HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Difícil imaginar que un film de ambiente deportivo alcance matices considerablemente dramáticos como los que se muestran en Foxcatcher, pero cuando lo que acontece en su relato está basado en inimaginables hechos verdaderamente acontecidos uno debe rendirse a la evidencia. Además de su excelente dirección, lo que le mereció a Bennett Miller haber obtenido el premio en tal carácter en el último festival de Cannes, el film se distingue también por la remarcable interpretación del trío central de actores que participan en el mismo.
Miller, quien ya exploró exitosamente el béisbol en Moneyball (2011), vuelve a incursionar ahora enfocando su atención en el deporte de la lucha libre tomando como referencia a dos hermanos, Mark (Channing Tatum) y David Schultz (Mark Ruffalo) quienes se han distinguido por haber sido galardonados con medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984.
El film ilustra la buena relación afectiva entre ambos hermanos aunque cada uno de ellos siguiera un camino independiente. David que llevaba una vida familiar apacible con su esposa Nancy (Sienna Miller) y sus dos hijos, fue más popular que Mark por haber logrado medallas conquistadas en otros certámenes de gran relevancia como los Campeonatos del Mundo, Juegos Panamericanos, etc. Por su parte, Mark consideraba que la figura de su hermano mayor constituía profesionalmente una sombra para él y en cierta forma sentía cierta insatisfacción como persona no realizada plenamente en su vida, excepto cuando transmitía su vocación deportiva a sus alumnos de la escuela primaria.
El destino determina un cambio de rumbo para Mark cuando en 1987 el filántropo multimillonario John du Pont, (Steve Carell) -quien fue un renombrado patrocinador de la Federación de Lucha- se interesa por él invitándolo a integrar un grupo de deportistas de lucha libre; su propósito era el de formar un equipo bien preparado para competir en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl y lograr una importante victoria para los Estados Unidos. Aceptando la propuesta, Mark se desplaza a Pensilvania para residir en la gran mansión de du Pont donde dispone de un gran complejo de entrenamiento deportivo.
El vínculo personal que mantiene el filántropo con Mark es uno de los aspectos más importantes del relato; tanto durante el período de entrenamiento como fuera del mismo queda claramente establecida la sumisión del deportista frente a su benefactor quien se revela como un sutil manipulador que lo induce a acompañarlo en sus hábitos de consumo de drogas; es allí que el magnífico guión de E. Max Frye y Dan Futterman deja entrever los rasgos particulares de la personalidad de du Pont sugiriendo un acercamiento homoerótico hacia Mark que está muy bien planteado. La convivencia adquiere características más densas cuando el anfitrión quiere que Mark convenza a su hermano para que participe del equipo deportivo como entrenador, hecho que al poco tiempo se concreta con el arribo de David y su familia a la residencia de du Pont. De aquí en más se produce una dinámica relación entre los 3 personajes, donde un extraño clima se va creando cuando el dueño de casa deja de lado a Mark y manifiesta implícitamente su preferencia por David.
El devenir de los acontecimientos posteriores se traduce en un soberbio drama psicológico que va creando un clima de sostenida tensión donde quedan expresados los fuertes lazos fraternales, los celos y las manifestaciones oscuras de la conducta humana del excéntrico benefactor que conducen a un trágico desenlace.
Tanto Channing como Ruffalo brillan en sus respectivos papeles, pero por la naturaleza del personaje animado por Carrell, este actor ofrece una descollante caracterización de su personaje, tanto en los rasgos físicos con la ayuda de una prótesis en su nariz como en los matices emocionales de la compleja, excéntrica y delirante personalidad de du Pont.
Conclusión: Un muy buen estudio de caracteres dentro del marco de un drama psicológico magníficamente relatado e interpretado.
THE HUNGER GAMES: MOCKINGJAY PART 1. Estados Unidos, 2014. Un film de Francis Lawrence
El traslado a la pantalla del último libro de la saga de Suzanne Collins quedó dividido en dos partes, emulando de este modo a los filmes de Harry Potter y de Twilight para postergar su desenlace por razones meramente comerciales. Por lo tanto, resulta difícil realizar una apreciación objetiva sobre lo que Mockingjay Part 1 relata sin conocer aún su entrega final y de allí que este comentario no sea exhaustivo ni tampoco definitivo.
Retomando la conclusión del segundo capítulo se observa al comienzo de este film a Katniss (Jennifer Lawrence) confinada en el bunker secreto del Distrito 13 al cual se lo creía desaparecido, en tanto que Peeta (Josh Hutcherson), su compañero de juegos, ha sido capturado por el gobierno y llevado al Capitolio. En su refugio, la presidenta Alma Coin (Julianne Moore) del Distrito 13 y su colaborador Plutarch (Philip Seymour Hoffman, a quien el film está dedicado) tratan de convencer a Katniss –dada su gran popularidad- para que se convierta en el emblema de la revolución e inste a los restantes distritos para que unidos participen en la revuelta contra el presidente Snow (Donald Sutherland). La joven heroína después de haber comprobado el estado en ruinas del Distrito 12 al que ella pertenecía, acepta la proposición con la condición de rescatar a Peeta (Josh Hutcherson), quien ha sido drogado y objeto de un lavado de cerebro durante su encierro, y a los otros tributos prisioneros en el Capitolio.
