HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Sean Penn, además de productor y co-gionista (junto con Peter Travis y Don McPherson) asume el rol protagónico en The Gunman, un film que de ningún modo enriquecerá su filmografía. En vista del éxito comercial que obtuvo con Liam Neeson en la franquicia de Taken, el director Pierre Romel intenta repetir la experiencia con Penn involucrándolo en este relato de acción; sin embargo, resulta muy dudoso que lo logre dado el pobre material con que cuenta y por la forma desdibujada y sin un foco preciso que utiliza para narrarlo.
Ubicando la acción en 2006 en la República Democrática del Congo, Penn interpreta a Jim Terrier quien junto con un grupo de ex colegas militares asociados integrado por Félix (Javier Bardem), Cox (Mark Rylance) y Stanley (Ray Winstone), cubren las apariencias prestando servicios de seguridad a una organización sin fines de lucro que actúa en el lugar. En última instancia se trata de verdaderos mercenarios que colaboran con una sombría compañía minera que por intereses económicos está interesada en eliminar al Ministro de Minería (Clive Curtis). Cuando Jim es elegido como el verdugo para ejecutarlo, después de la operación huye precipitadamente del país dejando abandonada a Annie (Jasmine Trinca), su amiga que se desempeña como médica del lugar.
Remordido por la conciencia y con el propósito de redimirse, 8 años después Jim retorna al Congo para trabajar con la población local, pero su propósito se frustra cuando milagrosamente logra salvarse de un atentado a su vida por parte de gente desconocida. Para saber quienes son sus enemigos, se dirige a Londres para encontrarse con sus antiguos camaradas Stanley y Cox para ver si ellos pueden darle alguna pista al respecto; al no obtenerla, prosigue viaje a Barcelona donde se encuentra con Félix, quien ahora está casado con Annie y convertido en hombre de negocios mantiene variados intereses en África. De aquí en más, la historia se descarrila por completo cuando Félix es asesinado, Annie se reconcilia con Jim y ambos se ven enfrentados con mafiosos que tratan de matarlo. En una aventura que los lleva a Gibraltar y nuevamente a la capital catalana, el film se convierte en un confuso y desapasionado drama de acción donde no es mucho lo que tiene sentido y menos claro adonde quiere llegar.
Si en algún momento se podía pensar que Romel tenía la intención de ilustrar la forma en que intereses extranjeros quieren apoderarse de los recursos naturales de pobres países africanos, esa suposición queda sin efecto dado que el film está lejos de adentrarse en aspectos socioeconómicos para en cambio ofrecer una historia pedestre plagada de situaciones inverosímiles y sin mayor coherencia.
Con actuaciones que se limitan a cumplir estrictamente lo que el pobre guión les impone, decepciona que actores talentosos como Penn y Bardem, entre otros, hayan participado en este proyecto que no ofrece oportunidad de lucimiento; los espectadores que se sientan atraídos por el popular actor y rapero Idris Elba, quedarán desencantados al verlo aparecer en los últimos minutos del film como un agente de la Interpol en un rol decididamente insípido.
Conclusión: Un mediocre entretenimiento para un público poco exigente
’71. Gran Bretaña, 2014. Un film de Yann Demange
Reconocido como un importante director de televisión, Yann Demange debuta en cine como realizador ofreciendo un potente drama de acción que tiene lugar en Irlanda del Norte cuando el conflicto entre las fuerzas británicas y las del IRA iban alcanzando considerable tensión en esa región. Con todo, aunque el escenario sea de naturaleza política, ‘71 tiene como objetivo mostrar cómo los soldados que deben participar en la lucha no son más que títeres indefensos que arriesgan su vida al no poder contrariar las órdenes recibidas.
La acción transcurre en 1971 (de allí la alusión al título del film) y gira en torno de Gary Hook (Jack O’Connell), un joven británico recién reclutado por las fuerzas armadas de su país que integra un pelotón que en principio debería ser apostado en Alemania. Debido a la deteriorada situación que se produce en Belfast por razones de seguridad el ejército decide que el destino de los soldados sea esta conflictiva ciudad. A su llegada el grupo es instruido sobre las zonas divididas de Belfast donde el este está habitado por los leales protestantes británicos mientras que en el sector oeste reside la población católica bajo el resguardo del IRA (Ejército de la República Irlandesa).
Inmediatamente el pelotón es asignado con la tarea de efectuar una búsqueda en las casas de la zona católica para verificar si existe ocultamiento de armas. Cuando al llegar al lugar los soldados se encuentran bajo el ataque de una enfurecida multitud católica, tanto Hook y su compañero de combate Thommo (Jack Lowden) terminan separados de su grupo y éste último es asesinado por dos jóvenes del IRA. Tratando de salvar su vida en medio de la gran batahola, Hook logra escapar del lugar y a partir de ahí comienza para él una implacable cacería humana al encontrarse perseguido por el teniente de su batallón (Sam Reid), por integrantes del IRA y por dos representantes de las fuerzas paramilitares protestantes (Paul Anderson, Sean Harris). A través de esta desesperada huída Hook recibe el apoyo de un chico protestante (Corey McKinley) -en una escena muy bien lograda- como así también posteriormente es ayudado por un médico católico (Richard Dormer) y su hija (Charlie Murphy).
