Inicio de indagatorias sobre muerte a tiros en tres casos
Inicio de indagatorias sobre muerte a tiros en tres casos

La Asociación de Policías de Ontario sostuvo que asume su reto actual de enfrentar “los problemas sociales que presenta la enfermedad mental”.
TORONTO.-La investigación oficial sobre la muerte de Michael Eligon, 29 años de edad, Reyal Jardine-Douglas, 25, y Sylvia Klibingaitis, 52, llega en medio de debate sobre el uso de la fuerza en el caso de Sammy Yatim, quien se encontraba solo en un tranvía alzando un cuchillo cuando fue baleado por un agente de la Policía de Toronto y luego, después de caer al piso con múltiples heridas de bala, fue paralizado por un Taser.
La Unidad de Investigaciones Especiales, SIU, de la provincia estableció cargo de asesinato en segundo grado contra el agente que disparó, inspector James Forcillo. En los casos de Eligon, Jardine-Douglas y Klibingaitis, el organismo policial determinó irregularidades.
Los tres casos se abordarán bajo una misma investigación debido a que en todos, al parecer, las víctimas han tenido problemas de salud mental y que fueron asesinados después de acercarse, portando armas, a agentes policiales.
“Mi esperanza es que esta investigación finalmente conduzca a una revisión de la Policía de Toronto en el manejo de situaciones como estas”, dijo Peter Rosenthal , quien representa a la familia de Eligon”. Muchas investigaciones judiciales han recomendado un mayor énfasis en la distensión, pero todavía hay situaciones en las que no parecen que hubo un esfuerzo en lo absoluto”.
Los tres residentes de la zona de Toronto tenían vidas separadas, pero las circunstancias de sus muertes, acontecidas a lo largo de dos años, fueron similares.
Eligon huyó de un hospital en febrero de 2012, después de haber sido admitido involuntariamente bajo la Ley de Salud Mental. Robó unas tijeras en una tienda de conveniencia y después de herir al propietario, trató de entrar a dos viviendas. Haciendo caso omiso de las órdenes de la policía, gritó: “uno de ustedes se va a morir”, cuando recibió un disparo en la clavícula, de acuerdo a la SIU.
En agosto de 2010, la Policía de Toronto se enfrentó a Jardine-Douglas, en Pickering, Ontario. El hombre, que según su familia, sufría de paranoia, estaba en un autobús cuando funcionarios fueron llamados por su comportamiento irracional. Jardine-Douglas sacó un cuchillo y se acercó a los oficiales, ignorando sus órdenes, cuando la policía le disparó.
La familia de Jardine -Douglas había solicitado a la policía para ayudar a su hijo en un tratamiento de problemas de salud mental. Se encontraba esperando con los oficiales cuando escucharon por la radio que había sido matado.
Por su parte, Klibingaitis contactó al 911 en octubre de 2011, diciendo que era bipolar y que quería cometer un delito. Cuando la policía llegó a su casa, ella salió con un cuchillo y se dirigió a un oficial de manera amenazante, por lo que recibió el disparo.
El SIU calificó su muerte de “evento trágico”, pero justificó al oficial en el uso de la fuerza letal en las circunstancias.
El Presidente de la Asociación de Policías de Ontario, David McFadden, enfatizó que la policía, ahora más que nunca, tiene el reto de hacer frente a los “problemas sociales que presenta la enfermedad mental”.
“Nos hemos convertido en la primera instancia de ayuda, así como el último recurso cuando la asistencia no se puede encontrada en otros lugares”, dijo.
Rosenthal dijo que solicitará al jurado recomendar que los agentes manejen situaciones desde la perspectiva de una disciplina interna y no se trata de usar tácticas de apaciguamiento. Una versión preliminar de la propuesta apunta: ” Los agentes de la policía deben estar sujetos a la disciplina si no tratan solventar situaciones en las que esos intentos eran factibles y que podrían haber evitado una lesión o la muerte o incluso a otro oficial”.
Se espera que la investigación que arrojará recomendaciones, así como sentencias, tendrán una duración de ocho semanas.
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