INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. Hace cuatro años el gobierno federal aprobó una ley por medio de la cual limitó el tiempo que ciertos trabajadores temporales pueden trabajar en Canadá. Esta nueva legislación básicamente afecta a todos los trabajadores que caen bajo las categorías “C” y “D” del Diccionario Nacional de Clasificación para los Trabajos, es decir a las personas que trabajan en servicios, como por ejemplo en cafeterías u hoteles sirviendo café, haciendo el aseo o en mataderos descuartizando o empacando.
La razón por la cual el Ministro de Inmigración tomó esta decisión, en parte, fue porque durante muchos años diversas organizaciones que trabajan con inmigrantes, así como también los sindicatos a los que pertenecen estos trabajadores temporales, han estado cabildeando para que a estas personas se les permita en algún momento obtener la residencia permanente.
No hay que olvidar que muchos de estos trabajadores temporales han estado trabajando en el país durante cinco, ocho, diez o más años, y que durante todo este tiempo han pagado impuestos municipales, provinciales y federales, incluyendo los beneficios para la pensión.
En este sentido, el argumento de los organismos defensores de los inmigrantes y de los trabajadores es que es injusto que a estas personas no se les permita hacer el trámite para la residencia permanente, dado que al haber trabajado durante tanto tiempo aquí en Canadá se han establecido muy bien en el país.
Sin embargo, el entonces Ministro de Inmigración, Jason Kenney, tomó la decisión de que para que no se establecieran en Canadá y que luego fuera injusto sacarlos del país, se iba a limitar el tiempo que se les permitiría trabajar aquí. Además, también se les impuso el requisito de estar fuera de Canadá durante cuatro años después de haber cumplido cuatro años trabajando aquí, para que luego pudieran regresar con otro permiso de trabajo.
El razonamiento del Ministro Kenney fue que trabajando en Canadá durante cuatro años, y yéndose por otros cuatro años a su país de origen, no iba a permitir que se establecieran en Canadá y por lo tanto no debería ser tan terrible para ellos salir del país una vez cumplieran con el periodo establecido.
El pasado 1 de abril se cumplieron los primeros cuatro años de vigencia de esta nueva legislación, por lo que se estima que alrededor de 70 mil trabajadores temporales que se encuentran en esa situación deberían estar saliendo del país. En este momento aún no hay datos sobre cuántos trabajadores temporales efectivamente salieron ya de Canadá, sin embargo, el conocimiento empírico que tenemos quienes trabajamos en el área de Inmigración, basado en llamadas, visitas y correos electrónicos de este tipo de trabajadores, nos deja claro que es muy difícil para ellos regresar a sus países de origen. La razón es muy simple: El sustento de sus familias depende del trabajo que ellos están desarrollando aquí en Canadá.
Sin embargo, esta no es una razón válida para el actual Ministro de Inmigración, Chris Alexander, quien ha sido muy enfático al afirmar que estos trabajadores tienen que salir de Canadá, y que de no hacerlo, el ministerio bajo su mando va a tomar las medidas necesarias para hacer cumplir la ley y sacarlos del país.
Pero definitivamente estas no son medidas que beneficien a muchos. Hay negocios, principalmente en la parte oeste del país, que dependen totalmente de estos trabajadores temporales dado que no hay canadiense o residentes permanentes que quieran hacer el trabajo que estos inmigrantes hacen. De hecho, muchos empresarios y asociaciones de empresarios han estado pidiendo al gobierno que no deporte a estas personas.
Es más, en la provincia de Alberta el gobierno extendió los permisos de trabajo para algunos de estos trabajadores temporales dada esa necesidad urgente de mantenerlos para que las industrias puedan continuar trabajando y no sufran por falta de fuerza laboral.
Por otra parte, las personas que decidan quedarse van a pasar al mundo de los indocumentados, el cual se considera que va a aumentar significativamente. En este momento se estima que hay unos 500 mil indocumentados en el país, número que seguramente va a subir como consecuencia de esta nueva legislación.
El problema está en que si deciden quedarse, las industrias en las que están trabajando no necesariamente se van a beneficiar, dado que estas personas van a tener que buscar nuevos empleos porque en los primeros lugares donde el Departamento de Inmigración los va a ir a buscar es en las empresas donde se les otorgó los permisos de trabajo. Y también va a ser negativo para los mismos trabajadores porque al estar de forma indocumentada en el país van a tener que tomar trabajos donde eventualmente van a ser explotados, además de estar permanentemente con el temor de que cualquier persona los denuncie, los arresten y los deporten.
Ante esta situación, lo mejor que los trabajadores que llegaran a los 4 años en el 2016 pueden hacer es tratar de subir de categoría, es decir, de pasar de un trabajo que cae bajo los códigos “C” o “D” a por lo menos la categoría “B”, es decir donde están todos los trabajadores que requieren algún tipo estudios o de entrenamiento de largo plazo para su trabajo, como por ejemplo supervisores de cualquier industria, mecánicos y técnicos, entre otros.
Esto es algo que se puede hacer, ya que en el pasado hemos tenido experiencias de trabajadores temporales que estaban en las categorías “C” y “D” a quienes sus empleadores los ascendieron a supervisores. Y al hacer esto, básicamente suben de categoría a un nivel B, el cual les permite hacer el trámite para la residencia permanente.
No obstante, en esta lógica se debe tener en cuenta que estos trabajadores también deben tener un nivel bastante elevado de inglés o francés para poder calificar en el programa de Trabajadores Calificados, de Mano de Obra Especializada, o de Experiencia Canadiense. Sin embargo, esta es una opción para que en algún momento puedan hacer el trámite para la residencia permanente.
Otras de las opciones también son conocidas, como por ejemplo los trabajadores temporales que llegaron solteros, se enamoraron, se casaron y han sido patrocinados por sus esposas.
Pero también existen otras posibilidades, dependiendo del tiempo que los trabajadores han estado en el país, porque los cuatro años empezaron a contar el 1 de Abril del 2011. Hay personas que han vivido y trabajado en Canadá durante ocho, diez o doce años, que están bien establecidos, que incluso tienen hijos canadienses, para quienes existe la posibilidad que puedan solicitar su residencia permanente por razones humanitarias. Son opciones que deben explorar.
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