A diferencia de los dos primeros filmes de la trilogía, aquí están ausentes los juegos letales; en su lugar lo que trasciende es la insubordinación que se va gestando con la presencia de Katniss quien asume su nuevo rol de símbolo de la libertad y propagandista revolucionaria.
Lo que en términos narrativos alcanzaría a apenas una hora de metraje, este film de transición duplica su duración con muchas escenas redundantes y a veces repetitivas que terminan fatigando. Aunque algunos momentos de acción están bien presentados, éstos no alcanzan a compensar la debilidad del relato. Lo mejor de la película es la actuación de Lawrence quien infunde carnadura emocional como la intrépida joven que inesperadamente debe enfrentar los embrollos políticos para contribuir a que el pueblo de Panem recobre su dignidad y supere la pobreza al que está sometido bajo la autoridad de su déspota dictador.
Al concluir esta desnivelada y endeble primera parte, todo parece quedar orquestado para el enfrentamiento final de opresores y oprimidos; el resultado del mismo se conocerá cuando se estrene la conclusión de esta historia en noviembre de 2015.
PARTY GIRL. Francia, 2014. Un film escrito y dirigido por Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis.
Este film que este año fue distinguido con la Cámara de Oro –premio a la mejor ópera prima presentada en el Festival de Cannes- se caracteriza por estar inspirado en la vida de su verdadera protagonista Angélique Litzenburger; unido a ello, habría que agregar que de los tres realizadores del film, Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis, éste último es el hijo de Angélique y parte de los actores no profesionales están integrados por miembros de su familia. De allí que el resultado de este relato podría encasillarse en una suerte de cine de realidad (cinéma verité) o bien como un documental, aunque esté concebido como una historia de ficción.
El tema central gira en torno de Angélique (Litzenburger interpretándose a sí misma), quien es una dama sexagenaria que durante toda su vida activa se desempeñó como cabaretera de un club nocturno ubicado en la ciudad francesa de Metz, cerca de la frontera con Alemania; su tarea consistía en socializar con la clientela masculina para hacerlos consumir bebidas alcohólicas del establecimiento. Esa actividad la sigue desarrollando cuando el film se inicia, en donde se la muestra compartiendo con otras compañeras del lugar; todo ese ambiente está descripto delicadamente sin la inclusión de escenas sexuales. Uno de los aspectos interesantes del relato es que a pesar de la vida que ha llevado Angélique pudo formar una familia integrada por 4 hijos, de los cuales tres de ellos, Sam (Samuel Theis) Mario (Mario Theis) y Séverine (Séverine Litzenburger) han mantenido un contacto permanente con ella, a diferencia de Cynthia (Cynthia Litzenburger) quien a los 6 años de edad fue apartada de su madre para vivir en el hogar de una familia sustituta.
El elemento que motoriza la historia es la presencia de Michel (Joseph Bour), un cliente que en el pasado frecuentó el cabaret y que sintiendo un profundo amor por Angélique le propone casamiento; habiendo sida sorprendida por tal anuncio y considerando que no se trata de una broma, ella finalmente asiente aunque no muy convencida del paso decisivo que adoptará al tener que modificar por completo su estilo de vida. A partir de allí ambos viven juntos aguardando el momento en que se casarán formalmente. Un gran dilema se le presenta a esta sensible mujer cuando a medida que van transcurriendo los días previos a la boda, comprueba que lo que la liga al bondadoso Michel es un estimable cariño pero que en última instancia no es amor lo que siente por él. ¿Cuál es la decisión que adoptará? ¿Casarse con un hombre que le prodigará amor, compañerismo, respeto y confort, o por el contrario desistir de la boda y continuar viviendo como lo ha hecho hasta ahora?
Lo importante del relato es el candor volcado en el mismo y la naturalidad de todos los integrantes que lo animan. Así hay numerosas escenas notablemente genuinas que sin sentimentalismo alguno logran considerable resonancia; entre las mismas se puede citar la comida familiar en que Angélique presenta a algunos de sus hijos y nietos a su novio, el emotivo reencuentro que mantiene con Cynthia en el hogar de la familia sustituta, y/o bien cuando en un momento muy especial cada uno de los hijos expresa con sinceras palabras el amor que siente hacia su madre.
A pesar de las interpretaciones absolutamente convincentes de su elenco, por la importancia de sus roles sobresalen Angélique quien con gran intensidad transmite la gran duda que la anima sobre cómo afrontar su vida futura, y Bour que proyecta maravillosamente la nobleza cabal de un hombre que en el otoño de su existencia cree haber encontrado la felicidad al lado de la mujer que ama.
Conclusión: Una íntima historia realista que con personajes decididamente agradables logra crear una gran empatía con el público
Comments (0)