HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Nuevamente el cine chileno depara al público una grata sorpresa demostrando que cuenta con talentosos realizadores capaces de proporcionar historias sustentadas de la vida real que permiten reflexionar y al propio tiempo ofrecer un entretenimiento de gran calidad. Ese es el caso de Gloria donde su realizador Sebastián Lelio brinda un minucioso retrato de una mujer de mediana edad separada que trata de aprovechar honestamente lo máximo que la vida puede ofrecerle a fin de evitar la soledad.
Gloria de 58 años, interpretada por Paulina García, no manifiesta lamentar ni mirar hacia el pasado con un matrimonio interrumpido 12 años atrás. Sin un compañero con quien compartir su vida, esta dinámica mujer utiliza su tiempo trabajando como oficinista, maneja su auto y en su carácter de madre también se preocupa de la vida de sus dos hijos adultos (Diego Fontecilla, Fabiola Zamora), sin transmitirles ninguno de sus problemas porque ellos por su parte ya tienen los suyos.
Como entretenimiento, algunas noches las destina a divertirse bailando en una discoteca santiaguina donde también acude gente de parecida edad y en similar situación. Es allí donde esta dama atrae la atención de Rodolfo (Sergio Hernández), un hombre afable recientemente separado, con algunos años más que ella y dueño de un pequeño parque de diversiones. Hay una inmediata comunicación entre ambos y el romance no demora en aflorar donde los dos se asemejan a jóvenes que van descubriendo el amor y gozan de la intimidad sexual compartida.
Evitando los convencionalismos del género, el guión perteneciente al realizador y Gonzalo Maza introduce algunas interesantes variantes que sirven para poner a prueba la relación de esta pareja. En primer lugar es la diferencia de comportamiento que asumen las partes con relación a los miembros de sus respectivas familias; mientras que Gloria no duda en presentar a Rodolfo a sus hijos, él adopta una actitud diametralmente opuesta dado que por excesiva cautela no comunica a sus dos hijas adultas sobre su nueva pareja y cuánto significa para él en el intento de recomponer su vida. Otro detalle importante es que a diferencia de Gloria, la familia de Rodolfo que habita en su hogar depende financieramente de él y a través del teléfono móvil lo llaman permanentemente en procura de ayuda al punto de perturbar sus encuentros íntimos con la mujer que quiere.
Uno de los aspectos de mayor interés del relato es la forma en que Lelio brinda su visión sobre la actual condición femenina en Chile. Dejando de lado la posición relegada del mal llamado sexo débil que ha caracterizado la cultura de la mayoría de los países latinoamericanos, el film acertadamente destaca la manera en que la independencia económica de la mujer actual permite igualarla al tradicional rol desempeñado por el hombre con el saludable efecto de que Gloria pueda quedar en completa libertad para manejar su vida sin pedir permiso a nadie. Otro aspecto remarcable es la calidez que el director logra del personaje protagónico donde sin incurrir en golpes bajos transmite el genuino deseo de un ser humano de poder cimentar una nueva existencia al lado de una persona que le permita sentirse mujer y vibrar; en tal sentido, la pintura de esta persona que en el otoño de su existencia es igualmente capaz de experimentar el deseo sexual a la vez que encontrar un amor legítimo, está totalmente lograda. Aunque no sea el motivo central del film hacer referencia a la situación política del país andino, Lelio no escatima, aunque sea brevemente, en ofrecer algunos pantallazos vinculados con el panorama socio-político imperante.
Obviamente que no sería oportuno comentar el desenlace de esta historia, salvo señalar que es consistente con el comportamiento que su protagonista mantiene a lo largo del relato.
A nivel interpretativo el realizador se ha nutrido de muy buenos actores aunque es necesario señalar que el alma del film reside en la extraordinaria caracterización que García logra de su personaje; con su gran talento, esta actriz encara con profundidad tanto las escenas livianas como las dramáticas demostrando que Gloria es una mujer suficientemente lúcida e inteligente para enfrentar la vida con dignidad, sin sentir compasión o lástima de sí misma.
Conclusión: Una entrañable comedia dramática de alcance universal que además de un muy buen estudio de personalidad, reúne todos los ingredientes para ser apreciado por su temática, precisa dirección y magnífica interpretación.
THE MONUMENTS MEN. Estados Unidos, 2014. Un film de George Clooney
En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, un contingente de hombres conocidos con el nombre de The Monuments Men unieron sus esfuerzos para combatir otra guerra de diferente naturaleza; se trató de rescatar obras de arte, incluyendo pinturas, esculturas y otras piezas maestras de inconmensurable valor que contribuyeron a enriquecer la cultura de nuestra civilización a través de los siglos. Las mismas habían sido saqueadas por el Tercer Reich de importantes museos europeos como así también de coleccionistas judíos. Ese es el tema que aborda George Clooney en esta película basada en el libro homónimo de Robert M. Edsel y Bret Witter que si bien despierta interés su construcción dista de satisfacer.