Valiléndose de un conciso y minucioso guión de Gregory Burke, el realizador no adopta posición alguna frente al sectario conflicto del Ulster; lo que en cambio queda claro es la manera precisa en que queda expuesta la odisea de un soldado llano y completamente inocente que trata de sobrevivir la pesadilla en que está inmerso como un protagonista involuntario de un sangriento enfrentamiento de dos ideologías políticas y religiosas radicalmente opuestas donde es difícil precisar quienes son sus verdaderos héroes.
Contando con un montaje estupendo de Chris Wyatt, el film adquiere los visos de un apasionante thriller donde a medida que transcurre la acción es difícil predecir lo que sobrevendrá. La interpretación de O’Connell es magistral como el joven que no termina de comprender el horror que está contemplando y que pone en peligro su vida; a su lado, un homogéneo elenco contribuye a brindar autenticidad a este drama humano.
Conclusión: Un film excitante y visceral, magistralmente dirigido por Yann Demange
THE SEARCH. Francia-Georgia, 2014. Un film escrito y dirigido por Michel Hazanavicius
Con los ecos provenientes del gran triunfo obtenido en su film L’Artiste (2011), Michel Hazanavicius ha decidido incursionar en un proyecto totalmente diferente, explorando las miserias de una descarnada guerra. Inspirado muy libremente en el film del mismo nombre de Fred Zinnemann (1948), The Search es un drama nutrido de buenas intenciones pero que no llega a conformar porque su contenido melodramático es enfatizado a través de artificios que manipulan al espectador.
El guión escrito por su realizador desarrolla la acción durante la segunda guerra que tuvo lugar en Chechenia en 1999. La masacre provocada por la invasión rusa a dicha región motiva a que se entrecrucen los destinos de varios personajes. Así, Hadji (Abdul-Khalim Mamutsiev), un pequeño huérfano de 9 años que ha logrado salvarse del asesinato perpetrado a sus padres, es rescatado y colocado en un orfanato de la Cruz Roja a cargo de la responsable local (Annette Bening); huyendo del lugar, el niño sale al encuentro de Carole (Bérénice Bejo) quien es una alta funcionaria representante de la Unión Europea que denuncia las atrocidades de la guerra y decide proteger al menor; otros personajes incluyen a Raissa (Zukhra Duishvili), la hermana mayor de Hadji quien trata de ubicar al pequeño dentro de la confusión y dispersión de los civiles en procura del éxodo; simultáneamente se encuentra Kolia (Maxim Emelianov), un joven ruso músico de 20 años, enrolado en el ejército de su país y que queda convertido en un despiadado asesino a causa de la guerra.
Este film de indudable contenido político tiene un claro mensaje pacificador denunciando los horrores de la guerra y la inercia de las instituciones europeas responsables de actuar; sin embargo, ese propósito se diluye por su naturaleza extremadamente didáctica y excesivamente sentimentalista que echa por tierra los buenos sentimientos de Hazanavicius. A su favor cabe destacar la notable actuación del pequeño actor chechenio Mamutsiev que a pesar de permanecer mudo durante la mayor parte del metraje, su expresivo rostro transmite las traumáticas emociones vividas por la pérdida de sus padres.
FELLINI-VISCONTI, DUEL A L’ITALIENNE. Francia, 2014. Un film de Christopher Jones
Para el cinéfilo constituye un auténtico banquete asistir a la proyección del documental Fellini-Visconti, Duel a l’italienne (Francia) de los realizadores Christopher Jones y Marie-Dominque Montel en base a un guión que les pertenece.
Luchino Visconti, el gran realizador de Milán de origen aristocrático convertido al comunismo, y Federico Fellini, representante de la pequeña burguesía de Rímini, respondieron a personalidades completamente diferentes aunque hubo algo común entre ellos: haber sido los autores del mejor cine que Italia ofreció al mundo en el siglo pasado.
Visconti era un preciosista con respecto a las imágenes y a los detalles de producción (escenografía, vestuario, diseños), como consecuencia de su refinado gusto (El Gatopardo); con todo, eso no le impidió indagar en la condición humana a través de filmes que en muchos casos reflejaban la decadencia del hombre y de la sociedad.
Por su parte, el genial Fellini abordó aspectos sociales del medio en que le tocó vivir (La Dolce Vita) pero también abordó temas donde reflexionaba sobre su propia vida de artista creador (8 y medio). Lo que en esencia caracteriza a su cine son los nuevos aportes que iba realizando en cada uno de sus trabajos donde no faltaría en sus relatos la fantasía que surgía de su ferviente imaginación así como la presencia del circo que constituye uno de los elementos de los cuales él se valía para brindar un hálito mágico a algunos de sus filmes.
Aunque una rivalidad pudo haberse generado entre Visconti y Felllini por la colisión de egos, el duelo al que alude el título de este documental no fue tan dramático. Más aún, hacia el final de la carrera de Visconti, el gran preciosista destaca la genialidad de Fellini en tanto que el autor de La Strada reconoce la humildad de artista que caracterizó al realizador de Rocco y sus Hermanos. Excelente documental.
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