HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Desde el 7 de noviembre y hasta el 17 de noviembre inclusive, se desarrolla en Montreal la décimo novena edición de Cinemania, el más importante festival de cine francés con subtítulos en inglés de la provincia de Quebec que este año presentará un total de 49 películas de los cuales 27 constituyen primicias para América del Norte. Además del interés que puede aportar a la minoría anglófona de asistir a las proyecciones de películas francesas sin perder diálogo alguno, su programación incluye títulos que posteriormente tendrán salida comercial así como otros que aún no cuentan con distribuidor local.
La película que inauguró este ciclo es Le Passé (The Past) del celebrado director iraní Asghar Farhadi y que le valió a su protagonista Bérénice Bejo el premio a la mejor interpretación femenina en el último Festival de Cannes. Se trata de un denso drama de implicaciones morales donde el cineasta expone las complejidades de la condición humana. La relativa entreverada trama concebida por el realizador comienza cuando Ahmad (Ali Mosaffa) de nacionalidad iraní deja Teherán para retornar a Paris después de 4 años de ausencia con el propósito de finalizar el trámite de divorcio solicitado por su esposa francesa Marie (Bérénice Bejo). Durante su estadía, descubre la difícil relación que Marie mantiene con su hija adolescente Lucíe (Pauline Burlet), producto de un matrimonio anterior; también se impone que su ex mujer vive con su nueva pareja Samir (Tahar Rahim) quien cuida de su hijo Fouad (Elyes Aguis). El nudo dramático se presenta cuando al tratar de descubrir la razón de la grieta existente entre Lucie y su madre, Ahmad se entera de varios secretos vinculados con el pasado que marcaron a esta disfuncional familia y el variado sentimiento de culpabilidad que anima a sus integrantes frente a un personaje suicida que se encuentra en estado comatoso. El interés del film se mantiene permanentemente a través de la intrincada telaraña que se va formando en torno a las relaciones familiares y que según la mira de cada personaje no existen verdades ni mentiras absolutas. En síntesis, la buena puesta en escena de Farhadi y el satisfactorio resultado que ha logrado de su eficiente elenco contribuyen favorablemente al nivel de calidad de este film.
El film que clausura la muestra el 17 de noviembre es Grand Central de la directora y guionista Rebecca Zlotowski. Se trata de un sólido drama romántico que se distingue por muy buenas interpretaciones y una eficiente dirección caracterizada por su interesante narración. Tahar Rahim protagoniza el relato animando a Gary, un hombre desempleado quien impulsado por la necesidad de encontrar trabajo llega a una central nuclear ubicada en algún lugar de Francia donde es inmediatamente contratado por el supervisor Gilles (Olivier Gourmet) y Tony (Denis Menochet) quien es otro veterano de la planta.
Uno de los aspectos del relato es el de enfatizar el gran peligro de las poderosas dosis radioactivas al que todos los trabajadores están expuestos y que prontamente repercutirán en el índice de radiación de Tony. Con todo, el conflicto central del relato radica en el triangulo amoroso que se produce cuando Gary al conocer a la sensual Karole (Léa Seydoux), quien es novia de Tony, mantiene con ella un apasionado affaire. Aunque las connotaciones sociales que genera la contaminación radioactiva no alcanzan un nivel de mayor relevancia como podría merecer la situación de los trabajadores que no tienen otra alternativa de trabajo, el film interesa por estar bien articulado y porque tanto Rahim como Seydoux transmiten excelentemente sus sentimientos ambivalentes dentro del marco de este drama nuclear.
