HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Teniendo en cuenta la trayectoria del realizador Christopher Nolan, siempre crea expectativa el estreno de sus filmes. Eso ocurre con Interstellar, su reciente proyecto de gran ambición artística; con su acostumbrado cuidado y refinamiento, el director ha tratado de ofrecer un film de ciencia ficción sobre la exploración espacial valiéndose de un guión que escribió junto con su hermano Jonathan Nolan.
El relato se ubica en un futuro cercano donde el planeta Tierra ha sido diezmado por cambios ambientales que destruyen las cosechas y amenazan con sembrar el hambre. En un paraje desolado se encuentra Cooper (Matthew McConaughey), un ex astronauta e ingeniero viudo convertido en un forzado granjero, viviendo junto a su hijo Tom (Timothée Chalamet) de 15 años, su hija Murph (Mackenzie Foy) de 12 y su suegro (John Lithgow). Azarosamente, Cooper llega a la sede de la NASA donde había trabajado en el pasado; a pesar de que la organización quedó desmantelada tiempo atrás, ahí se encuentra el profesor Brand (Michael Caine) realizando investigaciones científicas y asistido por su hija Amelia (Anne Hathaway). Este científico llegó a la conclusión de que nuestro planeta será en poco tiempo más inhabitable y habiendo descubierto que cerca de Saturno hay un “agujero de gusano” (un atajo a través del espacio y el tiempo) que permite desplazarse a otra galaxia, logra convencer a Cooper para que junto con Amelia y dos astronautas más (Wes Bentley y David Gyasi) inicien una exploración espacial en procura de planetas más hospitalarios que puedan albergar a la humanidad.
El viaje intergaláctico del grupo origina un espectáculo visual sencillamente extraordinario; su majestuosidad y grandeza constituye lo más atractivo del film y en tal sentido no cabe duda que a la hora de los Oscar, logrará varias nominaciones en los rubros técnicos. Sin embargo, eso no implica que globalmente considerado el filmalcance un nivel excepcional. Eso se debe a un guión demasiado pretencioso y a veces pomposo que intenta abarcar más de lo que puede sin llegar a cautivar; así, si bien el relato cuenta con algunos momentos de planteos filosóficos y científicos, no siempre bien claros para el espectador corriente, la historia se entremezcla con otras situaciones banales que le quitan profundidad.
Como lo ha hecho en su sólida filmografía, Nolan es un cineasta que apuesta a lo cerebral e intelectual pero no siempre logra igualar esas virtudes en el plano emocional. La energía e imaginación visualmente volcada no es correspondida a nivel de drama humano. A pesar de que en ciertas instancias la narración trata de resaltar los valores familiares, especialmente en el fuerte lazo que une a Cooper con su ahora adulta hija (Jessica Chastain), el relato carece de la gravitación necesaria que conmueva al espectador.
Es imposible no asociar este film con la extraordinaria obra vanguardista 2001: A Space Oddisey (1968) de Stanley Kubrick que utilizando un tema similar, además de sus extraordinarios efectos especiales empleados para esa época, introducía coherentemente importantes tópicos como los de la soledad, la evolución, la muerte, la inmortalidad, la inteligencia artificial, entre otros, que causaron verdadero impacto y que aún hoy día sorprenden por su audacia. Es eso lo que carece Interstellar que si bien valioso en el plano formal, su desigual relato no alcanza un desarrollo dramático que lo haga trascender.
La otra objeción que merece el film es su extremada longitud; las casi tres horas de duración resultan fatigosas, a pesar de su belleza visual; nuevamente queda en desventaja si se lo compara con Gravity (2013) donde con escasos 90 minutos Alfonso Cuarón ofrece un relato conciso y de gran tensión dramática que logra la empatía total del espectador.
A nivel de actuación, tanto McConaughey como Hathaway se desempeñan con corrección aunque no exista química alguna entre ellos. El resto del elenco (Jessica Chastain, Bill Irwin, Ellen Burstyn, Matt Damon, Casey Affleck, Topher Grace, John Lithgow y Michael Caine), también se desempeña satisfactoriamente.
Conclusión: El espectador asiste a un espectáculo esplendoroso que lo hace recomendable, aunque con las reservas apuntadas.