En esta historia de ficción el líder de la operación es Frank Stokes (Clooney), un especialista americano de historia del arte, quien en las primeras escenas del film plantea el peligro que aguarda a tesoros artísticos de autores como Michelangelo, Rembrandt, Vermeer, Da Vinci, Degas, entre otros sustraídos por los nazis. Es allí que en la primavera de 1944 convoca a un cuerpo de élite integrado por expertos internacionales del arte para que, trasladándose a diferentes lugares del continente europeo y sumergiéndose en pleno campo de batalla, realicen todo lo que esté a su alcance para restituir las obras robadas por los secuaces de Hitler y evitar así que lleguen a ser destruidas. Entre sus integrantes se encuentran un restaurador artístico (Matt Damon), un arquitecto (Bill Murray), un coreógrafo (Bob Balaban), un escultor (John Goodman), un marchand francés (Jean Dujardin), un pintor británico en procura de redención (Hugh Bonneville) y un joven soldado judío de New Jersey que oficia de traductor (Dimitri Leonidas). Cada uno de ellos recibe instrucciones sobre los lugares donde deberá cumplir su cometido.
El principal problema del film es que teniendo en cuenta de que existe una tarea de búsqueda y/o localización de las obras sustraídas, el relato permanece parco sobre cómo hallarlas y recuperarlas; precisamente es ese aspecto lo que debería constituir la intriga de esta historia pero que el guión de Clooney y Grant Heslov no logra desarrollar. Otro aspecto objetable es que los personajes expuestos son demasiado endebles a la vez que unidimensionales sin que hayan sido analizados a un nivel más profundo para que brinden una mejor impresión.
Tampoco es aprovechada una oportunidad para que el relato cobrara cierto impulso. Eso se refleja en la interacción entablada entre el personaje de Damon con el de Cate Blanchett que anima a una curadora parisina trabajando en el Museo Jeu de Paume de París; después de su reluctancia inicial, ella acepta proporcionar ciertas pistas sobre el lugar donde podrían estar ocultas algunas de las obras saqueadas. Durante el transcurso de esas escenas, el guión insinúa una subtrama romántica entre los dos personajes pero que quedan diluidas sin gravitar dentro del contexto central de la trama
La impresión que se tiene es la de asistir a un thriller de guerra desdibujado y sin alma, que si bien está correctamente interpretado resulta poco articulado y como efecto produce un letargo difícil de superar. Ciertamente interesan algunos aspectos considerados sobre el valor de la cultura, o bien si es válido el sacrificio de vidas como el precio a pagar por el rescate de obras que forman parte del patrimonio de la humanidad; sin embargo, estos tópicos están tratados esquemáticamente sin que lleguen a calar en el ánimo del espectador.
Hacia el final del relato se menciona que el valiente equipo que participó en esta empresa logró recuperar más de 5 millones de objetos artísticos donde hubo que lamentar algunas víctimas. Aunque esos hombres que arriesgaron su vida por el arte merecen admiración y respeto por la hazaña emprendida, el tributo que les brinda Clooney no alcanza a impactar dramáticamente en la pantalla.
Conclusión: Un film con un elenco de lujo pero que resulta fallido al no encontrar el tono preciso para transmitir la tarea de repatriación de obras artísticas usurpadas durante la Segunda Guerra.
LOS CORTOMETRAJES NOMINADOS PARA LOS OSCAR 2014
Los cortometrajes que han sido nominados para optar al premio Oscar 2014 abarcan tres géneros: a) ficción, b) animación, c) documental.
En la sección de ficción se distinguen algunos cortos de notable calidad. Un buen ejemplo es Helium del director danés Anders Walter. Con gran sensibilidad pero sin sensiblería alguna, el director enfoca la relación entablada entre un enfermero de un hospital con un niño allí internado que se encuentra afectado de una dolencia terminal; con un cuento que el abnegado hombre le relata, el pequeño eleva su espíritu e imaginación permitiendo de este modo lograr un sublime confort en sus últimas horas de vida.
El impactante corto español Aquél no era yo del realizador madrileño Esteban Crespo incursiona en el tema de los “niños soldados”, o sea menores que son objeto de lavados cerebrales para combatir como si fueran robots en conflictos bélicos. Dentro de ese contexto se asiste a la historia de Paula, una mujer española llegada a África para una labor humanitaria, y Kaney, un niño africano que actúa obedeciendo las órdenes de un general de un ejército rebelde y es adiestrado para matar sin titubear. Cuando ambos se encuentran en un puesto fronterizo, las circunstancias obligarán a que los acontecimientos adquieran un clima de hondo dramatismo para culminar con un desenlace de redención hondamente emocionante.
