivo y convincente acerca de un hombre que trata de redimirse buscando una segunda oportunidad en la vida a través del núcleo familiar.
Otro título destacado es 7 Cajas (Paraguay) de los directores Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. A pesar de que la cinematografía de Paraguay es incipiente comparada con otras de América Latina, este film demuestra que cuando hay imaginación y talento es posible lograr un relato de entretenimiento superior. Todo transcurre en un gran y caótico mercado municipal de Asunción donde un adolescente (Celso Franco), deseoso de tener el dinero para comprar un teléfono celular con cámara blue que lo ayudaría a lanzar su carrera de actor, decide aceptar el transporte de 7 cajas, cuyo contenido desconoce, a un lugar ubicado a 8 cuadras del mercado. Tanto la narración vital y entusiasta, la extraordinaria ambientación como el constante suspenso y tensión hasta llegar a un sorprendente desenlace, permiten destacar la madurez de sus realizadores quienes con mínimos recursos lograron un film original e inteligente capaz de satisfacer al espectador selectivo como al gran público.
Una muy agradable sorpresa es Pescador (Ecuador-Colombia) del realizador Sebastián Cordero. Tomando como base un guión por él escrito junto a Juan Fernando Andrade, narra una interesante historia con un personaje muy bien delineando que permite crear una inmediata empatía con el público. Blanquito (Andrés Crespo), un hombre sencillo de poco más de 30 años vive con su madre en un humilde pueblo pesquero ubicado en la costa norte ecuatoriana. Deseoso de dejar su actividad de pescador, la oportunidad se le presenta cuando circunstancialmente encuentra diseminados en la playa paquetes de cocaína que fueron arrastrados por la marea. Con la ayuda de Lorna (María Cecilia Sánchez), una chica de quien está enamorado, parten para Guayaquil con la intención de vender la droga y obtener un suculento beneficio que le permita a Blanquito cambiar de vida, como también para contactar a su padre, un importante político de la ciudad que abandonó a su madre cuando ella quedó embarazada de él. Además de una buena descripción de los escenarios en que transcurre la acción, Cordero narra con fluidez su relato y logra de Crespo una expresiva interpretación como el muchacho soñador deseoso de encaminar su existencia hacia otros rumbos.
El director Miguel Gomes presenta en Tabú (Portugal) una de las películas más innovadoras del festival; aún cuando se aparta de una convencional narrativa, su visión intriga manteniendo un constante interés. Dividido en dos partes, la primera mitad del relato filmada en 35 mm que transcurre en Cabo Verde en la época actual se centra en una anciana (Laura Soveral), su criada negra (Isabel Cardoso) y una vecina devota (Teresa Madruga); la segunda mitad, que carece de diálogos y está rodada en 16mm, retrocede en el tiempo para ubicarse en los años 60 del siglo pasado, presentando a la anciana en sus años de juventud (Ana Moreira) quien es dueña de una plantación africana y está casada con un hombre millonario (Ivo Müller) de la zona; eso no le impide mantener una relación adúltera con un aventurero seductor (Carloto Cota) que arriba al lugar y que es el que se encarga de efectuar la narración ya como anciano (Henrique Espirito Santo). Ambas secciones, muy bien filmadas en blanco y negro, quedan bien entrelazadas en un relato nada predecible donde Gomes intenta mostrar una sociedad en extinción que refleja la decadencia del colonialismo portugués en África.
Otra película atractiva es Fecha de Caducidad (México), una comedia dramática de tinte negro dirigida por Kenia Márquez. Estructurada a través de tres historias que convergen en su desenlace, el relato narra las tribulaciones de Ramona (Ana Ofelia Murguía), una anciana mujer que cuando desaparece su hijo único (Eduardo España) trata desesperadamente de ubicarlo; esa búsqueda hace que se vincule con una joven vecina (Marisol Centeno) que habita en el mismo edificio y que pareciera estar huyendo de algo; simultáneamente, la trama se centra en Genaro (Damián Alcázar), un patético personaje que se dedica a cosechar las sobras de la sociedad de consumo, quien parece conocer algo sobre el destino del hijo de Ramona. A través de estos tres personajes, la directora demuestra conocer muy bien su oficio logrando un film eficientemente articulado, con algunos matices de humor negro, cuya principal originalidad descansa en presentar la visión de los hechos a través de tres perspectivas diferentes que por incompletas logran mantener hasta el final un sostenido suspenso para saber cómo quedará resuelta la historia central propuesta. Además de un buen elenco, se distingue la excelente fotografía (Javier Morón) captando con total autenticidad la ciudad de Guadalajara donde transcurre la acción, así como un magnífico trabajo de montaje (Juan Manuel Figueroa, Felipe Gómez) permitiendo la inobjetable cohesión de la película.