NIGHTCRAWLER. Estados Unidos, 2014. Un film escrito y dirigido por Dan Gilroy
Dan Gilroy, bien conocido como guionista, se ubica por primera vez detrás de la cámara para ofrecer con Nightcrawler un drama psicológico de considerable suspenso. Con una historia atractiva, el film se valoriza además por la muy buena descripción de sus personajes y por la notable actuación de Jake Gyllenhaal en el rol central.
La acción tiene como escenario a la ciudad de Los Ángeles durante las horas nocturnas donde acciones delictivas u de otra índole sensacionalista tienen lugar. Ese aspecto gravita fundamentalmente en la vida de los reporteros de imágenes que están alertos a la caza de violentos incidentes para poder registrarlos y ser enviados a los diferentes medios de difusión. Dentro de ese clima, el guión se centra en Lou (Gyllenhaal), un individuo solitario que aspira obtener un empleo que le procure un ingreso satisfactorio para vivir. Cuando transitando en horas de la noche por las calles de la ciudad observa un dramático accidente automovilístico donde uno de los fotógrafos reporteros (Bill Paxton) capta la tragedia, Lou considera que él también podría hacerlo. Valiéndose de una cámara de video digital y de un escáner, decide probar su suerte y al poco tiempo logra un interesante material fílmico. Para tratar de vender su producto, entra en contacto con Nina (Rene Russo), una directora de una productora de televisión quien dueña de una dura personalidad, entre insensible y despiadada, hace lo imposible por elevar el rating de la empresa; cuando ella comprueba la buena calidad de lo que Lou le está ofreciendo, comienza para él una nueva carrera trabajando como rondador nocturno independiente. De allí en más y actuando como si fuese un animal salvaje en procura de su presa, trata de ubicarse siempre un paso más adelante del de sus colegas competidores para obtener las escenas más peligrosas, sangrientas o violentas que se producen mientras la ciudad duerme y vender lo filmado a sumas cada vez más elevadas. Para realizar su cometido, Louis cuenta con la valiosa colaboración de Rick (Riz Ahmed), un muchacho sin hogar en procura de empleo, quien le vuelca su lealtad y está dispuesto a realizar todo lo que su jefe le indique.
Si bien la primera parte del film puede resultar un tanto repetitiva, es en su segunda mitad donde adquiere vibrante tensión y decidido suspenso. Sin anticipar más, cabe destacar la interpretación excepcional de Gyllenhaal en un complejo rol donde queda debidamente resaltada la psiquis de su personaje y la metamorfosis que experimenta en las diferentes situaciones a las que se ve expuesto; así va cambiando de faceta de un minuto al otro, donde el individuo simpático que habla con precisión y rapidez con asombrosa naturalidad, puede transformarse en un sinuoso manipulador, mentiroso y hasta chantajista inmune a cualquier conflicto moral con tal de lograr sus propósitos, aunque sin franquear los límites de la legalidad. Al lado de Gyllenhaal, la prestación de Russo es magnífica animando a una mujer astuta y obsesionada en su trabajo que en base a primicias obtenidas sabe muy bien cómo seleccionar aquéllas que puedan cundir con mayor fuerza en el ánimo del público televidente, sobre todo cuando los tópicos de raza y clase social están involucrados.
Dentro de los elementos técnicos el film se destaca por una buena fotografía de Robert Elswit y la banda sonora con melodías compuestas por James Newton Howard.
Equilibrando muy bien humor con suspenso, Gilroy describe un retrato lúgubre y realista de Los Ángeles en las horas en que el sol ya no asoma, donde un mundo despiadado, escabroso y violento parece reinar en sus calles.
Conclusión: Un muy buen thriller con implicaciones morales que expone la forma de actuar de cierto sector del periodismo profesional.
LAGGIES. Estados Unidos, 2014. Un film de Lynn Shelton
Un film que no tiene un propósito definido asume el riesgo de ser desenfocado y eso es lo que ocurre precisamente con Laggies, una comedia pretendidamente realista pero que su falta de plausibilidad la torna insípida y sin mayor gracia.