Susanne, de la realizadora Katell Quillévéré, es un drama que gira en torno de la turbulenta vida de una joven mujer que ha sido forjadora de su problemático destino. Concebida como una crónica familiar, la directora elaboró un guión escrito junto con Mariette Desert donde presenta a Suzanne desde sus años de infancia vividos con su hermana María sin la presencia de una madre que murió y en donde su padre viudo (François Damiens) asume la responsabilidad de criar y educarlas. Todo cambia a partir de los años adolescentes cuando Suzanne (Sara Forestier) comienza a llevar una vida errática, huye con su amigo Julien (Paul Hamy) y deja abandonado a su hijito (Maxim Driesen); de allí en más va recorriendo un agitado sendero donde la prisión y un intento de suicidio la estarán aguardando y que en consecuencia afectará la unidad familiar. Aunque el guión presenta ciertos desniveles, es en la interpretación donde Quillévéré obtiene sus mejores resultados. Así, Forestier ofrece una estupenda interpretación de un personaje que a pesar de no despertar mucha simpatía logra la empatía del público; igualmente es meritorio el trabajo de Damiens como el padre, así como también sobresale Adèle Haenel animando a la hermana de Suzanne. En los renglones técnicos se destaca la muy buena fotografía de Tom Harari.
Aunque difícilmente realista, la historia de amor propuesta por Jerôme Bonnell en Le temps de l’aventure (Just a Sigh) que transcurre en un período limitado de 24 horas es suficientemente grata observando las maquinaciones de su protagonista femenina para lograr su objetivo. Alex (Emmanuelle Devos) es una actriz que trabaja en una obra de Ibsen en Calais y que viaja a París por el día para presentarse en una audición con la intención de regresar al final de la jornada para volver a actuar. En el viaje de ida su mirada se cruza con la de Doug (Gabriel Byrne), un pasajero inglés desconocido. Al llegar a París Alex sabe hacia donde este caballero se dirige mientras que por su parte ella se traslada al lugar donde la audición se efectúa. Posteriormente, tratará de ubicarlo y cuando logra su propósito se produce un encuentro entre ambos donde no se requiere mucho ingenio para saber cómo concluirá. Con atractivas actuaciones de Devos y Byrne, el bello panorama de la ciudad de París donde en ese día tiene lugar un festival de música internacional y la agradable música de Vivaldi, Mozart y Verdi que acompaña al desarrollo de la acción, el público queda satisfecho de esta singular aventura siempre y cuando no cuestione demasiado las alternativas del romance entre los dos extraños personajes de este relato.
François Ozon ofrece en Jeune & Jolie (Young & Beatiful) un interesante cuadro de una hermosa adolescente proveniente de una familia de buena situación económica que encuentra en la prostitución un confortable medio de vida. Isabelle (Marine Vacth) está pasando unas vacaciones al sur de Francia donde cede su virginidad a un turista alemán (Lucas Prisor) que la deja frustrada sexualmente. De allí en más, una vez que retorna a París se da cuenta que a través de la red de Internet puede contactar clientes a quienes vender su sexo en las confortables habitaciones de lujosos hoteles. Algo semejante a lo que Luis Buñuel ofreció en Belle de Jour con un ama de casa burguesa acontece con esta joven que trata de utilizar el sexo como medio de asegurar su independencia y llegar a determinar quién es ella realmente. Ozon no juzga el comportamiento de Isabelle sino que se limita a mostrarla tal cual es y es así que cuando su doble vida queda expuesta a su madre (Géraldine Pailhas) ella no puede entender cuál es la razón que motiva a su hija para actuar de ese modo dado que no es dinero lo que le está faltando. Cuidadosamente filmado, el relato abre camino a la controversia donde cada espectador tendrá su propia y respetable opinión; en todo caso, el realizador presenta las escenas sexuales con máxima discreción sin que asome la mínima intención sensacionalista. Elegantemente filmado, el relato se valoriza con la fresca y espontánea interpretación de Vacth que es una verdadera revelación y un afortunado descubrimiento de Ozon.