No menos importante es O Som au redor (Brasil), primer film de Kleber Mendoca Filho, donde el realizador, adoptando la forma de un thriller, relata el modo en que la violencia latente puede repercutir en el seno de una sociedad. Tomando como referencia la ciudad costera de Recife, el espectador vive las vicisitudes de lo que acontece en un distrito de clase media alta que se encuentra rodeado de otros barrios de gran pobreza. Así, se observa a los sectores económicamente privilegiados viviendo en torres de cristal y estando siempre al acecho de aquellos otros humildes servidores a quienes explotan. El conflicto dramático se produce cuando sus moradores deciden contratar los servicios de una empresa privada de seguridad donde un ex policía (Irandhir Santos) tiene a su cargo el servicio de patrullaje nocturno para vigilar la zona. Mendoca Filho maneja con gran inteligencia e imaginación el tema de la violencia haciendo que su vigoroso relato trascienda a través de la buena descripción de los variados personajes donde quedan expuestos relevantes problemas sociales que aún persisten en Brasil. Así, a pesar del notable progreso económico experimentado por el gran gigante de América Latina, aún no se ha eliminado la marcada inequidad en la distribución del ingreso existente, generando en consecuencia la tensión social aquí presentada.
El director Antonio Méndez Esparza aborda en Aquí y Allá (México-España-Estados Unidos) el tema de los mexicanos migrantes que deben desplazarse en forma intermitente a Estados Unidos para poder trabajar y obtener un salario que permita mantener a sus familias. Apartándose de la violencia de la que el cine mexicano ha venido enfatizando en los últimos tiempos, el realizador ilustra el efecto emocional que sufren los trabajadores que deben dejar a sus familias y las consecuencias que se producen cuando retornan a su tierra natal y tratan de reubicarse en la sociedad a la cual pertenecen. Ése es el caso de Pedro (Pedro De los Santos Juárez) que regresa de “allá” (Estados Unidos) para volver “aquí” (una pequeña aldea montañosa de México) con el propósito de no partir nuevamente y poder disfrutar de la vida en familia. Sin embargo el retorno resulta difícil donde además de tener que considerar a una tercera hijita que se incorpora al núcleo familiar, se encuentra empantanado con serios problemas financieros frente a la falta de trabajo; al cabo de un tiempo, eso le obliga a tener que regresar a los Estados Unidos en forma ilegal y nuevamente ejercer como trabajador migrante ilegal, a fin de mantener a los suyos. Con actores no profesionales que actúan con absoluta naturalidad Méndez Esparza obtiene una honesta película que aunque de ficción adquiere el carácter de buen documental.
En El Último Elvis (Argentina), el novel director Armando Bo aborda exitosamente el tema de la doble identidad utilizando como caso de estudio el de Carlos, un individuo corriente y proletario que como medio de obtener un ingreso extra se dedica a imitar a su ídolo Elvis Presley en acontecimientos sociales de diferente naturaleza; gradual y patéticamente deja por completo de ser quien es para asumir su otro yo en la figura del desaparecido rockero. Ciertamente, más allá del humor legítimo a que ciertas situaciones pueden conducir, el director ilustra en forma fascinante la alienación de un individuo frustrado que se aleja de su realidad como una vía de escape y que debido a su incontrolada obsesión va en camino de convertirse en esquizofrénico. Además del cautivante tema, esta comedia dramática cuenta con la notable interpretación de John McInerny quien realmente es un excelente imitador de Presley consiguiendo atraer al espectador con algunos de los temas pertenecientes al repertorio del imitado mito.
Blancanieves (España), reciente ganadora del Goya al mejor film de 2012, es una recreación moderna del clásico cuento infantil de los hermanos Grimm, ambientada en la Sevilla de 1920 donde la heroína (Macarena García), hija de un torero (Daniel Giménez Cacho), sufre las maldades a las que la somete su madrastra (Maribel Verdú) después de la muerte de su progenitor. Filmada en blanco y negro y adoptando el estilo de las películas mudas de esa época, el diálogo está reemplazado por títulos insertados, en tanto que los actores transmiten expresividad en sus rostros y movimientos. Con una interesante estética, el film trata de alcanzar el impacto que produjo The Artist, aunque sin lograrlo; en todo caso, el director Pablo Berger se ha arriesgado en brindar algo audaz y diferente que supera ampliamente en calidad a las dos versiones (Snow White and the Huntsman, y Mirror Mirror) que sobre el mismo tema Hollywood brindó el año pasado.
Otros filmes atractivos incluyen Violeta se fue a los Cielos (Chile) de Andres Wood sobre la emblemática folclorista Violeta Parra, El Limpiador (Perú) de Adrián Saba sobre la relación que se crea entre un limpiador forense y un niño abandonado al cual acoge, De Jueves a Domingo (Chile) de Dominga Sotomayor sobre la desintegración de un núcleo familiar y 3 (Uruguay) de Pablo Stoll Ward que relata la historia de un hombre que no siendo muy considerado por su nueva esposa, decide reintegrarse al hogar que dejó hace 10 años integrado por su primera mujer e hija adolescente.
El FCLM concluye el 25 de marzo con la exhibición de Infancia Clandestina (Argentina), donde el director Benjamín Ávila recrea algunas memorias de su infancia; en un relato de ficción muy emotivo que transcurre en 1979 durante la ocupación militar dictatorial imperante en Argentina, la historia gira en torno de un niño que se ve obligado a asumir una falsa identidad en la escuela a la que concurre a fin de proteger a sus padres que están comprometidos en la lucha de resistencia al régimen.
Todas las exhibiciones tienen lugar en el Cinéma du Parc de Montreal. Para la completa programación y horarios de exhibición visitar www.cinemaduparc.com o www.fclm.ca
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