Lynn Shelton que con su breve filmografía utiliza sus propios guiones un tanto improvisados, aquí recurrió a un libreto ajeno y decididamente mediocre preparado por Andrea Seigel. Todo gira alrededor de Megan (Keira Knightley), de aproximadamente 30 años de edad viviendo en Seattle y trabajando en el estudio contable de su padre (Jeff Garlin). Tal como se la observa, es una chica de adolescencia tardía que parece estar alejada de la realidad que la circunda; mientras que sus amigas de los años de juventud están haciendo planes de casamiento y otras ya tienen familia formada afrontando la vida con un nivel de madurez, ella se encuentra ajena a esa situación y parece estar despistada sobre lo que quiere o desea hacer en la actualidad o en el futuro. Sentimentalmente, está unida a Anthony (Mark Webber) con quien ha estado conviviendo desde los años de escuela secundaria y él está ansioso de formalizar la situación; sin embargo cuando le propone casamiento y formar una familia, Megan se retrae asustada por el compromiso de asumir un mayor grado de responsabilidad.
El disparador que pone en marcha al relato es la relación que establece con Annika (Chloë Grace Moretz), una chica de 16 años a quien circunstancialmente llega a conocer y con quien consolida una singular amistad. Dando una excusa a Anthony de que debe partir para efectuar un seminario durante una semana, Megan resuelve permanecer durante ese lapso en el hogar de Annika. Cuando llega a conocer a Craig (Sam Rockwell), el divorciado padre de la adolescente, el relato se vuelve tan predecible como inaguantable hasta arribar a un imperdonable final feliz.
Si acaso la idea del film es mostrar las inseguridades que pueden asistir a ciertas personas adultas que no han alcanzado a madurar, la forma como aquí está expuesta deja que desear, debido a la poca satisfactoria descripción de los personajes y por la caprichosa resolución de un guión que se asemeja más a una pobre situación de comedia televisiva que al de un relato aspirando a un nivel de mayor seriedad. De todos modos, como se dijo al principio de esta nota, no queda para nada claro la intención, mensaje o propósito de esta insulsa comedia.
En materia de interpretación, Knightley de ninguna manera logra una caracterización creíble; a pesar de ser una buena actriz, su persona de mujer inmadura, mentirosa e insoportablemente chiquilina, además de no ser convincente, tampoco alcanza a ganar la simpatía del público. El resto del elenco se adecua a lo que el libreto le exige y nada más.
Conclusión: Una comedia fallida que no llega a generar entusiasmo
VIDEO
COLD IN JULY. Estados Unidos-Francia, 2014. Dirección: Jim Mickle. Distribución: Métropole (2014)
Nuevamente se presenta la ocasión de juzgar en video un buen film como Cold in July sin haber tenido oportunidad de estrenarse comercialmente en Canadá. El realizador Jim Mickle adaptó junto con Nick Damici la novela homónima de Joe R. Lansdale publicada en 1989, ofreciendo un dramático thriller que mantiene en vilo al espectador.
La acción transcurre en una pequeña ciudad del este de Texas donde vive la familia integrada por Richard Dane (Michael C. Hall), su esposa Ann (Vinessa Shaw) y su hijito. Al comenzar el relato, el matrimonio se despierta en la mitad de la noche debido al ruido perpetrado por un intruso que franqueó la casa. Muñido de un revólver, Richard mata al hombre y ese acto le remuerde la conciencia; enfrentando los hechos, el policía que interviene en la investigación (Damici) lo conforta diciéndole que el hombre abatido era Freddy Russell, un individuo de mala vida, y que el crimen cometido queda justificado por un acto de autodefensa. Sin embargo, cuando Bernard (Sam Shepard), el padre de Freddy que salió de la prisión en libertad condicional, acecha a Richard presumiblemente con la intención de vengar su muerte, la historia adquiere un tono completamente diferente.
Resultaría inconveniente relatar sobre lo que acontece después para no malograr el interés del potencial espectador; con todo no está demás anticipar que ciertos personajes no son los que parecen ser al surgir confusiones de identidad personal, la policía protectora de Richard muestra una faceta corrupta y la “Dixie Mafia”, una organización criminal caracterizada por su marcada violencia, también está involucrada en el inesperado giro de los acontecimientos.
Alguno que otro hilo suelto del guión queda compensado por una trama bien construida donde nada resulta predecible. Otros factores favorables del film descansan en la ágil dirección de Mickle y en el buen elenco donde a los nombres ya mencionados se agrega el de Don Johnson en un personaje clave. En resumen, un thriller negro muy entretenido que decididamente supera al promedio del género.
Entre los extras del video se incluyen comentarios de Jim Mickle, Michael C. Hall y Nick Damici que se refieren al contenido del film. El audio es en inglés, con doblaje opcional al francés y con títulos optativos en español.
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