Un film de considerable interés que presenta el festival es Pour una femme (For a Woman), donde la veterana realizadora Diane Kurys se inspiró en hechos reales de su familia judía. La acción se desarrolla a través de cuatro décadas que transcurren desde finales de la década del 40 hasta mediados de los años 80. Sylvie Testud anima a Anne, una joven directora de cine que viaja a su hogar natal de Lyon, donde se propone escribir un guión sobre sus padres. A través de flashbacks conocemos a Lena (Melanie Thierry), la madre de Anne, quien inmediatamente después de la segunda guerra se casa con Michel (Benoît Magimel) viviendo tranquilos y felices hasta que irrumpe en el escenario Jean (Nicolas Duvauchelle), el hermano de Michel proveniente de Rusia a quien se creyó muerto en la guerra. Gradualmente la presencia del visitante atrae la atención de Lena de quien llega a enamorarse configurando de este modo un affaire extraconyugal. De allí en más se va revelando la razón por la que Lena se casó con Michel como así también el pasado misterioso de Jean y su sed de venganza contra criminales de guerra nazis gozando de plena libertad.
Dentro del marco de un romántico melodrama, la directora logra concentrar la atención del público a través de algunas escenas de intriga política y de suspenso muy bien resueltas.
Mariage à Mendoza (Welcome to Argentina) es una comedia francesa que se desarrolla íntegramente en Argentina donde el director Edouard Deluc narra las aventuras de dos hermanos franceses que llegan al país para asistir a la boda de un primo en la provincia de Mendoza. Todo el relato, donde no faltan algunos episodios decididamente absurdos, está enfocado en tono de comedia aunque salpicado con algunas notas de relativo dramatismo. Como suele suceder para quienes llegan a una región sin conocer muy bien el idioma, la comunicación del lenguaje es lo más dificultoso de soslayar, pero en todo caso esos obstáculos son superados por Marcus (Philippe Rebbot) y su hermano menor Antoine (Nicolas Duvauchelle). A través de su trama, cuya primera parte transcurre en Buenos Aires, Marcus tratará de aliviar el dolor emocional de Antoine al haber sido abandonado por su mujer antes de partir; el resto del metraje se desarrolla a lo largo del trayecto en coche para llegar a Mendoza donde los hermanos, acompañados por un simpático recepcionista de hotel (Gustavo Kamenetzky) y la hija de un hacendado (Patricia Contreras), experimentarán algunos sinsabores como para matizar de algún modo lo endeble del relato. Todo transcurre livianamente y si hacia el final se vislumbra la nota seria, la misma es atenuada de inmediato porque el realizador privilegia el humor antes que el drama. Queda como balance un film que, reflejando en forma tenue las diferencias culturales de dos franceses en un contexto latino, se puede ver con simpatía aunque en última instancia se trata de una comedia sin mayores pretensiones.
Dentro de un programa especial dedicado al actor Vincent Macaigne, considerado como uno de los valores más importantes de la nueva generación del cine francés, se exhiben dos de sus películas. Una de ellas es Tonerre del realizador Guillaume Brac cuya acción transcurre en una pequeña aldea de la región francesa de Burgundy, donde Maxime (Macaigne), un músico de 33 años regresa para vivir temporalmente con su padre; es ahí cuando conoce a Melody (Solène Rigot) una chica de 20 años de quien se enamora apasionadamente. Aunque al principio todo marcha de maravillas, poco tiempo después ella decide romper la relación lo que induce a Maxime a adoptar actitudes violentas, incluyendo el secuestro de su joven amada; de carácter melancólico, el film deja un destello de compasión hacia el personaje principal.
El otro film es 2 Automnes 3 Hivers (2 Autumns, 3 Winters) del director y guionista Sébastien Betbeder, donde se sigue los pasos de varios parisinos treintañeros sin orientación claramente definida que atraviesan crisis existenciales. Estructurado a través de múltiples capítulos de muy breve duración, el film comienza con el encuentro casual de Arman (Macaigne) y Amelie (Maud Wyler) haciendo jogging. Después de haberse separado sin que uno sepa del otro, el destino los vuelve a reunir y un romance surge entre ellos. Al propio tiempo, Benjamin (Bastien Bouillon), uno de los buenos amigos de Arman, sufre una conmoción cerebral que lo deja inhabilitado por cierto tiempo en un hospital hasta que llega a reponerse y enamorarse de Katia (Audrey Bastien), su terapeuta física. Un clima de armonía reina entre las dos parejas hasta que acontecimientos inesperados afectan a los mismos. Romántica por excelencia y con algunas reminiscencias de las primeras películas de Woody Allen, la película atrae más por su estilo que por su contenido y si su visión resulta interesante es por la presencia carismática de su elenco, especialmente Macaigne y Bouillon.