Otro sólido relato lo ofrece Xavier Legrand en el corto francés Avant que de tout perdre (Antes de Perderlo Todo) en donde el tópico de la violencia física conyugal sale a relucir. Dentro de un clima de excelente tensión, una mujer casada y sus dos hijos se aprestan a huir del supermercado donde ella trabaja con la ayuda de sus colegas, cuando el abusivo marido aparece en el lugar tratando de ubicarla con intenciones nada agradables. Ese film es un buen ejemplo de cómo en 30 minutos se puede desarrollar una historia humana de considerable suspenso que muy bien podría prestarse a un largometraje.
Cierta intriga aunque no del todo lograda es la que se aprecia en el corto británico The Voorman Problem de Mark Gill. La historia gira en torno de un reconocido psiquiatra que debe tratar a un prisionero que se considera Dios; en las entrevistas que mantiene con el convicto surgen ciertos momentos de interés que se prestan a la reflexión, pero el interés de la premisa inicial se esfuma cuando se produce un cambio de roles no muy convincente que conduce a un final abrupto.
El último de los cortos de ficción es Do I Have to Take Care of Everything? de origen finlandés pertenece a Selma Vilhunen. En tono de farsa se asiste a un relato que sin ser trascendente resulta divertido; en escasos 7 minutos de duración se desarrolla una trama centrada en una familia que en forma precipitada llega a una iglesia para asistir a una boda cuando en realidad se está celebrando un funeral.
En la sección de animación se encuentra la divertida aventura Get a Horse de Lauren MacMullan donde los entrañables personajes del ratón Mickey, su novia Minnie, el peligroso Peter Pata de Palo y algunos otros personajes de Disney cobran vida en la pantalla y fuera de ella a través de una narración fluida y amena; el corto representa una nostálgica evocación de los primeros filmes de animación del genial dibujante.
A través de imágenes digitales Laurent Witz propone con Mr Hublot un film de animación surrealista de un mundo poblado por habitantes conformados por partes mecánicas rescatadas y en donde el señor Hublot, un personaje que padece de agorafobia, verá su rutina alterada con la presencia de un canino robot.
Filmado en blanco y negro, el corto Feral de Daniel Sousal relata la experiencia de un niño salvaje y su difícil adaptación a la civilización después de haber sido descubierto por un cazador en una zona boscosa; lo que se aprecia es una versión animada de lo que Francois Truffaut brindara en L’ enfant sauvage (1970).
Ciertamente original resulta Possessions del animador japonés Shuhei Morita quien relata el encuentro de un viajero perdido en la montaña que se topa con ciertos objetos como paraguas y kimonos provistos de alma.
Simpático y tierno es el relato propuesto por Max Lang y Jan Lachauer en Room on the Broom donde se establece un vínculo amistoso de una amable bruja hechicera con un pájaro, un perro, un gato y un sapo a quienes ella acoge en su escoba voladora. Posiblemente éste sea el mejor de los filmes animados compitiendo por el Oscar.
Dentro de los cinco cortometrajes de carácter documental se destaca el canadiense The Lady in Number 6 del director Malcom Clarke. La narración enfoca la trayectoria de Alice Sommer, la más anciana sobreviviente del Holocausto; esta excepcional mujer de 110 años de edad (cuando se filmó tenía 109 años), con plenas facultades mentales y de un optimismo a ultranza, narra cómo la música transformó su existencia y siendo la razón por la cual los nazis le perdonaron su vida en el campo de concentración de Theresienstadt al demostrarles sus habilidades de pianista. Lo sorprendente es que el documental la muestra desplegando aún sus condiciones de música en la interpretación de algunos de sus compositores preferidos como Bach, Brahms, Beethoven, etc. Clarke logró un film de gran inspiración y profundamente emotivo.
El corto de Estados Unidos Cavedigger del director Jeffrey Karoff concentra su atención en los trabajos de Ra Paulette, un artista excavador de 65 años de edad que se dedica a producir cavernas artísticas que asemejan catedrales utilizando las piedras arenosas de los acantilados ubicados en el norte del estado de New Mexico. Cada una de sus obras maestras lleva un buen número de años desde el momento de su concepción hasta que el trabajo es completado. Actualmente se encuentra embarcado en la ejecución de un ambicioso proyecto donde aún faltan varios años para que esté concluido.
El documental Facing Fear de Jason Cohen relata la improbable amistad que se establece entre un homosexual y un neo nazi que lo había brutalmente atacado.
Sara Ishaq es la directora de Karama Has No Walls; este corto de Emiratos Árabes Unidos ilustra los acontecimientos trágicos que tuvieron lugar el 18 de marzo de 2011 en Yemen, cuando en una pacífica demostración 53 protestantes, solicitando la remoción del autocrático presidente Ali Abdullah Saleh, fueron masacrados por franco tiradores del gobierno.
El último de los cortos es Prison Terminal: The Last Days of Private Jack Hall de Edgar Barens, cuyo tema gira en torno de los últimos meses de vida de un convicto de la penitenciaria del estado de Iowa padeciendo de una enfermedad terminal; Jack Hall había participado en la Segunda Guerra y fue después condenado por haber matado a un traficante de drogas.
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