INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
Por Vilma Filici
vilma@filici.com
TORONTO. Con las medidas implementadas recientemente para supuestamente mejorar el sistema para la obtención de la ciudadanía canadiense, lo que el gobierno del Primer Ministro Stephen Harper realmente ha hecho es hacer más lento, más difícil y tedioso este proceso.
De hecho, ahora los casos regulares para tramitar la ciudadanía se tardan tres veces más de lo que se tardaban antes, y si llegara a haber algún problema, como por ejemplo que se necesitara chequear el record penal de la persona porque hay otra persona con el mismo nombre que tiene record criminal, o si hay algún problema para comprobar si cumple con el requisito de tiempo necesario para procesar la solicitud, entonces el caso se puede tardar muchísimo más.
Una de las medidas que ahora se están implementando es el chequeo de record de residencia para asegurarse que las personas en realidad han vivido los 1095 días durante los últimos cuatro años que son requeridos por el reglamento para hacer el trámite, y esto está tomando muchísimo tiempo y causando atraso dado que las personas tienen que pedir documentación a diferentes dependencias gubernamentales para confirmar el cumplimiento de los reglamentos.
Hacer estos trámites obviamente toma muchísimo tiempo, y a la base de esta medida está simplemente el hecho de que el Departamento de Ciudadanía no da por cierta la palabra de la persona ni tampoco los sellos en su pasaporte como pruebas contundentes de que el interesado sí ha vivido el tiempo requerido en el país.
Con estas medidas, lo que el gobierno está haciendo es impedir que muchos residentes del país se hagan ciudadanos canadienses. De hecho, el número de personas que se han hecho ciudadanas ha decrecido considerablemente durante los últimos años. Por ejemplo, en el año 2008 se otorgaron 176,572 ciudadanías, mientras que en el año 2012 el número bajó a 113,142, a pesar de que en este mismo periodo el número de solicitudes recibidas realmente creció de 242,400 a 317,440.
Hay que recordar que todos estos cambios comenzaron cuando surgieron problemas con ciudadanos canadienses que se encontraban en el Líbano y Canadá tuvo que repatriarlos debido a la grave situación de violencia que ocurrió en la región. En esa ocasión hubo muchos comentarios de parte del gobierno en contra de las personas que supuestamente se hacían ciudadanos por conveniencia.
Ahí fue prácticamente el inicio de todos estas modificaciones que hicieron al programa, entre otras cosas porque prácticamente se creó una estigmatización de los residentes permanentes dado que desde el gobierno ahora se considera que toda persona que está haciendo el trámite para la ciudadanía está mintiendo u ocultando algo.
Esta situación no solamente está asustando a muchas personas que quisieran iniciar su proceso de ciudadanía, sino que también está desanimando a otras que ya hicieron el trámite y que ahora se encuentran estancadas en el proceso. Yo particularmente he escuchado por ejemplo a una persona que dijo que había ido con toda la ilusión a hacer su examen de ciudadanía para convertirse en ciudadano canadiense, pero que terminó sintiéndose discriminada y maltratada por el gobierno a tal punto que en estos momentos ya no sabe si quiere o no continuar con este proceso de ciudadanización.
Un elemento que es importante tener en cuenta es que en la ley canadiense, cuando se habla de los procesos criminales, todas las personas son inocentes hasta que se compruebe que son culpables, sin embargo, con el trámite de ciudadanía y también con el de residencia, las personas son tratadas y procesadas como si fueran culpables (de algo) hasta que puedan probar que no lo son.
Esto es así porque en el momento en que la persona llena sus formularios y pone el tiempo que ha estado en el país y el tiempo que ha estado fuera, y se le pide que demuestre con documentación que durante los últimos cuatro años ha vivido en Canadá, lo que en el fondo se le está diciendo es “en realidad no creemos que usted ha vivido en el país todo este tiempo, creemos que usted está cometiendo fraude y por lo tanto tiene que probar que no lo está haciendo”. Definitivamente con esta lógica se está tratando a la mayoría de los residentes permanentes que están haciendo su trámite para obtener la ciudadanía canadiense como mentirosos.
Ante esta situación, lo que en nuestra oficina estamos sugiriendo a las personas con las que estamos trabajando es enviar de una vez al iniciar el trámite toda la información que sabemos que el Departamento de Ciudadanía pide, a fin de que desde el principio tengan toda la información y así no se vaya a atrasar tanto en el caso.
Porque el problema es que las personas que están haciendo el trámite deben esperar un año o más para que se les llame a hacer el examen de ciudadanía, y una vez que lo hacen les dan el cuestionario con los requisitos y la documentación que deben presentar, lo cual les atrasa nuevamente un año o más el proceso. Entonces, si se presenta toda esa documentación de entrada, los solicitantes se ahorran todos los dolores de cabeza que vienen después de hacer el examen con la consecuente pérdida de tiempo en el proceso.
Definitivamente es lamentable que los residentes permanentes tengan que hacer todos esos onerosos trámites, porque la obtención de la ciudadanía canadiense debería ser una celebración por haber estado en el país y haberse adaptado y establecido, sin embargo, hoy por hoy dicho proceso es prácticamente punitivo dada la forma en que el gobierno se está comportando con los residentes permanentes que quieren convertirse en ciudadanos canadienses.
Con esta dinámica, aparte del obvio atraso de los casos, lo que el gobierno realmente está haciendo es impedir que los residentes puedan contribuir más activamente a la vida canadiense, dado que hasta en el momento en que obtengan la ciudadanía no pueden ocupar ciertos cargos, no pueden votar, no pueden tener la tranquilidad de que no van a ser expulsados de Canadá en algún momento, etc., y por tanto ven limitada su contribución al país.
No quisiera creer que el objetivo real del gobierno es el impedir que ciertos residentes permanentes contribuyan en el ámbito político.
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