Un film muy ameno es Quai d’Orsay donde el realizador Bertrand Tavernier se divierte ilustrando las absurdas peripecias que se producen en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. Tavernier presenta a un joven (Raphael Personnaz) recientemente graduado en leyes de una prestigiosa facultad quien entra a trabajar como asistente y redactor de los discursos de un ministro excesivamente emocional e impulsivo (Thierry Lhermitte) que se desplaza de oficina en oficina con la fuerza de un huracán y que es capaz de enloquecer –en el buen sentido de la palabra- a todo su personal incluyendo a su tolerante jefe de equipo (Neils Arestrup). El relato se nutre de los diferentes problemas con las que el dinámico y caricaturesco funcionario tiene que lidiar cotidianamente, incluyendo algunas crisis políticas; aunque siempre regido por los principios de “legitimidad, lucidez y eficiencia” que sustenta, no siempre logra que sean satisfechos en el cumplimiento de su misión. Como sátira política el film cumple su objetivo gracias a un excelente elenco y a ingeniosas instancias que ciertamente producen hilaridad, como la surgida cuando el ministro recibe la visita de la ganadora del Premio Nóbel de Literatura (Jane Birkin) que en lugar de dejarla hablar, la sorprendida mujer es incapaz de proferir palabra frente a su interlocutor que le impide expresarse. En esencia, un film deliciosamente entretenido, no carente de afectividad y que con su desbordante humor jamás recurre a situaciones de dudoso gusto para lograrlo.
Entre otros títulos que habrán de exhibirse figuran Grisgris de Mahamat-Saleh Haroun, Un Chateau en Italie de Valeria Bruni-Tedeschi y Michael Kohlhaas de Arnaud des Pallières. Gran interés despiertan Violette de Martin Provost sobre la vida de la escritora Violette Leduc y su relación con Simone de Beavoir, L’Artiste et son modèle del realizador español Fernando Trueba, Fanny y Marius del realizador Daniel Auteuil y Gibraltar de Julien Leclercq.
Uno de los aspectos más relevantes de esta edición es el homenaje que Cinemania tributa a Anouk Aimée, la mítica actriz del cine galo que ha desarrollado una exitosa carrera profesional desde 1947 hasta el presente con 85 películas de las cuales algunas son clásicos inolvidables como Lola de Jacques Demy. Además de una retrospectiva donde se proyectarán ocho de los filmes en que intervino, la celebrada intérprete ofrecerá una clase magistral pública y gratuita el 9 de noviembre a las 16h45 en el cine Imperial, que será precedida por la exhibición de La beauté du geste (A Gesture of Beauty). Este documental realizado por Muriel Flis-Trèves y Dominique Besnehard pasa revista a la carrera artística de Aimée desde sus inicios a los 13 años de edad hasta convertirse a través de los años en una de las más talentosas y renombradas luminarias internacionales que trabajó con excepcionales realizadores tales como André Cayatte, Marcel Carné, Bernardo Bertolucci, Federico Fellini, Marco Bellocchio, Jacques Demy, Claude Lelouch y Philippe de Broca.
Otro acontecimiento importante es la mesa redonda que tendrá lugar el 16 de noviembre a las 15h30 con la presencia de Emmanuelle Devos y Martin Provost después de la exhibición de Violette. Entre otros artistas que también estarán en la muestra para presentar sus películas se encuentran los realizadores Guillaume Brac y Rebecca Zlotowski, los actores Tahar Rahim y Pierre Barouh y los productores David Poirot, Antoine Le Carpentier y Dominique Besnehard.
Las exhibiciones tendrán lugar en la sala del cine Imperial, en tanto que la retrospectiva de Anouk Aimée se efectuará en la Cinemateca de Quebec. Información adicional vinculada con la programación de los filmes y los horarios respectivos podrá encontrarse en el sitio www.festivalcinemania.com
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